Lo que Rajoy contará el martes

Fuentes muy seguras me confirman que todos los intentos de Mariano Rajoy de hablar, incluso ofreciendo total discreción, con Pedro Sánchez han resultado baldíos. Se ha intentado vía Jorge Moragas, vía Rafael Hernando, vía Martínez-Maíllo. No y no, hasta que no haya como mínimo un acuerdo con Rivera.

En realidad, la puesta en escena de la investidura del próximo martes por la tarde en el Congreso de los Diputados tiene como máxima virtualidad intentar transmitir al pueblo español por qué continúa sin Gobierno y sin visos posibles de que lo haya. Como muy pronto, podremos tener una cierta idea al respecto en la noche/madrugada del próximo 25 de septiembre una vez se hayan contabilizado los votos en las urnas vascas. Si al Partido Nacionalista Vasco (PNV) no le fueran suficientes para seguir en el poder con los votos del Partido Socialista y requiriera los del Partido Popular (PP). Esto se da por descontado en los medios políticos mejor informados y más solventes.

Es la gran esperanza de Rajoy, que ha colocado como candidato a una persona que ha ido creciendo a su alrededor como Alfonso Alonso, si bien nació entre las faldas de la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría. También la buena de Ana Oramas lo tiene claro. Pero para ello el PNV tiene que necesitar imperiosamente la aquiescencia de los diputados populares.

Tengo para mí que de alguna manera la comparecencia del martes será el pistoletazo de salida de cara a las próximas elecciones generales

Bien. Hasta que eso ocurra el candidato a primer ministro algo tendrá que decir el próximo martes a las 16 horas. Pedro Arriola ya ha pergeñado diversos borradores de intervención, que en cualquier caso será histórica; no tanto por el contenido sino por el continente.

Rajoy reivindicará la doble decisión del pueblo español ofreciendo la victoria al PP y a él mismo como candidato. Para acto seguido entrar a degüello contra aquellas personas que, a su juicio, están imposibilitando siquiera la existencia de un gobierno.

Tengo para mí que de alguna manera será el pistoletazo de salida de cara a las próximas elecciones generales. Me gustaría equivocarme respecto a la nueva llamada a las urnas pero los años y la experiencia profesional me han dejado claro que cuando alguien cacarea a las cinco de la mañana y tiene pico es un gallo. Morón o 'abertzale', pero gallo.