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¿Quién ganó en Cataluña?

La polémica es relevante, porque no aporta la misma legitimidad la mayoría de votos que la mayoría de escaños. Ahí está la pelea

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)

Las elecciones al Parlamento Catalán, aun tratándose de unas elecciones autonómicas, se plantearon como un plebiscito sobre la independencia. La población mayoritariamente ha votado en clave de plebiscito y la interpretación de sus resultados se está leyendo de la misma forma. A falta de una pregunta explícita, la intención de los convocantes era inferir el pronunciamiento de los votantes de los resultados de las opciones clasificadas en independentistas o no independentistas. Aunque la idea parece sencilla, una vez concluidas las elecciones, el recuento se ha interpretado de distintas maneras.

En los momentos posteriores al escrutinio la interpretación dominante fue asumir que el voto a JxS o la CUP(48%) era un voto a favor de la independencia y el voto al resto de opciones (52%) era un voto contrario a la independencia. Bajo este supuesto el no a la independencia habría ganado.

Posteriormente se han producido otras interpretaciones. Distintos portavoces de las opciones independentistas han cuestionado que los votos a partidos como Catalunya Si que es Pot o Unió , que representan un 12% del total, tengan que incluirse en el recuento, apoyándose en que existen ambigüedades programáticas de estas opciones sobre la independencia. Bajo este supuesto el Sí a la independencia habría ganado con un 48% vs. 40% .

Portavoces independentistas han cuestionado que los votos a partidos como Catalunya Si que es Pot o Unió , un 12% del total, tengan que incluirse en el recuento

Quizá una posible vía para interpretar donde incluir en el recuento a los votantes de Catalunya Si que es Pot o Unió consiste analizar su opinión sobre la independencia en base a los datos de la encuesta pre-electoral realizada por Instituto DYM para El Confidencial.

Los datos de la encuesta revelan que los votantes de estos partidos son mayoritariamente contrarios a la independencia. Cuatro de cada cinco votantes de Catalunya Si que es Pot y casi 6 de cada diez de Unió se muestra en contra de la independencia. Esta constatación avalaría el mantenimiento de ambas formaciones en el bloque no independentista. Pero podría alegarse que incurre en una evidente imprecisión, porque la minoría de votantes independentistas de estas formaciones, aunque escasa, sumaría como no independentista.

Para evitar la imprecisión sería necesario corregir el recuento que resulta de sumar directamente votos a partidos. Por una parte habría que computar como favorables a la independencia la proporción de votantes independentistas de Unió o de CSP y lógicamente también la de los que votaron a otros partidos considerados no independentistas.

Pero igualmente, para ser ecuánime, habría computar como contrarios a la independencia los votantes no independentistas que votaron a JxS o CUP, que también los hubo. Este es un aspecto que no se ha considerado hasta ahora, ya que el 6% de los votantes de Junts pel Si y el 10% de los votantes de CUP se muestran contrarios a la independencia.

El 6% de los votantes de Junts pel Si y el 10% de los votantes de CUP se muestran contrarios a la independencia

Por tanto, utilizando los datos aportados por la encuesta de Instituto DYM, el recuento corregido no diferiría de las primeras interpretaciones. Al 48% de votos obtenidos por JxS y CUP habría que añadirle un 3,8% de votantes no independentistas que votaron a otros partidos y habría que restarle un 3,2% de votantes propios que no son independentistas, produciéndose un efecto de suma 0. La proporción 48%-52% se mantendría estable.

La polémica es relevante, porque no aporta la misma legitimidad la mayoría de votos que la mayoría de escaños. Ahí está la pelea. Tomando de nuevo como referencia los datos de la encuesta, sólo el 19% de la sociedad catalana consideraría suficiente una mayoría de escaños para justificar la continuidad del proceso, porcentaje que ascendía hasta el 36% si se alcanzaba una mayoría de más del 50% de los votos. Y más relevante es que incluso que entre los votantes de Junts Pel Sí el 40% justificaban continuar el proceso con una mayoría de escaños pero un 57% no lo consideraban suficiente.

En lo que no hay lugar a dudas e interpretaciones es que la sociedad catalana está claramente dividida, y que esto se refleja hasta a la hora de interpretar los mismos números.

Las elecciones al Parlamento Catalán, aun tratándose de unas elecciones autonómicas, se plantearon como un plebiscito sobre la independencia. La población mayoritariamente ha votado en clave de plebiscito y la interpretación de sus resultados se está leyendo de la misma forma. A falta de una pregunta explícita, la intención de los convocantes era inferir el pronunciamiento de los votantes de los resultados de las opciones clasificadas en independentistas o no independentistas. Aunque la idea parece sencilla, una vez concluidas las elecciones, el recuento se ha interpretado de distintas maneras.