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Florentino Pérez, el conseguidor se hace sirena
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Juan Carlos Escudier

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Florentino Pérez, el conseguidor se hace sirena

Hay que tener cuidado con los seres superiores porque, o vienen en platillos volantes, te abducen y luego se piran y si te he visto no

Hay que tener cuidado con los seres superiores porque, o vienen en platillos volantes, te abducen y luego se piran y si te he visto no me acuerdo, o se creen su propio mito, tratan de saltar mas allá de su sombra y se ponen pesadísimos en el papel de salvadores. El Real Madrid tuvo uno que ahora regresa, y el madridismo, que vive acongojado porque Iniesta se les aparece en sueños haciendo el gesto del seis, se dispone a recibirle como un superhéroe tras haberle despedido como a un villano. A diferencia de las sirenas, Florentino Pérez tiene cabeza de constructor y cuerpo de constructor, aunque el jueves empezó a cantar una melodía tan dulce que ya todos reman hacia sus rocas.

 

Los seres superiores no acostumbran a dar cuentas de sus actos, pero Pérez se avino este jueves a explicar el motivo que le empuja a regresar al lugar del crimen: vuelve para corregir el error de haberse ido. Según dijo, la institución no tenía la suficiente fortaleza para resistir su ausencia. “Creí que las bases del club serían suficientemente fuertes como para que no se pusiera en peligro la imagen que se había labrado”, afirmó. Y, al parecer, le pasó como a la paloma de Alberti, que se equivocaba.

Lo curioso es que quienes teóricamente han socavado la imagen de la entidad figuraban a la derecha de dios padre, cómodamente sentados en su junta directiva. Fue Florentino quien, tras dar la espantada, puso en manos de Fernando Martín las riendas del club para que apurara un mandato que concluía en junio de 2008. Pero el de Martinsa le salió rana y quiso matar al padre, y Pérez, un Saturno deprimido pero con hambre, se lo merendó en un periquete y le hizo dimitir y convocar elecciones. El elegido, Ramón Calderón, el culpable de la “desgraciada historia reciente”, también era de la partida. Es más, durante mucho tiempo su misión consistió en defender los intereses de Florentino en las asambleas del club. ¡No iba a saber Calderón de asambleas! En resumen, el deseado regresa para defender al Madrid de los suyos. Salvados.

En este remake de milagro, del ser superior se espera que repita el número de las torres y los peces para sufragar su proyecto deportivo “espectacular”, que, según los cálculos más optimistas, no bajará de los 200 millones de euros en una institución cuya deuda supera los 500 millones de euros, de los que 331 son exigibles a corto plazo. No es que Florentino no sea capaz de recalificar el Retiro si fuese necesario, pero ahora que pinta en bastos para el ladrillo, que la teta de las televisiones está agotada, que el personal está harto de hacer el primo con las camisetas de sus ídolos y que las giras asiáticas son muy cansadas, el ‘conseguidor’ lo tendrá entre crudo y poco hecho.

Pérez será un millonario de postín y surcará los mares en el Pitina II como deslumbrante bajel, pero eso no quiere decir que vaya a poner un euro en la aventura, como no lo puso cuando llegó a la presidencia en el año 2000. Lo que sí logró entonces es que Cajamadrid y Sogecable le adelantaran 19.500 millones de las antiguas pesetas y que sus amigos Gallardón y Álvarez del Manzano, con la inestimable colaboración de IU, le facilitaran un pelotazo de 83.000 millones con la recalificación de la vieja Ciudad Deportiva. Es a estos políticos y  no a Florentino a quienes cabe atribuir la resurrección económica del Real Madrid, una auténtica goleada al urbanismo que hizo felices a los madridistas y que los madrileños seguirán pagando durante años. ¿Alguien lo hubiera hecho mal con un cheque semejante en el bolsillo?

Descartada por reiterativa una operación para levantar un par de torres en el Bernabéu, a Florentino no le quedará más opción que echar mano de su amigo Blesa en Cajamadrid o de Fainé en La Caixa para pagar la nueva fiesta, que apunta alto. Tener los mejores jugadores del mundo puede asegurar al club más ingresos, pero disparará los gastos. En este funambulismo se moverá la entidad, que estará a expensas de que una mala racha de resultados continuada en el tiempo arrase una estructura financiera ya lastrada por el endeudamiento presente y futuro.

Tiene que haber caja suficiente para fichar a Cristiano, a Kaká, a Villa, a Silva, a Alonso, a Cesc, a Valdano, que nunca es barato porque da gusto oírle hablar, a Zidane, que esta vez costará algo menos, y, además, dejar algo de calderilla por si Messi se enfada con Guardiola. ¿Será por dinero? Ajustado al esquema del nuevo rico, el día que presentó su candidatura Florentino no presumía de haber comprado barato sino de haber sido el que más había pagado por un jugador de fútbol, lo cual no deja de ser un aliciente para los vendedores. Además, sus fichajes siempre dejan huella. ¿Quién no ha añorado esta temporada a Walter Samuel, a Woodgate o a Owen? Pues eso.

Eso sí, los seres superiores son caprichosos. A Florentino, según contaban las malas lenguas, nunca le gustó el color negro intenso, quizás porque destaca demasiado con el blanco impoluto de las camisetas, como bien sabe Makelele. Ni que los entrenadores lleven mal puesta la corbata o, como Del Bosque, carguen a la izquierda, porque afea mucho los trajes. De la honestidad hay que hacer bandera, de forma que todos los directivos tendrán prohibido hacer dinero a costa del Real Madrid. Distinto es que haya una recalificación, pongamos que en la Ciudad Deportiva, y a ACS le encarguen construir dos de los rascacielos.

El palco volverá a ser ese lugar de encuentro de políticos, empresarios, sindicalistas y realeza, una maqueta a escala de la España plural y diversa. ¿Negocios? Bueno, pero sólo en los descansos. El ‘conseguidor’ atraerá a todos con su canto de sirena, aunque nadie puede descartar que, como Nerón, toque la lira en medio del incendio de Roma. No saquen pañuelos porque este hombre infatigable y orgulloso es capaz de dejarles solos otra vez a merced de cualquiera de los suyos.

Hay que tener cuidado con los seres superiores porque, o vienen en platillos volantes, te abducen y luego se piran y si te he visto no me acuerdo, o se creen su propio mito, tratan de saltar mas allá de su sombra y se ponen pesadísimos en el papel de salvadores. El Real Madrid tuvo uno que ahora regresa, y el madridismo, que vive acongojado porque Iniesta se les aparece en sueños haciendo el gesto del seis, se dispone a recibirle como un superhéroe tras haberle despedido como a un villano. A diferencia de las sirenas, Florentino Pérez tiene cabeza de constructor y cuerpo de constructor, aunque el jueves empezó a cantar una melodía tan dulce que ya todos reman hacia sus rocas.

Florentino Pérez