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La verdad sobre las preferentes
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La verdad sobre las preferentes

El pasado día 14 se publicó en El Confidencial un extraordinario artículo de Eduardo Segovia titulado "Los culpables del engaño de las preferentes: el BdE las

El pasado día 14 se publicó en El Confidencial un extraordinario artículo de Eduardo Segovia titulado "Los culpables del engaño de las preferentes: el BdE las incentivó y la CNMV las toleró", ejemplo de buen periodismo, en el que por primera vez veía bien planteado y abordado de forma seria y global el problema creado en España por las preferentes. No es la primera vez que El Confidencial, ultraliberal en la circulación de las opiniones e ideas, renuncia a guardar silencio sobre evidencias invisibles para la mayor parte de sus colegas, que fletan un barco para salvar a los afectados por las preferentes y después le abren un agujero para que naufrague.

Lo digo con conocimiento de causa. El pasado día 8 de marzo presenté por encargo de la Asociación Activa Preferentes una meditada y extensa querella criminal a la que se acompañaba un riguroso y detallado informe de Prosper Lamothe y Miguel Pérez Somalo, dos especialistas en economía bancaria y financiera y en microestructura de los mercados, contra 45 directivos y 40 entidades bancarias por los presuntos delitos de estafa, publicidad engañosa, delito societario, maquinación para alterar el precio de las cosas y uso de información privilegiada. Además, he entregado a mi editor un libro titulado La verdad sobre las preferentes. La querella ha sido silenciada por la prensa escrita que, sin embargo, se ha hecho eco de acciones judiciales que se pensaban redactar en el pasado fin de semana, sobre la base de un informe confidencial de la CNMV, tan aficionada al secreto, que se ha filtrado por razones que desconocemos.

Los hechos que se detallaban en la querella son, precisamente, los que relata de forma resumida Eduardo Segovia en su artículo, lo que tiene un indudable mérito porque el caso de las preferentes, muy complejo, se trata de un instrumento de toxicidad mutante y geometría variable que ha sido propicio como tantos otros para silenciar lo verdaderamente acontecido y para desorientar y desanimar a las víctimas, lo que es fácil en un país en el que la porosidad entre el mundo político, el mundo financiero y el mundo del periodismo económico es extrema y da origen a un alto nivel de corrupción sistémica. Desgraciadamente, es en este contexto, ultradominado por un sistema bancario muy caro y demasiado influyente, donde la situación del ahorro popular, esencial en nuestro modelo económico, se ha ido agravando día a día.

Sin duda, la gestión que el Gobierno y la troika están haciendo de la hecatombe del sistema bancario español es mucho peor que la propia hecatombeEn la querella y en el libro sostengo que hay que distinguir entre las emisiones anteriores y posteriores al hundimiento del mercado de híbridos y deuda subordinada (febrero de 2009), las primeras asociadas a un esquema piramidal y, las segundas, vendidas a precios muy fuera de mercado. También, que en el primer semestre de 2009 el sistema bancario español (que entonces presumía de ser el "mejor del mundo") y los supervisores, que suponen una cultura financiera en los ciudadanos que ellos no tienen, perdieron la cabeza, suspendieron los reembolsos del fondo Santander Banif Inmobiliario, el más grande del país (alcanzó los 4.034,60 millones de euros), y de Segurfondo Inversión FII, que afectaban en su conjunto a más de 43.000 familias, e inundaron con 13.553,22 millones de euros en instrumentos híbridos de capital y de deuda subordinada cientos de miles de hogares españoles. Y que hay que denunciar la falsedad de que en el sistema bancario español hay buenos, los bancos, y malos, las cajas.

Atendiendo a la erosión y destrucción del ahorro popular que han causado, mejor sería decir que hay malos y malísimos y que todos, sin distinción alguna, han recibido ayudas públicas y, si no, que se lo digan al BCE, que ha puesto a disposición de toda la banca medidas extraordinarias, y a los legisladores y supervisores, que han sostenido una contabilidad amable que disimula las pérdidas de cajas y bancos.

En 2007, en un libro dedicado a la cuantificación de la erosión y destrucción del ahorro popular (El desgobierno de los fondos de inversión) hice referencia al matemático Bachelard, uno de los filósofos más influyentes en toda una generación de pensadores franceses y con una importante obra en la historia y en la epistemología de las ciencias, quien nos advertía ya en 1934 que un problema insoluble es un problema mal planteado y que una experiencia descrita como irrealizable es una experiencia donde la imposibilidad trae causa del planteamiento. La constatación de una imposibilidad no es, en absoluto, sinónimo de limitación del pensamiento. Por ejemplo, que no se pueda resolver la cuadratura del círculo no es, de ningún modo, la prueba de una deficiencia de la razón humana. Esta imposibilidad prueba pura y simplemente que el problema de la cuadratura del círculo está mal planteado, que los datos de la geometría elemental no son suficientes para resolverlo y que la palabra cuadratura implica ya un método de solución vicioso.

La idea principal de Bachelard se refiere a que en el futuro el conocimiento se basará en la negación del conocimiento actual. Ni que lo diga, sobre todo si el conocimiento actual está falseado. El problema no es, únicamente, que nuestro país se enfrente por culpa del sistema bancario a desafíos de una escala con la que no se había soñado, sino algo más profundo: que todos los intentos de solución, si los problemas están mal planteados, conllevan la semilla de problemas nuevos y más difíciles. Como dice Bauman (1992), “las catástrofes más horribles nacen –o es probable que nazcan- de la guerra contra las catástrofes. (...) Los peligros crecen con nuestro poder, y el poder que más echamos de menos es el que nos permitiría adivinar su llegada y evaluar su alcance”. Sin duda, la gestión que el Gobierno y la troika están haciendo de la hecatombe del sistema bancario español es mucho peor que la propia hecatombe. La prueba de ello es lo que está pasando con las preferentes, una catástrofe sistémica que cada vez se enreda más.

*Juan Manuel Moreno-Luque es abogado y presidente de Activa Preferentes.

El pasado día 14 se publicó en El Confidencial un extraordinario artículo de Eduardo Segovia titulado "Los culpables del engaño de las preferentes: el BdE las incentivó y la CNMV las toleró", ejemplo de buen periodismo, en el que por primera vez veía bien planteado y abordado de forma seria y global el problema creado en España por las preferentes. No es la primera vez que El Confidencial, ultraliberal en la circulación de las opiniones e ideas, renuncia a guardar silencio sobre evidencias invisibles para la mayor parte de sus colegas, que fletan un barco para salvar a los afectados por las preferentes y después le abren un agujero para que naufrague.