Es noticia
La aristocracia del S. XXI
  1. España
  2. Proyecto Cívico
Proyecto Cívico

Proyecto Cívico

Por

La aristocracia del S. XXI

Nuestro sistema evoluciona cada vez más hacia la consolidación de una aristocracia en torno al poder y no hacia objetivos de un progresivo perfeccionamiento de la

Nuestro sistema evoluciona cada vez más hacia la consolidación de una aristocracia en torno al poder y no hacia objetivos de un progresivo perfeccionamiento de la democracia. Vivimos bajo un poder soberano que reduce sistemáticamente el número de personas con capacidad de decisión sobre nuestros destinos y que decide a su vez, a través de sus muchos mecanismos electorales, mediáticos y de presión a su alcance, quien es apto para pertenecer a esa casta.

Lejos de la meritocracia ateniense o espartana, y de los conceptos de linaje, sabiduría o riqueza, esta clase parasita en nuestras vidas y haciendas, sin el menor decoro. En plena crisis con 4,3 millones de parados reconocidos ante la UE, los salarios y prebendas de esta nueva aristocracia, no para de crecer. Como no paran de crecer las distintas administraciones a su servicio, los intocables, que además de tener garantizado de por vida el salario, lo ven crecer mientras quienes los sostienen, por fuerza ha de mermar.

Como pueblo, como ciudadanos, nos sentimos ya despojados de nuestra capacidad de elegir a nuestros representantes, cuando extraños mecanismos de seducción y feligresía inconsciente, proporcionan a estos aristócratas, la mayoría en cualquier elección, sin el menor atisbo de alternativa.

Entre dos modelos fiscales, uno basado en generar recursos futuros, bajando impuestos, y otro, para sostener vergonzosos abusos de gasto generalizados, subiéndolos, optan por estos, capaces de trasladar el ahorro y méritos acumulados de las clases medias al sostenimiento del culto al poder y sus símbolos.

Día tras día acumulan votantes en cualquier escenario posible, no importa el precio. El objetivo prioritario no es ya el bien común sino el bien de su partido y por ende de sus principales beneficiarios, lista que solo manejan ellos.

Bien capaces, de circular por este siglo sin un plan energético consistente, más allá de sus viveros electorales o de sus neurosis juveniles, el cierre de Garoña, el 10% de nuestra energía, junto con sus políticas sociales de dar al que les vota, constituye un buen testimonio de su imprevisión y carencia de pericia para merecer esos privilegios.

En estos 30 años de impulso democrático transcurridos, estamos más seguros de haber consolidado una casta indeseable que de haber seguido un lógico proceso de mayor y mejor participación ciudadana en el destino de nuestro país. Lo que tenemos es fruto, no ya de una comprensible lucha de clases, sino de una lucha entre castas por aumentar sus privilegios sin importar el mérito. El último razonamiento para subir impuestos, so pretexto de atender mejor a nuestros mayores, es una falacia que habla por sí sola del estilo de un poder, que mantiene sus prebendas intactas sin el menor respeto hacia el sacrificio de quienes se lo procuran.

Seremos unos perfectos ingenuos si permitimos que elección tras elección, se siga consolidando esta nueva aristocracia. Ellos no van a allanar los mecanismos necesarios para un relevo en el que la sabiduría y la ética primen frente al mercadeo electoral y la grosera consolidación de sus privilegios. Estamos incluso más cerca de la bancarrota del Estado, que de escuchar el menor síntoma de convergencia con nuestros ideales democráticos o de prudencia respecto del dinero.

Como siempre, con sus valiosas apreciaciones construiremos nuestro Manifiesto de Proyecto Cívico.

Nuestro sistema evoluciona cada vez más hacia la consolidación de una aristocracia en torno al poder y no hacia objetivos de un progresivo perfeccionamiento de la democracia. Vivimos bajo un poder soberano que reduce sistemáticamente el número de personas con capacidad de decisión sobre nuestros destinos y que decide a su vez, a través de sus muchos mecanismos electorales, mediáticos y de presión a su alcance, quien es apto para pertenecer a esa casta.