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'Remember', PP: la épica existe en política
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Graciano Palomo

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'Remember', PP: la épica existe en política

La gobernanza en sociedades modernas es la gestión de cuestiones básicas. Pero ello no debería ser óbice para que siquiera existiera una miaja de poesía que adobe la “gestión”

Foto: Panorámica del XVIII Congreso Nacional del Partido Popular. (EFE)
Panorámica del XVIII Congreso Nacional del Partido Popular. (EFE)

Siete días después de la celebración del XVIII Congreso Nacional del Partido Popular no se puede describir contracción alguna, si exceptuamos la amplia acogida de la enmienda “anticospe”. El historiador del centro derecha español podría buscar algo que llevarse a la boca porque no son estos tiempos muy propicios para la lírica.

Foto: El líder del PP, Mariano Rajoy, en el acto de clausura del XVIII Congreso Nacional del Partido Popular. (EFE)

Algunos de los observadores más agudos han creído ver en el aquelarre de la Caja Mágica la reunión de una amplia mesnada de altos funcionarios del Estado, acompañados de otra no menos numerosa de profesionales del “manguito”; a ambos grupos se les unirían los inevitables arribistas que no se pueden obviar nunca, ni en este partido ni en ninguna otra formación que se precie.

Mariano Rajoy sabe que el haber salvado a España de la intervención por parte de la troika y haber dado la vuelta a la situación económica que iba directa y con su propio paso al averno es su principal haber como primer ministro. A unos les puede parecer mucho, a otros poco. Depende de dónde se quiera poner el acento de las prioridades. Yo solo apunto aquí el dicho clásico: 'primum vivere deinde philosophari'. Luego vino el insoslayable 'tema catalán' al que dedicó muchos minutos para subrayar, en su condición de jefe del Ejecutivo, el “no pasarán”.

Rajoy avisa que no comerciará sobre un proceso que busca fracturar España

Lo que pasa con el PP en esta democracia es que es el menos malo de lo que actualmente podemos echarnos al coleto. Lo he escrito en numerosas ocasiones; la gran tentación en la que podrían caer estos dirigentes es creerse que son de verdad.

En realidad, lo que sucede es que si buscamos alternativas a la derecha no existe nada (ni puede existir), y a la izquierda no hay más que desnorte y fatuidad. Esta es la verdad. Y la verdad es siempre la verdad.

Naturalmente que, en esencia, la gobernanza en sociedades modernas -y en cambio complejas y contradictorias- es la gestión de las cuestiones básicas. Pero ello no debería ser óbice para que siquiera existiera una miaja de épica, poesía, sentido trascendente de la propia actividad política que adobe la “gestión”. Eso es lo que da sentido a la política, porque de lo contrario nos limitaríamos a buscar cabezas de huevo en forma de ordenadores o robots que apliquen fórmulas matemáticas a los problemas que generan el sostenimiento de las pensiones públicas o las inversiones en sanidad o educación.

También quiero recordar que un partido como el PP, con 800.000 militantes, no puede dormir únicamente sobre las espaldas de un solo hombre

La épica es también el recuerdo y el recurso permanente a la “cultura del mérito”, esto es, la cooptación de los mejores para administrar la cosa pública. Los mejores, independientemente de su procedencia y circunstancias económicas y sociales.

¡Cuánto echo de menos en este aspecto aquella administración 'kennediana' que aprendió en Harvard cosas de todo tipo pero también pregonaba sueños por doquier! Me dirán que no es precisamente Rajoy el líder que se haya especializado en cuestiones de épica y asignaturas similares. Le conozco bien. Sí, pero también quiero recordar que un partido con 800.000 militantes no puede dormir únicamente sobre las espaldas de un solo hombre.

El presidente no debería únicamente ejercer de conservador y de perseverante. No todo puede reducirse al frío tecnocratismo ni a la administración burocrática del poder.

Recordad. ¡Es la épica, estúpidos!

Siete días después de la celebración del XVIII Congreso Nacional del Partido Popular no se puede describir contracción alguna, si exceptuamos la amplia acogida de la enmienda “anticospe”. El historiador del centro derecha español podría buscar algo que llevarse a la boca porque no son estos tiempos muy propicios para la lírica.

Mariano Rajoy Política Catalán