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El huevo de Pablo
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Graciano Palomo

Palo Alto

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El huevo de Pablo

Lo sustancial del pequeño incidente es que el aspirante a primer ministro tiene que tener claro que su actual situación política es la mejor que jamás tendrá

Foto: El presidente de la Federación Profesional del Taxi, Julio Sanz, recibe el impacto de un huevo que salpica también al líder morado, Pablo Iglesias. (EFE)
El presidente de la Federación Profesional del Taxi, Julio Sanz, recibe el impacto de un huevo que salpica también al líder morado, Pablo Iglesias. (EFE)

"Me ha hecho un huevo de ilusión acompañar hoy a los taxistas…", dijo un Pablo Iglesias divertido tras recibir los corolarios del huevazo cuando arropaba al jefe de la protesta. Quizá haya sido la mejor declaración de los últimos meses porque cuando el hombre de la coleta se pone guasón y se resta importancia así mismo gana mucho.

Lo sustancial del pequeño incidente es que el aspirante (12 de junio) a primer ministro tiene que tener claro que su actual situación política es la mejor que jamás tendrá. Es la tercera fuerza parlamentaria, controla ayuntamientos principales y se puede permitir ciertos lujos, entre ellos, el de criticar y denunciar por doquier y con toda la agresividad que desea. Si un día, próximo o lejano (cuenta con el inestimable factor edad a su favor) llegara o llegase al puente de derrota, sabrá entonces lo que vale un pimiento de Tudela.

Si ya en la oposición tiene detractores a gogó que quieren cantarle las cuarenta, imagínese el muchacho la que le caerá cuando tenga que cambiar las cañerías del país y al mismo tiempo le exijan agua.

Debería aprender de lo que ha ocurrido con otros líderes opositores en su momento y que luego arribaron al poder. Porque, si decide echarse al monte de forma incontinente e incontenida, le devolverán los favores en cuanto se siente en la moqueta.

No quiero abusar de los clichés ni las frases manidas. Pero le recuerdo, por su bien, algo obvio: no es lo mismo predicar que repartir grano. Que se lo pregunten a la Iglesia de su admirado papa Francisco.

"Me ha hecho un huevo de ilusión acompañar hoy a los taxistas…", dijo un Pablo Iglesias divertido tras recibir los corolarios del huevazo cuando arropaba al jefe de la protesta. Quizá haya sido la mejor declaración de los últimos meses porque cuando el hombre de la coleta se pone guasón y se resta importancia así mismo gana mucho.

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