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Carlos Fonseca

Tirando a Dar

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Carlos Fonseca

Periodismo sin periodistas

No cobramos, pero ofrecemos prestigio. Con esta carta de presentación se ha incorporado esta semana a la red el diario Huffington Post, a semejanza de su hermano

No cobramos, pero ofrecemos prestigio. Con esta carta de presentación se ha incorporado esta semana a la red el diario Huffington Post, a semejanza de su hermano mayor norteamericano, que ha conseguido un extraordinario éxito desde su nacimiento en 2005. Su oferta se sustenta fundamentalmente en los blogs alojados en su página (cuyos autores han aceptado no cobrar un euro por su trabajo), la reescritura de teletipos, los enlaces a las noticias más relevantes de otros medios, la participación de los lectores,  y la información propia que puedan conseguir sus siete periodistas, directora incluida.

El Huff no es un diario, al menos en este momento, sino un agregador de contenidos, y el prestigio con el que paga a sus colaboradores no se gana en un día, ni tampoco porque detrás del proyecto esté un grupo de comunicación tan potente como PRISA o porque el mismo modelo haya triunfado en EE.UU. Se gana con el tiempo y la calidad de los contenidos, que tiene aún que demostrar.  

La crisis del periodismo impreso por el derrumbe de la publicidad y el desinterés de los jóvenes (algo hemos hecho mal) han dado paso a un nuevo modelo informativo que en muchos casos desplaza a los periodistas a un segundo plano. Estoy seguro de la valía profesional de los compañeros que trabajan en el Huff, pero una plantilla tan exigua difícilmente puede competir con información de calidad en una sociedad cada vez más compleja en la que prima la inmediatez.

No hay periodismo sin periodistas, y a éstos no se les puede sustituir por blogueros, por muy brillantes que sean sus análisis de la realidad, ni por lectores que cuelguen vídeos, opinen e interactúen con la redacción. La red ha cambiado el modelo de negocio, pero la base del periodismo sigue siendo la misma: el trabajo de los profesionales de la información.

La iniciativa #gratisnotrabajo nació en Twitter para denunciar el caso concreto de una compañera a la que una web ofrecía 0,75 euros por texto. Le han seguido muchas ofertas de empleo más que en absoluto desmerecen la original. Por ejemplo, la de una editora del sector de ocio para adultos para periodistas de entre 18 y 40 años, buena expresión y fluidez al hablar, seriedad y disponibilidad para el desnudo. La propuesta omitía el salario.

Obviamente no es el caso del Huff, pero en un momento tan crítico para la profesión, con ofertas como las enunciadas y cuando más de seis mil periodistas se han quedado en el paro desde el inicio de la crisis en 2008 (más de la mitad en Madrid, donde se localizan las redacciones de los medios nacionales), hablar de periodismo gratuito es un agravio para todos estos compañeros y los que estamos en activo.

Muchos periodistas de extraordinaria valía y años de experiencia han tenido que marcharse a casa, con pocas posibilidades de reincorporarse a la profesión a corto plazo, que son menores aún en el caso de los de mayor edad, a quienes el negocio ha amortizado cuando más podían aportar y enseñar a los compañeros que se inician en la profesión. Seis mil jóvenes salen cada año de las facultades de Periodismo con mucha ilusión y escasas probabilidades de hacerse un hueco en un mercado laboral arrasado que sustituye periodistas por escribientes.

Esta semana un centenar y medio de periodistas de El Mundo ha perdido su empleo, y casi tres centenares de la Agencia Efe se enfrentan a una dura negociación para intentar salvar la mayor cantidad posible de puestos de trabajo. Por el camino cerraron 60 medios, se aprobaron 21 ERES y 63 medios recortaron su plantilla solo en la capital, sin contar con las rebajas generalizadas de salarios. Ésta es la realidad en la que nos movemos desde hace cuatro años. Un periodismo low cost que terminará ajustando la calidad al precio.

Hace un año hice un curso de “Periodismo en Internet” que impartía Suit101, un agregador de contenidos cuya propuesta consiste en buscar el mejor posicionamiento en los buscadores para conseguir entradas, y con ello publicidad. Aprendí que existen herramientas que te dicen cuáles día a día cuáles son las palabras y lo temas más buscadas en la red, los contenidos de mayor popularidad y con mayores ingresos publicitarios.

Los temas los eligen los propios lectores con las citadas herramientas (optimización de contenidos lo llaman). En muchos casos son refritos de periódicos que no aportan nada, escritos con el único objetivo de conseguir el tráfico suficiente para generar ingresos (monetización) de los que cobran un pequeño porcentaje. La actualidad sometida a la estadística.

Quienes ejercemos este oficio de contar solo pedimos que nos permitan hacerlo a cambio de un salario digno.

Hasta el próximo fin de semana.

No cobramos, pero ofrecemos prestigio. Con esta carta de presentación se ha incorporado esta semana a la red el diario Huffington Post, a semejanza de su hermano mayor norteamericano, que ha conseguido un extraordinario éxito desde su nacimiento en 2005. Su oferta se sustenta fundamentalmente en los blogs alojados en su página (cuyos autores han aceptado no cobrar un euro por su trabajo), la reescritura de teletipos, los enlaces a las noticias más relevantes de otros medios, la participación de los lectores,  y la información propia que puedan conseguir sus siete periodistas, directora incluida.