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Mi particular réplica al “locuaz perito de Bankia”
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Mi particular réplica al “locuaz perito de Bankia”

El poderoso caballero, Dondinero, de siempre ha podido con muchas conciencias. De su influencia no han escapado ni siquiera preclaras mentes revestidas del título de catedráticos.Digo

El poderoso caballero, Dondinero, de siempre ha podido con muchas conciencias. De su influencia no han escapado ni siquiera preclaras mentes revestidas del título de catedráticos.

Digo esto por el artículo que, bajo el título de “El locuaz perito de Bankia que acongoja a los preferentistas”, publicaba hace poco en este diario Agustín Marco y que aludía al insigne “cátedro” de la UCLM D. Ángel Carrasco, en el que se le cita como “un polémico experto” contratado por Bankia para hacer las periciales en contra de los damnificados por las preferentes.

Queda fuera de duda que D. Ángel Carrasco cobra de Bankia, lo cual no es ni bueno ni malo, sino un dato también muy objetivo. Por tanto, su opinión al respecto de lo que pasó con las preferentes tiene, cuando menos, el condicionante de que “sirve a quien le paga”; igual que yo, pero con la diferencia de que a mí me pagan los perjudicados por el atropello cuando ganamos las sentencias, y a él le paga el banco que causó el daño y desde el minuto uno.

Dice el artículo que los preferentistas “tienen enfrente a un catedrático que considera que muchos eran unos listillos especuladores que quisieron comprar duros a cuatro pesetas”. El Sr. Carrasco –que sepamos– no se ha entrevistado con miles y miles de perjudicados y habla por boca de quien le paga, es decir, de Bankia. Su argumento lo vemos los abogados que peleamos día a día en los juzgados, reproducido en las contestaciones a las decenas de miles de demandas (no son sólo centenares, querido Agustín Marco), pues el argumento de Bankia consiste en presentar a los damnificados como especuladores. Puros y duros.

Esos empleados saben (y no tienen más remedio que reconocerlo así, aunque no faltan quienes, por miedo o por servilismo tratan de disfrazar la verdad) que ellos fueron a la guerra de intoxicar con este producto a muchos ahorradores porque su Banco les indujo a ello.

Dice Agustín Marco que el preclaro Catedrático afirmó en un reciente comunicado que “no se cortó un pelo al aseverar que los preferentistas quisieron comprar duros a cuatro pesetas mientras los demás los comprábamos por cinco, que si hubieran ganado en la especulación no hubieran repartido el premio, pero ahora quieren repartir la pérdida a contribuyentes, depositarios, accionistas de entidades del FROB, empleados de estas entidades en curso de irse a la calle por un ERE, a todos los españoles en general, no a la banca, porque no hay banqueros –distintos de contribuyentes y empleados– en la banca del FROB”.

D. Ángel Carrasco no ha tenido que ver un montón de personas (no voy a apelar a que muchos de ellos son muy ancianos ¡que también!), ni le han explicado lo que vemos a diario en los juzgados cuando preguntamos a los empleados de Caja Madrid (luego Bankia) que vendieron este producto. Esos empleados saben (y no tienen más remedio que reconocerlo así, aunque no faltan quienes, por miedo o por servilismo tratan de disfrazar la verdad) que ellos fueron a la guerra de intoxicar con este producto a muchos ahorradores porque su Banco les indujo a ello.

Me encantaría encontrarme a este “extraordinario perito”, don Ángel Carrasco, en los juzgados en los que a diario defiendo preferentistas para que sostuviera, no de forma genérica como lo hace en sus comunicados, sino de manera directa, ante un juez y frente a las pruebas que se realizan en el juzgado, que los preferentistas son unos listillos especuladores. Me gustaría ponerle frente a los más de dos mil preferentistas que defiendo y que saben muy bien que esto se les vendió como algo seguro y sin riesgo, sin riesgo, Sr. Catedrático, porque ellos siempre les decían a los empleados que ¡no querían riesgos!

A cada cual le afecta su “roña”, Sr. Carrasco. A mí me afecta la de la gente que, en muchos casos, lo ha perdido casi todo; a usted, le afecta la de quien le paga con parte de los veinticuatro mil millones de todos nosotros.

Sobre la sentencia del TS 840/2013

De todas formas, le aconsejo que se dé una vuelta por lo que dice la Sentencia del Pleno del Tribunal Supremo 840/2013, en la que, siguiendo la Jurisprudencia europea y al tratar sobre la comercialización de productos financieros en general, establece muy claramente cuáles son las obligaciones de las entidades financieras a la hora de vender productos de este tipo a los consumidores y usuarios.

El civilista que cita Agustín Marco se despacha con proclamas acerca de que hay que pagar lo que se debe, de que Bankia y otras eran como entidades concursadas y que, en este caso, los acreedores tienen que asumir las pérdidas y cosas similares.

Si los preferentistas hubieran sido advertidos, el 99% de los ahorradores habría dicho que no querían eso que usted dice ahora que es tan legal y tan bueno

Sr. Carrasco: yo le digo desde aquí que, si los preferentistas hubieran sido advertidos de que las agencias calificaban las preferentes como bonos basura, si se les hubiera dicho que era deuda perpetua, si se les hubiera informado de que sus ahorros pasaban a ser propiedad de Bankia, si se les hubiera indicado que era Caja Madrid (Bankia luego) quien dominaba un mercado que ni siquiera era secundario –porque era un miserable mercado interno–; si se les hubiera dicho que las cuentas de Caja Madrid tenían más trampas que un cuento chino; si se les hubiera dicho que a ellos se les ofrecía un 7% porque los inversores profesionales pedían por estas porquerías un mínimo de un 16% y Caja Madrid consideró (con el Sr. Blesa a la cabeza) que era más fácil engañar abuelos al 7% que pagar inversores o fondos depredadores al 16%, si se hubiera dicho todo eso a los ahora damnificados, puede usted, Sr. Catedrático, estar seguro de que el 99% de los ahorradores habría dicho que no quería eso que usted dice ahora que es tan legal y tan bueno.

La suerte que tenemos esos que usted llama “intelectuales de medio pelo” o “abogados que se aprovechan de la situación” es que la inmensa mayoría de los jueces españoles no están pagados ni por Bankia ni por los preferentistas, sino por todos los contribuyentes y administran Justicia (Derecho) con independencia y con lealtad a la Constitución.

De todas formas, si el Sr. Catedrático tiene interés en sostener un debate público con este modesto “pigmeo” del Derecho acerca de los vicios del consentimiento, del dolo y de cuestiones similares, recójame el guante de este “duelo a muerte jurídica” que le lanzo desde aquí. Los preferentistas que usted, dividiéndolos a tercios de forma tan científica, declara listillos especuladores quizá tengan interés en lo que pueda rebatirme.

*Miguel Durán Campos, abogado.

El poderoso caballero, Dondinero, de siempre ha podido con muchas conciencias. De su influencia no han escapado ni siquiera preclaras mentes revestidas del título de catedráticos.

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