Lo de Cifuentes: de cajón y de superviviencia

No puedo entender el revuelo mediático organizado la semana pasada a propósito de la propuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, para que al presidente nacional del partido lo elijan directamente los militantes.

Es algo que viene de antaño. Entrando en el fondo de la cuestión, la propuesta tiene su aquel y enlaza directamente con la necesidad de supervivencia de la formación de centro-derecha. Uno de los grandes problemas que arrastra el PP, amén de la corrupción que a punto ha estado de hacer volar todo el andamiaje, es que sus militantes y votantes se han hecho muy viejos. Los jóvenes no se sienten representados por el PP; no están en ello. No lo están. Los que no son de izquierdas se han ido a Ciudadanos y los que lo son o se consideran, a Podemos. De modo y manera que la propuesta de la presidenta Cifuentes está enmarcada en esa tesitura y en aquella necesidad. Creo que debería persistir en esa línea y, ya que está en un territorio clave, levantar bandera con todos los valores que por lo que sea se han quedado en manos de la izquierda: derechos sociales, democracia interna, ecologismo, igualdad de oportunidades y un largo etcétera.

Me acaban de preguntar en Zamora si esa propuesta de Cristina significa que desea echarle un pulso a Mariano Rajoy.

¿A quién se le ha ocurrido semejante dislate? Cifuentes está precisamente donde está por Mariano y Mariano confía plenamente en Cristina. Tan es así que será la próxima jefa del partido en Madrid, que tampoco es moco de pavo.

Miren, amigos, la militancia y los votantes de un partido político son como los suscriptores y lectores de un periódico: o se renuevan y llega savia nueva o se mueren.

¡Pues eso!