Es noticia
Funcionario enfermo regala espadas
  1. España
  2. Tribuna
Tribunas EC3

Tribuna

Por

Funcionario enfermo regala espadas

Damocles -reza la leyenda-  era cortesano de Dionisio de Siracusa, también apodado El Tirano. Ante el resto de miembros de la Corte, Damocles solía aludir, con

Foto:

Damocles –reza la leyenda– era cortesano de Dionisio de Siracusa, también apodado el Tirano. Ante el resto de miembros de la Corte, Damocles solía aludir, con envidia, a la felicidad de Dionisio. Bien mirado, sin embargo, la dicha de Dionisio era solo apariencia. Para demostrarlo, organizó una fiesta en honor de Damocles, agasajándole como a un príncipe. Sin embargo, en plena fiesta, el cortesano reparó en que, colgada del techo de la estancia, pendía una espada sostenida únicamente por una crin de caballo. Damocles, claro es,quiso entonces ausentarse de la fiesta, pero el permiso del Tirano sólo llegó tras reconocer aquél que la felicidad que se ve en los otros suele ser un espejismo.

Hablemos, pues, de espadas:

Espada de Damocles es la que pende sobre cualquier persona a la que se le diagnostica un cáncer o cualquier otra enfermedad que hace peligrar su vida. Esa persona confía en la crin y en la argolla que la sostiene; entrega su cuerpo (y su alma) a los médicos y profesionales sanitarios que merecen su confianza y se enfrenta con la ayuda de estos últimos a la amenaza que, para ella y sus seres queridos, suponen el peso de la espada y la fuerza de la gravedad (nunca mejor dicho). Ésta es la lucha de un enfermo, independientemente de sus apellidos. Igual da, por tanto, que se llame asalariado, autónomo o funcionario. La enfermedad concierne a todos por igual.

En los últimos días, no obstante, se ciernen sobre los enfermos con determinado apellido –los funcionarios pertenecientes a MUFACEy los titulares de ISFAS, que en su momento optaron por la cobertura de la sanidad privada– otras espadas diferentes.

Estas otras espadas, blandidas ahora por la mano del Tirano, no tienen que ver con la congelación de sus sueldos o con las pagas extraordinarias. Sí guardan relación, en cambio, con quienes se enfrentan y luchan con estos enfermos para combatir la enfermedad: los médicos, el personal y los centros hospitalarios en que son tratados.

Una de las nuevas espadas es el cambio de concierto operado entre las mutualidades a que pertenecen (MUFACE o ISFAS) y determinadas entidades aseguradoras (Adeslas, Asisa y DKV). Así, se ha convenido no cubrir para 2015 las especialidades de Oncología, Psiquiatría, Pruebas diagnósticas, Urgencias, Cirugía General, Aparato Digestivo, Cirugía Plástica y Reconstructiva en algunos hospitales de la Comunidad de Madrid. Entre otros muchos, el Hospital Universitario Quirón Madrid.

Otra flamante espada –y ya van dos– es blandida por las propias entidades aseguradoras, con Adeslas a la cabeza. Así, poniéndose el BOE por montera, las aseguradoras ni han informado del cambio de Concierto a los pacientes afectados ni están contestando a las peticiones hechas por muchos funcionarios de acogerse al denominado “principio de continuidad asistencial”; un principio, por cierto, que les permitiría seguir siendo tratados en sus hospitales de confianza durante al menos un año.

En relación con esto último, sale al encuentro otra espada: la tercera. Los mutualistas asegurados se enfrentan al riesgo de que las entidades aseguradoras se tomen al pie de la letra lo de “un año” pero sin el “al menos”. Es decir, cabe la posibilidad de que las entidades permitan que sus asegurados con apellido sigan siendo tratados en sus hospitales de confianza, pero sólo durante un año. Naturalmente el gesto, de darse, sólo se basaría en la probabilidad de que, después de ese tiempo, muchos de nosotros hayamos muerto, porque la confianza en nuestros hospitales y médicos no la vamos a perder.

Y queda aún una cuarta espada, igual o más afilada que las anteriores. Los funcionarios sólo disponemos hasta el 31 de enero para optar entre el régimen general de la Seguridad Social o la sanidad privada. Pero ¿cómo vamos a ejercer esa opción si no se nos ha contestado sobre el consabido beneficio de “al menos un año”? ¿Ha sopesado el Gobierno qué sucedería si los más de un millón de afectados por el nuevo concierto nos acogiéramos al régimen general de la Seguridad Social?

Somos enfermos antes que funcionarios y personas antes que enfermos. Alguien colgó sobre nuestras cabezas una espada de Damocles con el nombre de “cáncer”, “cardiopatía” o de cualquier otra enfermedad grave. No nos pongan más espadas ni nos retiren la crin. Permítannos aferrarnos a nuestros hospitales y médicos como nos aferramos a la vida.

*Marien Aguilera Morales.Plataforma de afectados MUFACE-ISFAS

(Firmas en apoyo de la Plataforma en:http://afectadosmuface.es.tl)

Damocles –reza la leyenda– era cortesano de Dionisio de Siracusa, también apodado el Tirano. Ante el resto de miembros de la Corte, Damocles solía aludir, con envidia, a la felicidad de Dionisio. Bien mirado, sin embargo, la dicha de Dionisio era solo apariencia. Para demostrarlo, organizó una fiesta en honor de Damocles, agasajándole como a un príncipe. Sin embargo, en plena fiesta, el cortesano reparó en que, colgada del techo de la estancia, pendía una espada sostenida únicamente por una crin de caballo. Damocles, claro es,quiso entonces ausentarse de la fiesta, pero el permiso del Tirano sólo llegó tras reconocer aquél que la felicidad que se ve en los otros suele ser un espejismo.

Funcionarios Seguridad Social Aseguradoras