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Si queremos resultados diferentes, habrá que buscar soluciones diferentes
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Si queremos resultados diferentes, habrá que buscar soluciones diferentes

En términos de empleo, resulta más que evidente que la cifra de paro de nuestro país es de una magnitud desconocida y, desde todo punto de

En términos de empleo, resulta más que evidente que la cifra de paro de nuestro país es de una magnitud desconocida y, desde todo punto de vista -económico, social, político y sí se quiere ético-, absolutamente insoportable. Y lo que resulta más evidente todavía es que si seguimos con las mismas políticas, con los mismos remedios y con las mismas soluciones que hasta la fecha, los resultados, por desgracia, no serán muy diferentes.

Se habla mucho de innovación, de cambio, de desarrollo, de modelos de competitividad que nos permitan operar con solvencia en un mercado cada día más global, cada día más complejo, pero, sin embargo, en algo tan importante como son las políticas de empleo, con la ingente cantidad de recursos que conllevan, se sigue operando bajo el mismo sistema de hace 20 años. 

Políticas pasivas, es decir, prestaciones y subsidios por desempleo, son capítulos imprescindibles y absolutamente necesarios, más si cabe en una coyuntura como la actual, sobre las que no creo que nadie cuestione su necesidad, su derecho y su conveniencia; nadie pone en duda el QUÉ, pero quizá habría que reflexionar si no hay que replantearse el CÓMO.

Una vez generado el derecho, por supuesto, habría que plantearse cuál es el compromiso del ciudadano durante ese período de desempleo que, con seguridad, querrá que sea el menor tiempo posible. Su compromiso con la búsqueda activa de empleo y con la mejora de su capacitación profesional. Hasta la fecha, sobre esta cuestión poco se ha hecho en España y los resultados saltan a la vista. No es así como se funciona en la mayoría de los países de la UE, en donde ese concepto de la 'flexiseguridad' anima y compromete a Estado y a ciudadanos a ser más exigentes en esta materia, entre otras cosas, por el enorme gasto que conlleva, gasto que debería tornarse en inversión productiva, convirtiendo una política pasiva en una política activa.

Más presupuesto no significa lograr el objetivo

Habría que plantearse cuál es el compromiso del ciudadano durante ese período de desempleo; su compromiso con la búsqueda activa de empleo y con la mejora de su capacitación profesional

La asignación per se de un mayor presupuesto no conlleva necesariamente la seguridad de que el objetivo se vaya a cumplir; ahí están los resultados de lo hecho hasta la fecha. Habrá que introducir, por tanto, nuevos elementos, nuevos parámetros de medición, nuevos objetivos, habrá que buscar otros criterios de eficiencia y de eficacia que nos ayuden a gestionar mejor menores recursos, porque, si no lo hacemos así, difícilmente se podrá hacer con menos lo que no fuimos capaces de hacer con más.

Replicar modelos de funcionamiento del pasado, de otro momento, de otras circunstancias económicas y sociales, de cuando en España teníamos un 8% de desempleo (que ya nos parecía mucho…) a la España de los 6,2 millones de parados es no entender que, o hacemos cosas diferentes o los resultados serán los mismos, si no peores.

Mucho se está hablando de la colaboración público-privada en materia de empleo, en la medida en que las recientes reformas, de manera valiente y decidida, han permitido empezar a explorar cuál ha de ser el futuro de esa colaboración. Ante el enorme drama del desempleo y de las 6,2 millones de personas sin trabajo, sería un error sacar aquí también la carga demagógica de la privatización, de la externalización salvaje, etc. La labor de intermediación laboral es una competencia de carácter público que mediante la oportuna homologación, autorización administrativa, exhaustivos controles y procedimientos de licitación públicos, abiertos y transparentes, permite la contratación de entidades colaboradoras de los correspondientes servicios públicos en esa muy necesaria labor de ayudar a la gente a encontrar un empleo o de mejorar sus posibilidades de hacerlo.

Y también aquí la clave del éxito de esa colaboración no estará en el QUÉ, no debería estarlo, sino en el CÓMO. Si el modelo de colaboración se sustenta en las mismas bases que guiaban las políticas de hace 20 años, los resultados que todos queremos serán difíciles de conseguir; si, por el contrario, también aquí somos un poco innovadores y nos basamos en nuevos y diferentes principios de colaboración, aun con menos recursos, seguro que se podrán conseguir mejores resultados. Si queremos resultados diferentes, habrá que hacer cosas diferentes. La frase no es nuestra, pero compartimos lo que dice.

*Santiago Soler es secretario general de Adecco.

En términos de empleo, resulta más que evidente que la cifra de paro de nuestro país es de una magnitud desconocida y, desde todo punto de vista -económico, social, político y sí se quiere ético-, absolutamente insoportable. Y lo que resulta más evidente todavía es que si seguimos con las mismas políticas, con los mismos remedios y con las mismas soluciones que hasta la fecha, los resultados, por desgracia, no serán muy diferentes.