Podemos, la casa de Tócame Roque

A medida que vamos conociendo lo que ellos denominan "debate interno", que tiene poco que ver con la política del pueblo, incluso el más partidario y cercano se horroriza de lo que está ocurriendo en las entrañas de la que, a día de hoy, es la tercera fuerza política y parlamentaria de España.

Todo vale en un aquelarre acongojante. Novias, exnovias, amantes, examantes, amigos, examigos...¿Y qué tiene que ver todo esto con solucionar los problemas del país y de la gente más necesitada y humilde? Nada, absolutamente nada.

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David Fernández

Si continúan por ese camino, pagarán en breve un alto precio por ello. Parece mentira, tan listos que parecían. Observo que lo nuevo ha devenido en antiguo en un pispás. Hay, en efecto, algo nuevo en todo este jolgorio que se han montado entre cuatro mandamases. La utilización de asuntos personales y de alcoba en el debate político para seccionar la yugular al enemigo.

En los cuarenta años de democracia, los partidos convencionales jamás utilizaron, salvo en casos muy específicos, los temas de alcoba para arremeter sin piedad contra el adversario. Estos han venido con la daga y el alfanje dispuestos a cortar el gaznate al primero que se cruce, eso sí, muy fraternalmente.

Se lo tengo dicho a diversos dirigentes de Podemos. Lo suyo es que ofrezcan de una vez por todas las soluciones a los graves problemas que tienen que ver con las cosas de comer, esto es, agua, pensiones, sanidad, déficit, energía, educación, etcétera. Eso es lo difícil. Pero es que ahora ya disparan con pólvora del rey y los paganos no estamos dispuestos a que nos sigan tomando el pelo.

¡A trabajar!