El Felipe (González) más cruel

“Dudo que Pedro Sánchez pudiera hablar más de media hora sobre España…”. No he oído en mis casi cuarenta años de ejercicio periodístico una descalificación más brutal por parte del “dios” socialista hacia un “compañero” que llegó al mismo puesto que el dirigió durante veinte años. Este es el gran asunto que ha emponzoñado el devenir del PSOE hasta hacerse irremediable. Pedro Sánchez nunca fue nada y se negaba a admitir que devino en una veleta azotada por todos los vientos. La apuesta del expresidente (enfurecido hasta el paroxismo) es un secreto a voces. Susana Díaz se hará con la secretaría general en Ferraz aunque mantenga consulta abierta en el palacio sevillano de San Telmo. No tiene rival y ya ha demostrado cómo se las gasta con Sumelzo y Batet.

Otra cosa será que acepte ser candidata a la presidencia del Gobierno. De ese modo enlazará con la cultura partidaria de otros grandes partidos socialdemócratas del mundo incluido el Demócrata de Estados Unidos. La cosa empieza a estar meridianamente clara, me dice un alto jerarca de Ferraz que ha sabido entender como nadie de qué lado soplaba el viento durante la gran crisis.

En el PSOE, y por lo que se puede tabular, lo importante en las actuales circunstancias no es si uno es más del no o la abstención. Lo sustancial es comprobar quién es más listo o más tonto. Que los hay en ambos extremos.