De FAES a los millones de Rato: aquel tiempo de vino y rosas

Una de las principales damnificadas por el escándalo Rato/Blesa que no cesa, ni puede cesar, es mi paisana Amalia Blanco, actual dircom en la Bankia de Goirigolzarri. Porque sobre el detritus sólo se puede construir detritus o lo que es lo mismo: pan para dos y el resto, ajo y agua.

No me he inmutado cuando he leído una información firmada por José María Olmo en 'El Confidencial' relativa a que Rodrigo Rato cobró de Radio María un millón de euros por la venta de unos postes radiofónicos que el inmarcesible y siempre presente Jaume Matas (ambos, Rato y Matas, fueron sentados a la mesa del Consejo de Ministros por un tal Aznar, no sé si lo recuerdan) le había dado al hermano del entonces vicepresidente del gobierno. ¡Suma y sigue!

Bien analizado, todo empezó con Kevin Roldán, oiga. El tándem Aznar/Rato dominaba España a su antojo y dramáticamente para el país terminaron por creerse que eran de verdad. Todavía no sabemos ni el montante de las donaciones electorales para la consulta de 1993, ni quién se lo quedó. Podría aclarar algo Luis Bárcenas, pero está obsesionado con María Dolores de Cospedal y su memoria es selectiva. Los cascotes del estallido posterior, con algún edecán de rango menor también multimillonario que se ha hecho famoso por los vapores etílicos, se amontonan ahora.

FAES, según cuentan, prepara un ERE, pero nadie explica antes de que se cierre el chiringuito el informe del que levantó acta la UDEF, aunque los presuntos delitos que se atribuyen hayan prescrito. ¡Manda carallo! Los consabidos conspiradores de salón prefieren agruparse en torno a otros 'lobbys'. ¡Natural!

La muchachada aznarista –Rato, Blesa, Blanco Balín, etc–, que creció, engordó y se forró ha liquidado, por ahora, al PP; lo demás son chorradas.