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Entre la cruz y la espada: la Iglesia de Francisco en España
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Graciano Palomo

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Entre la cruz y la espada: la Iglesia de Francisco en España

La Iglesia es o tiene que ser de origen divino, porque con el personal que he conocido en puestos de responsabilidad canóniga hace tiempo que debería haberse evaporado en los túneles del tiempo

Foto: El papa Francisco sonríe a los fieles en la plaza de San Pedro en el Vaticano.
El papa Francisco sonríe a los fieles en la plaza de San Pedro en el Vaticano.

Con ocasión reciente de una celebración de las muchas en las que se prodiga Madrid, me topé con el flamante cardenal Carlos Osoro en la Real Casa de Correos, siempre tan amablemente educado, templado y en la línea que se presume a un príncipe de la Iglesia, que, además, pasaba por ser el hombre del papa Francisco en España.

Confieso, acto seguido y para que nadie me tome el número cambiado, que me tengo por un fiel hijo de la Iglesia, pecador e imperfecto, aunque mucho menos que aquellos que viven de ella toda su vida y retuercen las enseñanzas básicas para seguir en sus mamandurrrias; alguno conozco. De ahí el origen divino de la Institución de Roma.

No tuve reparo –“la verdad os hará libres”– en comentar al señor cardenal por corto y por derecho (al fin y a la postre es santanderino) las cosas que pasaban en 13TV, la cadena propiedad de la Conferencia Episcopal, y que en esos momentos atravesaba una nueva crisis con la caída de un tal Sergio Peláez, a la sazón, durante poco más de dos años, consejero delegado, cargo al que llegó (muy bien remunerado por cierto, pasados los 200.000, coste empresa) sin tener siquiera la más mínima idea de qué fuera o fuese un canal de televisión.

Me sorprendió porque yo tenía alguna idea acerca de los procederes del consejero delegado con algunos nombres de la trama valenciana

Debo añadir a continuación que la única ocasión que cambié palabra con el pícnico e ignoto Peláez (que ahora se reintegra como jefe de COPE en la comunidad valenciana) fue un día que me llamó para decirme que me mandaba unos billetes de AVE para un almuerzo con la entonces alcaldesa valenciana Rita Barberá en compañía de otros comunicadores de la casa, supongo que por cuenta de 13TV. En realidad el único 'plumilla' que asistió al almuerzo era yo porque los otros dos eran de campanillas dentro de la sacra casa. Me sorprendió, francamente, porque yo tenía alguna idea acerca de los procederes del consejero delegado con algunos nombres de la conocida trama valenciana.

Volvamos al cardenal. Le indiqué a monseñor Osoro la situación que se vivía en el canal que les cuesta la friolera de 12 millones de euros anuales, específicamente, la laminación al cincuenta por ciento de “La Marimorena” de Carlos Cuesta. Me dijó textualmente con gesto simpático y dicharachero: “Pues a mí, también me han cepillado…”.

No lo entendí muy bien y el bullicio no me permitió mayor claridad. ¿Cepillado el hombre de 'Franciscus' en España? ¡Carajo! Pues sí que las cosas han cambiado…

Lo peor, Palomo –me dijo en una ocasión no tan lejana un alto (literal) purpurado católico– son aquellos que viven de la Iglesia… No se fíe de ellos

“Lo peor, Palomo –me dijo en una ocasión no tan lejana un alto (literal) purpurado católico–, son aquellos que viven de la Iglesia… No se fíe de ellos”.

PD: Ruego a los lectores que no me pregunten por qué a partir de ahora no salgo en 13TV. Las obviedades conducen a la melancolía. Pero nunca olviden esto: la verdad os hará libres. Aunque se oculten presuntos casos graves que una casa de la Iglesia no debería silenciar jamás.

Continuará…

Con ocasión reciente de una celebración de las muchas en las que se prodiga Madrid, me topé con el flamante cardenal Carlos Osoro en la Real Casa de Correos, siempre tan amablemente educado, templado y en la línea que se presume a un príncipe de la Iglesia, que, además, pasaba por ser el hombre del papa Francisco en España.

Conferencia Episcopal Carlos Osoro