Nuevo Gobierno y los 20 meses de Rajoy

En las horas de escribir este artículo se da por añadidura que Mariano Rajoy logrará a la tercera la investidura como jefe del Ejecutivo y, a partir de ahí, comenzará una nueva andadura de poder y ministerial que todo el mundo apunta durará como mucho 24 meses.

Está por ver todo después de lo que hemos podido comprobar 'in situ' durante este último año y que hasta hace pocas fechas no podíamos imaginar siquiera. Si por Rajoy fuera, apenas haría unos mínimos retoques en el equipo ministerial que le ha acompañado durante estos cinco últimos años de poder. El próximo equipo, presumiblemente, será el que le socorra en el final de su andadura política.

Se da por segura la continuidad de Soraya “vicetodo”, la persona que le ha solucionado al presidente las papeletas de las que el gallego más huye. Dicen —está por ver— que ante el nuevo ciclo político que camina rumbo a lo desconocido, Rajoy repartirá el poder y la influencia entre las dos damas que le han acompañado en la travesía de las grandes tormentas que le han caído encima durante los dos últimos lustros. En este sentido, a la espera del próximo Congreso Nacional del PP, que no puede tardar mucho si Mariano consigue por fin formar un Gobierno, se da también por descontado que la manchega Cospedal abandonará la secretaría general del partido; supongo que librarse de ese pesado manto con todos los Bárcenas 'gürtelianos' y todas las 'black ratísticas' será como cuando el de Triana avistó la tierra de La Española. ¿Que pasará a formar parte del Gobierno? Es lo lógico, dentro de los parámetros que han informado desde la Transición a la denostada democracia “representativa”.

Los que llevamos ya tiempo observando estas cuestiones del poder sabemos que existen puestos que conllevan más poder fáctico que una cartera

La cuestión de fondo es si los auténticos pesos pesados, con presupuesto, continúan o no. El primer lugar, Cristóbal Montoro, en el que no acierto a entender su interés por seguir. O Luis de Guindos, al que parece se le ha puesto cara de Alain Juppé. Seguras aparecen Isabel García-Tejerina y Fátima Báñez, que tendrá que dar una pasada de tuerca a su reforma laboral. Necesidad obliga.

Para los que llevamos ya tiempo observando estas cuestiones del poder sabemos que al margen de sentarse o no alrededor de la mesa del Consejo de Ministros existen puestos claves en un Ejecutivo que se precie y que, al fin y a la postre, conllevan más poder fáctico que una simple cartera. Hablo del CNI, RTVE, la Dirección General de la Guardia Civil y la Policía y otros puestos que están oscurecidos en el FAC y a la hora de la verdad son decisivos en la utilización del poder.

La nueva situación política en este campo ofrecerá mucho juego a la hora de dar novedades. Lógico. Porque, por si alguien no se ha enterado, esta es, todavía, una democracia representativa y parlamentaria.