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Ébola IV: Nos estamos perdiendo en los detalles
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Ébola IV: Nos estamos perdiendo en los detalles

Parece que los acontecimientos han decidido mantener entretenida a la prensa y a los lectores, y las noticias y sus desmentidos van y vienen, en una

Parece que los acontecimientos han decidido mantener entretenida a la prensa y a los lectores, y las noticias y sus desmentidos van y vienen, en una cadencia constante y alarmante. La nación entera parece preocupada por cómo fueronal detallecada una de las horas de los últimos seis díasde la vida de la enfermera contagiada por Ébola. Las mangas cortas de un traje de protección biológica, la cinta aislante de alguna foto, la vida de un pobre perro, la cifrade cuántas veces se han enviado los protocolos o si el umbral de alerta debe estar en los 38,6 o en los 38,2 gradosestán marcando la pauta informativa.

Mientras, nada sabemos del problema de fondo: cuántos infectados más puede haber, quése está haciendo para identificar y controlar a la población de riesgo, quéharemos si dentro de los próximos 21 días (periodo máximo de incubación del virus en humanos) aparecen más contagios y quéharemos con el próximo infectado que pida ser repatriado.

Nos perdemos, como chiquillos, en los detalles, y eso puede ser divertido si no hay nada más que hacer, pero aquí queda mucho por hacer en los próximos veintiún días.Es como si, durante un incendio, vecinos y bomberosestuvieran dedicando más tiempo y esfuerzoa conocer la causa del fuego o la identidad del posible pirómano, que a apagar el fuego. Ahora hemos de apagar el fuego y luego, pasados los veintiún días de riesgo, ya veremos qué y quienes fallaron.

Hasta ahora hemos ido siempre por detrás del problema:Primero trayendo, sin duda de buena fe pero insensatamente, a los infectados. Llevar un infectado a una zona libre de infección para tratarloes invitar a la infección a avanzar con mayor rapidez, y eso hemos hecho. Debíamos haberles prestado toda la ayuda in situ.Segundo, discutiendo los costes de esos traslados y quién los pagaba, en lugar de centrar la atención en evitar el contagio. A esa gestión había que haber prestado mayor atención científica y todo el dinero que hubiera hecho falta.

Tercero, ensañándonos con Sanidad por el contagio, en lugar de preocuparnos por el verdadero problema, que es contener la posible epidemia.Cuarto, para rematarlo, algún político descalificando a la pobre enfermera por su posible error, en lugar de prestar todo el apoyo a su posible curación y consuelo a su familia.Quinto: trasladando a la sociedad el sentimiento de que ya está todo resuelto, porque sabemos qué falló en la barrera de aislamiento.

Lo que ha pasado, por grotesco y mediático que sea, no debe distraer ni un minuto a los gestores de esta crisis. Lo único que importa ahoraes evitar lo que puede ocurrir.Ahora lo esenciales frenar la posible expansión del virus. Una enferma con capacidad de contagioha estado al menos seis díasdescontrolada, pudiendo trasmitir la enfermedad a su entorno. La gestión de esa parte, de este triste episodio de la vida nacional, es la que marcará el futuro de esta crisis.

Hemos de suponer que se debe estar haciendo todo lo posiblepor parte de las autoridadescon ese objetivo.Pero debe aparecer yaalguna cara científicamente creíble, que pilote esta crisis y dé explicaciones claras y permanentes. Nada alimenta tanto el miedo como la desconfianza y la incertidumbre, y por ahora falta luz, liderazgo y ciencia, en la gestión de esta crisis.

Parece que los acontecimientos han decidido mantener entretenida a la prensa y a los lectores, y las noticias y sus desmentidos van y vienen, en una cadencia constante y alarmante. La nación entera parece preocupada por cómo fueronal detallecada una de las horas de los últimos seis díasde la vida de la enfermera contagiada por Ébola. Las mangas cortas de un traje de protección biológica, la cinta aislante de alguna foto, la vida de un pobre perro, la cifrade cuántas veces se han enviado los protocolos o si el umbral de alerta debe estar en los 38,6 o en los 38,2 gradosestán marcando la pauta informativa.