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Las preferentes y la ética bancaria
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Las preferentes y la ética bancaria

Que la comercialización de las preferentes y subordinadas es el mayor escándalo financiero de la democracia española reciente resulta indiscutible. Es, por volumen de dinero, por

Que la comercialización de las preferentes y subordinadas es el mayor escándalo financiero de la democracia española reciente resulta indiscutible. Es, por volumen de dinero, por el sistema de comercialización y por la negligencia -si no connivencia con la banca- del Gobierno Zapatero, de la CNMV y del Banco de España, un hecho de tanta gravedad que debería tener muchas más consecuencias políticas y jurídicas para los responsables que las que está teniendo.

Por otro lado, aunque quienes ahora están en la picota son los bancos rescatados, debe quedar claro que este sida financiero fue inoculado entre los ahorradores españoles por la práctica totalidad de las entidades bancarias. La conducta, en resumen, consistía en prometer a los ciudadanos un tipo de interés un poco más elevado (tampoco tanto) que el tipo medio de mercado, al tiempo que se les aseguraba que su dinero no corría peligro y que, si lo necesitaban, en unos días lo recuperarían sin problemas. ¿Quién, con esas premisas, se resistía a la oferta? Además, todo se adornaba con grandes afirmaciones de la solvencia de los bancos y con infusiones de seguridad suministradas a grandes dosis.

Nadie les decía que eran acciones casi ordinarias, que estaban sujetas a una cotización en un mercado secundario, que eran (las preferentes) perpetuas para quienes las compraban, o -mucho menos- que su dinero pasaba inmediatamente al capital de los bancos en una indecente operación de incremento de solvencia a costa del sufrido ahorrador.

La diferencia con los pagarés de la Nueva Rumasa es, hasta cierto punto, cuantitativa y, sobre todo, cualitativa, pues Ruiz Mateos era un jugador de quinta regional y los altos directivos de la banca jugaban en la Champions League.

Hablaron de quitas, pero lo que no dijeron es que, además de la quita inicial, luego venía otra consistente en aplicar la prima (y seguimos haciendo el primo) de emisión de más del 35%; y aún una tercera adicional cuando las nuevas acciones ordinarias entren en el mercadoLos de la banca no intervenida (no rescatada) hicieron sus apaños con los perjudicados para que el asunto no les salpicara demasiado (digo apaños porque nunca hicieron lo que deberían haber hecho, es decir, devolver el dinero lisa y llanamente); pero los bancos rescatados, por virtud del Memorando de Entendimiento con Bruselas firmado por el actual Gobierno en julio de 2012, imponen pérdidas enormes a los clientes que fueron víctimas de sus engaños.

Siguen las presiones sobre los afectados

Lo peor es que, ahora, con el cuento del arbitraje, siguen las presiones inmisericordes sobre los afectados, en su inmensa mayoría personas de nula formación económica y financiera, además de ser también personas de escasísima formación cultural. Esas presiones, a día de hoy, se concretan en imponerles, prácticamente, la presunta solución del arbitraje, que no es sino una operación de maquillaje político sin garantías reales, ni de devolución del cien por cien del dinero sustraído ni de los plazos en que haya de recaer el laudo arbitral.

Como existe una cantidad tope destinada a los arbitrajes, empiezan por atender a los damnificados que tienen atrapadas cantidades pequeñas para, así, poder decir luego que han solventado el problema a mucha gente; pero, sobre todo, nadie concreta el tiempo máximo de resolución de los arbitrajes.

Tampoco les dicen que un arbitraje no consiste sólo en rellenar una solicitud, sino que, además, luego hay que comparecer ante el árbitro, enfrentarse con el abogado del banco (pues los bancos sí llevarán a sus letrados), y afrontar la fase probatoria como si ante un juez comparecieran. ¡Tengan mucho cuidado quienes, de nuevo, se dejen embrollar!

Hablaron de quitas, pero lo que no dijeron es que, además de la inicial, luego venía otra consistente en aplicar la prima (y seguimos haciendo el primo) de emisión de más del 35%; y aún una tercera adicional cuando las nuevas acciones ordinarias entren en el mercado. Digo lo anterior porque, en estos días, se está desencadenando otro mecanismo de intimidación consistente en decirles a los perjudicados que acepten, sin más, el canje obligatorio forzado por el Gobierno Rajoy.

Las entidades financieras en los últimos años han colocado entre pequeños ahorradores muchos productos de altísimo riesgo y generado entre sus clientes grandes pérdidas. Las autoridades reguladoras y de control han tenido una actitud permisivamente cómplicePues bien: los afectados deben saber que, aunque el canje sea obligatorio, ellos no deben jamás consentirlo y que los jueces españoles no quedan en absoluto vinculados por ese canje obligatorio a la hora de dictar sentencias reconociendo la nulidad de los contratos o la resolución de estos por el clarísimo incumplimiento de las entidades infractoras.

En resumen, la solución más segura, rápida y fiable pasa por la interposición de la demanda ante la jurisdicción civil. Los jueces sí son realmente independientes y saben bien en qué han consistido todas estas tropelías financieras. Por otro lado, se les dice a los damnificados que el arbitraje es gratuito, pero se les oculta que las sentencias judiciales desfavorables a los bancos llevan aparejada por lo general la condena en costas, con lo que, al final, también el juicio les sale gratis a los perjudicados pues, en este caso, es el banco quien acaba pagando el abogado de éstos.

Ya sabemos que las entidades infractoras se dan mucha prisa en airear las noticias de sentencias (muy pocas, por cierto) que les son favorables; pero los afectados deben saber que quien les engañó una vez, si se dejan, lo volverá a hacer más veces.

Las entidades financieras en los últimos años, además de preferentes y subordinadas, han colocado entre pequeños ahorradores muchos productos de altísimo riesgo y ocasionado a sus clientes grandes pérdidas. Las autoridades reguladoras y de control han tenido una actitud permisivamente cómplice.

Si no se produce de inmediato una fuerte regeneración de la ética bancaria, la gente acabará desconfiando del sistema por completo y retirando su dinero de él.

*Miguel Durán, abogado.  

Que la comercialización de las preferentes y subordinadas es el mayor escándalo financiero de la democracia española reciente resulta indiscutible. Es, por volumen de dinero, por el sistema de comercialización y por la negligencia -si no connivencia con la banca- del Gobierno Zapatero, de la CNMV y del Banco de España, un hecho de tanta gravedad que debería tener muchas más consecuencias políticas y jurídicas para los responsables que las que está teniendo.