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'Jóvenes turcos' del PP y C's: encuentro en medio de un puente
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Graciano Palomo

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'Jóvenes turcos' del PP y C's: encuentro en medio de un puente

Tengo para mí que gentes como Pablo Casado o Andrea Levy terminarán por encontrarse en el centro del viaducto con Ignacio Aguado o Juan Carlos Girauta

Foto: Pablo Casado y Andrea Levy. (EFE)
Pablo Casado y Andrea Levy. (EFE)

En realidad les diferencia poca cosa; quizá matices en determinados asuntos que tienen que ver con la conciencia personal e intransferible. Porque el PP, históricamente, tiene que dar cabida y respuesta a medio país que no es socialista y Ciudadanos, por lo general aunque no siempre, representa una nueva generación liberal que no quiere entender de pendones ni sacristías. La cuestión es cómo zurcir un hilo conductor que una lo antiguo con lo nuevo.

Bien mirado, tras el 26-J, PP y Ciudadanos no tendrán más remedio que sentarse y mirarse a los ojos. Por lo que he visto, la gran línea roja de la formación naranja hacia sus antiguos hermanos de militancia tiene nombre y apellidos: Mariano Rajoy. Luego, natural y lógicamente, las gentes de Albert Rivera no quieren saber nada de la corrupción que carcome al PP; esta aversión al detritus también debe ser algo positivo que acerque las nuevas generaciones populares a los de Ciudadanos. Juan Manuel Moreno, jefe del PP andaluz, sostiene que la formación de Rivera les quitó no menos de 360.000 votos en aquella comunidad autónoma en las elecciones andaluzas y otros tantos en las generales de diciembre del 2015.

El voto es de cada uno y no puede haber prisiones para la voluntad popular. Pero el voto del centroderecha tiene vitola propia, es finito y hay que repartirlo.

Soy ya un veterano rockero del periodismo político y mi pituitaria husmea cuándo sopla viento de solano. Tengo para mí que gentes como Pablo Casado, Andrea Levy, Javier Maroto, José Ramón García Hernández y un largo etcétera de políticos nuevos terminarán por encontrarse en el centro del viaducto con Ignacio Aguado (que encontró a su particular musa en Madrid), Juan Carlos Girauta, Marta Martín, Toni Cantó, Patricia Reyes, Begoña Villacís o Miguel Gutiérrez, que no pueden poner más excusas que las 'ad hominem' para plantear una concentración de poder nacional que realmente sea “progresista” -que viene de progreso-, nuevo y de aire puro. Aunque solo sea para enterrar de una vez por todas los demonios familiares ochenta años después de la Guerra Civil. Y de paso dejar que los muertos entierren a los muertos.

Tengo algunas razones fundadas para señalar que ese parece ser, al menos por el momento, el signo que apuntarán los próximos tiempos.

En realidad les diferencia poca cosa; quizá matices en determinados asuntos que tienen que ver con la conciencia personal e intransferible. Porque el PP, históricamente, tiene que dar cabida y respuesta a medio país que no es socialista y Ciudadanos, por lo general aunque no siempre, representa una nueva generación liberal que no quiere entender de pendones ni sacristías. La cuestión es cómo zurcir un hilo conductor que una lo antiguo con lo nuevo.

Mariano Rajoy Ignacio Aguado