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El leviatán que ahoga al PP
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Graciano Palomo

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El leviatán que ahoga al PP

Los problemas del partido provienen de épocas de poder anteriores, aunque se están sustanciando ahora mismo hasta afectar de pleno a la credibilidad de su gobierno y sus principales dirigentes

Foto: Ignacio González, en una rueda de prensa como presidente de la Comunidad de Madrid. (EFE9
Ignacio González, en una rueda de prensa como presidente de la Comunidad de Madrid. (EFE9

La detención de Ignacio González a manos del juez Eloy Velasco, en este caso el nombre y el apellido del administrador de justicia no es baladí, vuelve a poner negro sobre blanco las presuntas irregularidades cometidas desde el poder popular. No han sido buenas las noticias de la semana para el partido en el Gobierno.

El juez José Ricardo de Prada consiguió finalmente que el primer ministro en ejercicio sea llamado a declarar como testigo en el caso Gürtel; ha sido la amenaza primordial de Luis Bárcenas desde que fue pillado con el carrito del helado. También de Francisco Correa, que lleva muy mal los barrotes entre los que come gratis y por cuenta del contribuyente. Uno como otro pueden estar satisfechos: Rajoy depondrá como corresponde ante la Justicia sin que pueda mentir.

Foto: Ignacio González y Lourdes Cavero, en una imagen de archivo. (Gtres)
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Dentro de ese enorme leviatán, que de continuar por esos derroteros provocará una refundación en toda regla de la formación (que desde hace cuarenta años ha sido el referente esencial partidario del centro derecha en España), sorprende el hecho de que Velasco haya imputado a Paco Marhuenda y a Mauricio Casals por un presunto delito de coacción a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y haya llamado a declarar al presidente del Grupo Atresmedia, José Creuheras.

[De González a Marhuenda: los detenidos e imputados por la operación Lezo]

En la mañana del pasado jueves, durante un acto oficial, Cifuentes dejó entrever en su declaración ante el instructor que nunca se sintió coaccionada ni por Marhuenda ni por Casals. Pero el golpe ya está asestado. A partir de ahí, que cada palo aguante su vela porque, si se aplica el mismo baremo aquí, no va a quedar en pie ni el apuntador. Tengo algunos datos que me permiten dejar escrito aquí que no es oro todo lo que reluce en determinados autos judiciales y que algún juez debería tentarse la ropa antes de ponerse la toga.

Lo sustancial del asunto es que el Partido Popular no consigue librarse del detritus. Casi todo el mundo sabe que la mayor parte o la totalidad del mismo proviene de épocas de poder anteriores, sí, pero se están sustanciando ahora mismo y afecta de pleno a la credibilidad de su gobierno y sus principales dirigentes.

El PP o acaba con sus agujeros negros o sus agujeros negros tumban definitivamente una organización y unas siglas. ¡No aprenden!

La detención de Ignacio González a manos del juez Eloy Velasco, en este caso el nombre y el apellido del administrador de justicia no es baladí, vuelve a poner negro sobre blanco las presuntas irregularidades cometidas desde el poder popular. No han sido buenas las noticias de la semana para el partido en el Gobierno.

Ignacio González