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Rivera: No es no, ¿qué parte no entiende?
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Graciano Palomo

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Rivera: No es no, ¿qué parte no entiende?

El líder de Ciudadanos, como el resto de sus compañeros de dirección, viene haciendo gala de un gran sentido común que en ocasiones se olvida que debería ser el más común de los sentidos

Foto: El líder de Ciudadanos, Albert Rivera. (EFE)
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera. (EFE)

Ramón Espinar, quizá uno de los dirigentes más descarnados de Podemos, desprecia a Rivera casi tanto como su comandante en jefe. Lo que dicen de él y de su criatura política está explicitado en todos los rincones mediáticos del país.

Quizá se equivocan con el líder de la formación naranja porque tiene casi tanta ambición legítima como su 'enemigo' Iglesias, que no tuvo empacho en llamarle “facha” e “inútil” en el reciente y controvertido debate de censura al Presidente. Pero, además de ambición, lee muy bien, a mi modesto entender, las inquietudes de la “mayoría natural” que quiere mantener su puesto de trabajo, mantener su nivel de vida y, en general, ansía un futuro mejor para sus hijos y sentirse orgulloso de la patria en la que vive.

Albert Rivera, como el resto de sus compañeros de dirección en Ciudadanos, viene haciendo gala de un gran sentido común que en ocasiones se olvida que debería ser el más común de los sentidos. Vende logros (autónomos) que se pueden tocar con las manos y huye del tremendismo fatuo que sabe dura menos que una pompa de jabón.

¿Es el Macron español? De imagen y formas, sí. En el fondo, creo que también

De ahí que le haya recordado a Pedro Sánchez “no es no, ¿qué parte no entiende?”, a propósito del ejercicio estéril de sentarle en una mesa con Pablo Iglesias. Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.

Rivera es consciente de que sus mesnadas en forma de votos están en la moderación, el pacto y el ya reiterado sentido común. Muchos de ellos jóvenes que se sienten identificados con su pensamiento liberal/compasivo y la imagen de frescura que arroja. Algunos de ellos los tengo yo bien cerca.

¿Es el Macron español? De imagen y formas, sí. En el fondo, creo que también.

Ramón Espinar, quizá uno de los dirigentes más descarnados de Podemos, desprecia a Rivera casi tanto como su comandante en jefe. Lo que dicen de él y de su criatura política está explicitado en todos los rincones mediáticos del país.

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