Presupuestos al estilo Rajoy: sin coraje ni ambición de país

Los Presupuestos 2016, o sea, el primer acto electoral del PP, han llegado este martes al parlamento. El rey de la prestidigitación, el ministro Montoro, los presentó en una rueda de prensa en la que lo único sincero ha sido su añoranza por Aznar.

Nos encontramos ante unos Presupuestos grises e insolidarios, broche final de una legislatura mediocre y sin coraje. Una legislatura marcada por la falta de respeto al Parlamento, que no podía terminar de otra manera que con este nuevo ataque, ya que se le hurta al parlamento su principal responsabilidad de control e impulso a la labor del Ejecutivo. Una vez más, Rajoy muestra su desprecio a esta Cámara y confunde sus intereses particulares con los de la institución.

Rajoy comenzó su mandato mintiendo. “Bajaremos los impuestos”, dijo. Y acaba de la misma manera que ha gobernado estos cuatro años: haciendo del engaño y la mentira su forma de actuar. Negó la caja B, negó el rescate… y envía ahora unos presupuestos para un país en el que sabe que no gobernará.

Estos Presupuestos no responden a las necesidades del país. El único objetivo del PP y del Gobierno al remitirlos es intentar ganar las elecciones falseando, una vez más, la realidad. Rajoy piensa en clave electoral, de partido, pero no en clave de país.

Hay nueve millones de pensionistas y tres millones de empleados públicos que verán cómo se contrae su poder adquisitivo por cuarto año consecutivo. El Gobierno presenta como un ahorro que los parados de larga duración vayan agotando sus prestaciones, cuando hay más de 5,1 millones de personas desempleadas y casi la mitad de ellas sin cobertura.

Son unos presupuestos de vergüenza ajena, de un Gobierno y un partido que acaba la legislatura como la empezó: mintiendo y burlándose del Parlamento

Al mismo tiempo, rebajar un 22% los recursos destinados a desempleo en un país con casi 14 millones de ciudadanos que viven en riesgo de exclusión es un insulto y una demostración bochornosa de falta de empatía con los más débiles. Diré más: es una muestra de falta de piedad.

El Gobierno no ha afrontado una reforma a fondo de las Administraciones Públicas, que UPyD viene defendiendo desde hace ocho años, como la fusión de ayuntamientos, supresión de Diputaciones, eliminación de Consejos Económicos y Sociales, Tribunales de Cuentas, Consejos Consultivos,defensores del pueblo, embajadas autonómicas; no ha afrontado una profunda y radical reforma de la Administración de Justicia que empiece por tener órganos independientes y suprimir los aforamientos; y no ha afrontado la supresión del Senado, cámara obsoleta e innecesaria con la actual estructura del Estado. Tampoco hay una reforma fiscal profunda que redistribuya la carga. Sin todas estas reformas no hay manera de cuadrar las cuentas, ni siquiera a costa de reducir gastos esenciales en educación, sanidad, pensiones, desempleo, I+D, justo aquello que ningún país que piense en las futuras generaciones se puede permitir.

En suma, son unos presupuestos de vergüenza ajena, de un Gobierno y un partido que acaba la legislatura como la empezó: mintiendo a los españoles y burlándose del Parlamento. Que no cuenten con nosotros para esto.

*Rosa Díez, portavoz parlamentaria de UPyD