La cinta del Rey en tiempo de crisis

No es un asunto menor. La Mesa del Congreso de los Diputados ha frenado una pregunta registrada por la diputada Nuria Buenaventura, de Iniciativa per Catalunya, quien pedía al Gobierno que aclarase si es cierto que Patrimonio Nacional ha comprado una cinta de correr valorada en 14.065,26 euros, un importe que su señoría consideraba "obsceno". La Mesa acordó que el presidente del Congreso, José Bono, se ponga en contacto con Buenaventura para pedirle que reformule la cuestión retirando comentarios "descorteses". Y claro, la diputada ya ha avanzado que no tiene inconveniente en plantear la pregunta en otros términos. Pero, ojo, que no es la primera vez que la Mesa del Congreso bloquea iniciativas de control de las actividades de Su Majestad, alegando que la Cámara no puede controlar a la Jefatura del Estado.

Esta iniciativa parlamentaria es consecuencia de una información publicada por Javier Chicote en El Confidencial que es absolutamente veraz y está acreditada documentalmente. La cinta en cuestión es una de las mejores máquinas de gimnasio que hay en el mercado, cuenta con pantalla de televisión, TDT, conexión a Internet, reproductor de fotografías y dispositivos para escuchar música y hablar por teléfono. La diputada de ICV quería saber, como queremos saber muchos ciudadanos, por qué ha sido Patrimonio Nacional y no la Casa Real quien ha efectuado la compra en un momento de crisis y de austeridad presupuestaria, y se preguntaba si el Rey no podía, en vez de dilapidar más de 14.000 euros, darse unos paseos por el Palacio de la Zarzuela. Yo incluso querría saber por qué ha de comprarse el Rey una máquina de ese calibre con dinero procedente de las arcas del estado y no una más modesta. Incluso si es atinado que, con la que está cayendo, Su Majestad se gaste dinero público en una cinta para correr.

La responsabilidad y la ejemplaridad

Quienes tienen responsabilidad deben actuar con ejemplaridad, y el Rey más que ninguno. Y a la Mesa del Congreso más le valdría dejarse de actitudes cortesanas más propias de súbditos que de ciudadanos con derecho a saber

Hay que recordar al señor Bono y a la Mesa de la Cámara que descortés es falto de cortesía, y la cortesía es el conjunto de reglas con las que las personas se muestran respeto y consideración entre sí en el trato social. Considerar “obsceno” ese gasto o creer que supone una dilapidación del dinero público no me parece descortés; considero que es absolutamente atinado, porque es un derroche, un despilfarro, un malgasto de dinero público sin prudencia ni medida, innecesario y desproporcionado. Incluso me parece más descortés poner pegas de ese tipo a un parlamentario.

Las casualidades de la vida quisieron que el martes, al conocerse la noticia, se supiera casi al tiempo que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo condenaba a España por violar la libertad de expresión del etarra Arnaldo Otegi al condenarle por llamar al Rey "jefe de los torturadores". O sea que aquí se le puede imputar a Su Majestad una mentira de ese jaez y la mesa del Congreso se muestra así de tiquismiquis con una pregunta que viene tan a cuento en tiempos de crisis. Es de esperar que la diputada reformule esta pregunta cuanto antes para que podamos conocer la respuesta con celeridad. No es una cuestión baladí. Estos asuntos son serios. Quienes tienen responsabilidad deben actuar con ejemplaridad, y el Rey más que ninguno. Y a la Mesa del Congreso más le valdría ponerse igual de estupenda en asuntos de envergadura y dejarse de actitudes cortesanas más propias de súbditos que de ciudadanos con derecho a saber.

Y por cierto, lo que sí que es descortés es que los grandes medios tradicionales hayan informado del asunto sin citar en ningún momento al medio que publicó la información, El Confidencial en este caso. Descortés y además incorrecto deontológicamente. Claro que ya sabemos por qué lo hacen. No les gusta citar a quienes les hacen sombra. Así les va.