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Bárcenas, el repugnante
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Graciano Palomo

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Bárcenas, el repugnante

Suena a carraca vieja: si el extesorero del PP puede, al margen de justificar sus millonarios ingresos, sus amenazas, debería concretarlas. Y si no, callarse y pagar lo suyo

Foto: Si Bárcenas tiene pólvora incendiaria, debería sacarla ya. O si no callarse y devolver lo que presuntamente mangó. (EFE)
Si Bárcenas tiene pólvora incendiaria, debería sacarla ya. O si no callarse y devolver lo que presuntamente mangó. (EFE)

El obsceno espectáculo que casi a diario nos ofrece el acaudalado exsenador solo puede ofrecerse en países muy selectos en el privativo capítulo del “esperpento”. Por algo nació, creció y obtuvo fama entre nosotros don Ramón María del Valle Inclán.

En lugar de aceptar que le han pillado con el carrito de los millones, que no ha podido convencer a nadie cómo desde un modesto puesto de funcionario de un partido político pudo amasar semejante fortuna -depositada para más inri en Suiza y otros paraísos fiscales-, se dedica a esparcir detritus y a reivindicar un honor que slo podrá sacar algo de brillo si devuelve lo presuntamente mangado y paga sus presuntos delitos en la trena. Y hay poco más que hablar.

Si tiene pólvora incendiaria para quemar en su misma pira a otros de arriba, abajo en las intermediaciones, ya está tardando mucho en prender la mecha. Se lo exige la España decente, la clase política, los contribuyentes y, desde luego, los militantes y votantes del PP, a los que con sus presuntas andanzas ha clavado una daga acerada en la intercostal. Porque, al final, la verdad es la verdad, la diga Agamenón o Bárcenas.

Lo que realmente resulta incomprensible en un Estado de derecho y moderno es que casi diez años después de haber instruido el juez y la policía las pruebas del delito, los casos sigan sin sustanciarse ni juzgarse. No es aceptable ni tolerable.

La corrupción ha sido el principal 'input' que ha destrozado al Partido Popular como organización política y social. No tengo claro si ya ha pagado por ello o si por el contrario todavía quedan talones que pueden extender los ciudadanos el próximo 26-J. Lo que sí tengo claro es que sobre el tapete de la corrupción no se puede construir nada; absolutamente nada. Esto parece tenerlo claro la nueva generación de dirigentes que se apresta a tomar el poder en el PP desde ya. Casado, Maroto, García Hernández, Levy, Tejerina, entre otros. ¡Más les vale!

En cualquier caso, las enormes manchas de corrupción surgidas en esta formación política -que no es la única- deben yugularse en primer lugar en los tribunales. Y políticamente procediendo 'magnis itineribus' a un proceso de refundación de abajo arriba.

Y que los muertos entierren a los muertos.

El obsceno espectáculo que casi a diario nos ofrece el acaudalado exsenador solo puede ofrecerse en países muy selectos en el privativo capítulo del “esperpento”. Por algo nació, creció y obtuvo fama entre nosotros don Ramón María del Valle Inclán.

Luis Bárcenas