Es noticia
'Curro' Rivera se va al Caribe: defensa de un viaje
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

'Curro' Rivera se va al Caribe: defensa de un viaje

A Ciudadanos se le puede, y se le debe, criticar por muchas cosas. Pero poner como chupa de dómine a su líder por viajar a Venezuela me parece un despropósito mayúsculo

Foto: Rivera, de viaje en Caracas. (EFE)
Rivera, de viaje en Caracas. (EFE)

Ojiplático me quedo ante las críticas que está recibiendo Albert Rivera simplemente por haber ido a reclamar a un país hermano una miaja de libertad donde hay satrapía por doquier; bajo el enorme pecado de pedir pan para un pueblo hambriento; bajo la solemne acusación de que quiere rebañar un puñado de votos donde solo hay detritus y miseria.

Aún es más sorprendente en aquellos que habiendo vivido las postrimerías del franquismo aplaudieron la llegada de líderes de la democracia como Olof Palme, Yves Montand o un sinfín de demócratas de todo signo que pretendían que la Península Ibérica fuera homologable política, económica y socialmente al resto del mundo libre.

¿Qué está pasando aquí? Pues que la sinfonía del esperpento está en su cénit. De Rivera y su partido podremos decir lo que sea cierto, pero negar su derecho a intentar poner al menos nerviosos a unos dictadorzuelos caribeños corruptos hasta la médula me parece, cuando menos, descriptivo por esperpéntico. Que yo sepa, de Caracas no se ha traído dinero, ni siquiera presos, es verdad. Solo insultos e improperios.

¿Alguien en su sano juicio puede concluir que sus resultados electorales el 26-J van a depender de su relámpago viaje al país de Simón Bolívar? Podremos hablar de los líos internos en Ciudadanos, del desecho de tienta que ha llegado hasta sus filas, pero criticarlos por su defensa de la libertad, no.

Con gran inteligencia y quizá excesiva prisa, Rivera enarbola la antorcha de la moderación que en estos momentos en España es más perentoria que el aire que respiramos, máxime cuando a derecha e izquierda se produce un achique de espacios nunca visto desde la restauración democrática. Sería peligroso que ese voto de la sensatez, el realismo y la moderación no fuera relevante cuando dentro de unas semanas haya que decidir quién manda en este país.

Ojiplático me quedo ante las críticas que está recibiendo Albert Rivera simplemente por haber ido a reclamar a un país hermano una miaja de libertad donde hay satrapía por doquier; bajo el enorme pecado de pedir pan para un pueblo hambriento; bajo la solemne acusación de que quiere rebañar un puñado de votos donde solo hay detritus y miseria.

Ciudadanos