Los ministros vips a dos meses vista

Por lo que respecta al Gobierno, está claro que detrás del presidente aparece la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, que brilla con luz y poder propio. Podría afirmar y escribirse con una cierta justeza que detrás, y estrictamente en lo político, vendría su cordial amiga María Dolores de Cospedal. Entre otras cosas porque es ministra de Defensa pero, sobre todo porque es, y todo parece indicar que seguirá siendo, secretaria general del PP.

El poder de un ministro está en función de la confianza y el crédito que te ofrezca el presidente o el primer ministro. En este sentido, hay que anotar, sin duda, que luego aparecería en la lista Cristóbal Montoro, que es el amo de la caja y quiere seguir siéndolo pese a que ha batido ya todos los récords habidos y por haber de permanencia en el viejo caserón de la calle Alcalá.

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Á. Collado A. Pérez Giménez

Creo que el jefe del Gobierno tiene en altísima estima a la ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, casi tanto como a Fátima Báñez, ministra de Empleo a la que los hechos están dando razón. La onubense, además, es una persona simpática y que cae bien; asunto este capital dadas las circunstancias.

Luis de Guindos hace la guerra por su cuenta, pero no es persona que tenga problemas para que el presidente le coja el teléfono a cualquier hora del día o de la noche. Íñigo Mendez de Vigo ha corrido mucho en lo político. Y ahí está como ministro de Educación y portavoz, que bien mirado puede parecer un marrón, pero es una oportunidad única si tienes ambición. Lo del bilbaíno Íñigo de la Serna pasa por las alcantarillas de la 'vicetodo', mientras que la de Sanidad, Dolors Montserrat, es más bien del Tajo, por aquello de que Cospedal tiene origen manchego.

Otro día, ya entrados en harina, les contaré algunos secretos respecto al poder institucional en el Gobierno de Rajoy, que ya no tiene reparo alguno en posar ante las cámaras de televisión con un chándal de mercadillo.

¡La leche!