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Hacia un nuevo modelo de gestión para la reducción del gasto público
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Hacia un nuevo modelo de gestión para la reducción del gasto público

Si le preguntan al Observatorio del Gasto Público si un gasto de personal de 400 euros por cada habitante es eficiente, la respuesta sería “depende”. “Si

Si le preguntan al Observatorio del Gasto Público si un gasto de personal de 400 euros por cada habitante es eficiente, la respuesta sería “depende”. “Si se tratase, por ejemplo, de San Esteban de Gormaz debería reducir este gasto en 23 euros, mientras que si fuese el caso de la ciudad de Málaga todavía habría margen de 151 euros para considerarlo excesivo”. Esta respuesta resume de modo simple el modelo de gestión que debe abordarse para una reducción del gasto y una gestión más eficiente del dinero público.

El conjunto de condiciones a las que debe responder una gestión eficaz del gasto es amplio y complejo, pero podríamos sintetizarlo en algunas de estas cualidades. El gasto debe ser eficiente (maximizar el bienestar), objetivo (erradicar decisiones arbitrarias), priorizado (orientar el recorte del gasto donde sobra, no donde se puede recortar más), transparente (dotar de información pública), sostenible (evitar que los recortes hipotequen las bases de crecimiento futuro), socialmente admisible (sin merma del Estado del bienestar) y, sobre todo, conseguir que devuelva la confianza de la ciudadanía en los gestores de las políticas públicas.

Sin embargo, este conjunto de condiciones resultan imposibles de valorar en su totalidad desde la perspectiva actual; por eso es necesaria una evolución analítica en la que el Observatorio del Gasto Público lleva trabajando los últimos años.

En la actual coyuntura económica, que prima la reducción del gasto público sobre cualquier otro factor, nos encontramos con que se penaliza a un ente público fundamentalmente en virtud de su sostenibilidad o su solvencia con independencia del nivel de servicios que preste o la inversión que realice. Este enfoque está claramente sesgado, incompleto y adolece de una visión integral. 

Una mejora de las decisiones de gasto pasa necesariamente por ampliar el actual análisis, fundamentado en un conjunto limitado de indicadores de gestión, pasando a un análisis integral que contemple un amplio conjunto de los mismos y permita un diagnóstico realista. ¿Cómo es posible que con el drástico cambio de escenario sufrido por el sector público en estos últimos años hayamos optado por reducir el foco analítico en lugar de ampliarlo?

Un segundo factor limitativo en el entorno analítico actual se debe al hecho de que los propios indicadores de gestión tienen un marcado carácter cuantitativo, manifestando la incapacidad de explicarse por sí mismos, salvo aquellos (son pocos) que se referencian a un límite legal, como puede ser el caso de la estabilidad presupuestaria.

De esta manera se da un paso esencial al dotar a los gestores públicos de la posibilidad de contar con una herramienta cualitativa en la que se facilita la interpretación de los datos de gestión que permite la toma de decisiones objetivasDesde este punto de vista, la evolución que precisa el marco de toma de decisiones pasa por cualificar el conjunto de indicadores bajo un análisis comparativo. No en vano, los principales informes socioeconómicos de referencia, nacionales e internacionales, tienen este enfoque. ¿Por qué no aplicarlo a un modelo de gestión integral del gasto público?

Clasificación socioeconómica de entes

Un modelo de este tipo es el que ha desarrollado el Observatorio del Gasto Público bajo las siglas SIDEA (Sistema de Información Decisional Económico de la Administración). La base comparativa de dicho sistema se desarrolla a partir de una compleja clasificación socioeconómica de entes, basada en modelos de inteligencia artificial, que permite agrupar aquellos que tienen características homogéneas, de modo que bajo una misma categoría socioeconómica encontramos necesidades y capacidades económicas similares. Dichas necesidades y capacidades económicas comunes se manifestarán en patrones de ingresos y gastos igualmente similares.

Bajo este prisma o modelo, el sistema calcula no sólo los indicadores para el total de entes, sino que establece los umbrales de referencia para cada uno de los indicadores de cada ente. Estos umbrales de “normalidad” vienen determinados por los patrones típicos de cada grupo. Lo que conseguimos con esto es referenciar todos los indicadores de un ente y darles un carácter cualitativo; el indicador deja de ser un dato para convertirse en un comportamiento.

Desde esta nueva perspectiva cualitativa, la desviación de un indicador respecto al comportamiento “normal” del grupo denotaría una gestión eficiente o ineficiente en función del grado y sentido de la desviación. Volviendo al ejemplo inicial que tomábamos sobre los gastos de personal por habitante, estaríamos en condiciones de dirimir si el gasto de 400 euros es bajo o alto para un ente determinado porque se encuentra dentro o fuera de un umbral de normalidad.

Una herramienta cualitativa

 De esta manera, se da un paso esencial al dotar a los gestores públicos de la posibilidad de contar con una herramienta cualitativa en la que se facilita la interpretación de los datos de gestión que permite la toma de decisiones objetivas en virtud de un diagnóstico integral del conjunto de todos sus indicadores de gestión. La fiabilidad quedará garantizada gracias a que la información proviene de fuentes oficiales.

Una vez concebido el modelo y desarrollado el sistema, el resto del trabajo consiste en que sea empleado tanto desde abajo como desde arriba, de manera individual por cada uno de los entes públicos como por los entes de gestión y planificación implicados en el diseño estratégico y las toma de decisiones económicas y presupuestarias más generales. SIDEA permite ejecutar este nuevo análisis de manera inmediata para el total de las Administraciones locales y autonómicas, incluyendo cada uno de los 8.117 ayuntamientos de España.

En un intento de fomentar este nuevo modelo de gestión y de impulsar la transparencia de la gestión pública, el Observatorio del Gasto Público ha creado, y hace público en su web, el Indicador OGP, que otorga una nota de 0 a 10 a cada ayuntamiento, diputación provincial y comunidad autónoma de España en función del comportamiento de un conjunto básico de indicadores de gestión. Esto permite saber si nuestros gestores públicos 'aprueban' o 'suspenden' en el desempeño de sus funciones.

Se trata de una iniciativa única a nivel internacional que hemos querido poner al servicio de la ciudadanía en aras del fomento de la transparencia y al impulso del necesario enfoque analítico con el que esperamos se siga avanzando en el camino ya iniciado de la sensibilización pública que exhorte a nuestros gestores públicos a ejercer con el máximo rigor la gestión del dinero de todos.

Para consultar la nota OGP de su Ayuntamiento, pinche aquí.

*Ignacio Luque es director general del Observatorio del Gasto Público

Si le preguntan al Observatorio del Gasto Público si un gasto de personal de 400 euros por cada habitante es eficiente, la respuesta sería “depende”. “Si se tratase, por ejemplo, de San Esteban de Gormaz debería reducir este gasto en 23 euros, mientras que si fuese el caso de la ciudad de Málaga todavía habría margen de 151 euros para considerarlo excesivo”. Esta respuesta resume de modo simple el modelo de gestión que debe abordarse para una reducción del gasto y una gestión más eficiente del dinero público.

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