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España, de aquí a 2020: metas, caminos y decisiones
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España, de aquí a 2020: metas, caminos y decisiones

Hay buena parte de nuestro destino que depende de las metas que nos marcamos, de los caminos que elegimos y de las decisiones que tomamos. Individualmente, desde luego. Y, sin duda, como país

Foto: La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina. (EFE)
La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina. (EFE)

Es tiempo de balances, como al final de cada año; de repasar lo que ya estamos dejando atrás. Pero, sobre todo, es tiempo de mirar al futuro. De pensar en cómo queremos que nos vaya de aquí en adelante; y de plantearnos qué hacer para lograrlo.

Hay buena parte de nuestro destino que depende de las metas que nos marcamos, de los caminos que escogemos y de las decisiones que tomamos. Individualmente, desde luego. Y también, sin duda, como país. Especialmente ahora, que está en juego el futuro que queremos para España de aquí a 2020, al menos.

Todas las elecciones son importantes. En todas, tenemos el derecho y la responsabilidad de decidir sobre nuestro futuro. De elegir quién va a gestionar mejor lo que es de todos; quién ofrece más garantías para hacer frente a los retos que nos esperan; en definitiva, quién tiene mayor altura de miras para que las cosas mejoren. En todas las elecciones, contribuimos, de una u otra manera, a hacer la España que queremos.

Pero la cita electoral del domingo tiene una relevancia particular. Es, quizá, la más importante de nuestra historia democrática.

En los últimos años hemos vivido situaciones excepcionales. La mayor crisis económica en décadas. La amenaza cierta de un rescate a España que habría supuesto miles de despedidos, recortes de las pensiones y reducciones salariales. La absoluta falta de confianza internacional. El pulso secesionista. Los brutales atentados de París. Con todo esto, y más, hemos lidiado todos, con Mariano Rajoy a la cabeza. Y, en contra de lo que muchos auguraban, hemos logrado salir adelante.

Ahora no podemos permitirnos el lujo de parar. Son muchos los que aún esperan las oportunidades que merecen; y muchos los desafíos a los que hacer frente

Los españoles hemos demostrado que estamos a la altura; hemos demostrado -a nosotros mismos y a los demás-, lo que somos capaces de hacer cuando nos ponemos a ello. Nos lo reconocen y debemos reconocérnoslo.

Pero, sobre todo, ahora no podemos permitirnos el lujo de parar, si queremos conquistar el futuro que tenemos por delante. Porque son muchos los que todavía esperan las oportunidades que merecen; y muchos los desafíos a los que hacer frente a la vuelta del 20-D.

No se trata de romper, ni de derogar o reformar todo, como si nada valiera o como si acabáramos de empezar. No se trata de cambiar por cambiar, Se trata de seguir avanzando para seguir evolucionando; o lo que es lo mismo, para seguir cambiando a mejor.

En estas elecciones tenemos la oportunidad real de rematar una historia de éxito colectivo, que es lo que hemos vivido en los últimos años. Una historia de determinación, esfuerzo y superación, que nos pone a los españoles en condiciones de poder aspirar, legítimamente, a llegar más alto.

No estamos en un momento cualquiera. Estamos en un punto de inflexión en la recuperación de nuestro país.

La creación de empleo, de empleo de calidad, es, sin duda, el objetivo más importante que tenemos; porque no hay mayor oportunidad para una vida mejor que la que da un trabajo.

Por eso es necesario que nuestra economía siga creciendo y ganando competitividad. Nuestro modelo económico debe culminar su transformación para seguir ganando peso en el exterior; para ofrecer productos y servicios a una mejor relación calidad-precio, que nos adquieran, de manera que España siga generando riqueza y empleo.

Detrás de los datos económicos, del déficit, de la prima, de las cifras de recaudación, detrás de todo esto, están, siempre, las personas y su bienestar

No hay otro camino para crear puestos de trabajo. Como no lo hay para mejorar la sanidad, la atención a los dependientes, la educación, las pensiones, el Estado del bienestar. No hay una buena política social si no hay una buena política económica. Detrás de los datos económicos, del déficit, de la prima de riesgo, de las cifras de recaudación, detrás de todo esto, están, siempre, las personas y su bienestar.

En los próximos años, la fiscalidad debe orientarse, también, a fomentar este crecimiento económico. Es necesario que los impuestos sigan bajando, de forma justa y equitativa, y que se apoye el ahorro y la inversión, en beneficio de las familias españolas.

Tenemos que seguir avanzando en la reforma de la Administración, para que sea más ágil en prestar servicio, sin gastos innecesarios y con menos burocracia. Necesitamos una Administración más eficaz, mejor que una Administración más grande.

Necesitamos, también, la mejor educación para los jóvenes, que es lo que, de verdad, les da igualdad de oportunidades.

Y, por supuesto, tenemos el reto de trabajar permanentemente en la regeneración de la vida pública. La política debe acercarse más a los ciudadanos, en los mensajes y en las formas, sin duda. Y debemos ser capaces de vaciar de política muchos espacios de la vida pública. Pero, sobre todo, tenemos que aplicar las medidas que hemos tomado en estos años contra la corrupción. Una de las cosas buenas de tener pasado, es que tenemos la capacidad de aprender de lo vivido y de no repetir, nunca, lo que repudiamos.

Ante el chantaje secesionista, que es otro de los grandes desafíos que nos esperan, la firmeza es tan importante como la prudencia, y la prudencia tan importante con la firmeza. Es lo único que puede seguir garantizando la unidad de España y nuestro marco de convivencia. Debemos defender España, sin complejos; la unidad de España, la igualdad de los españoles y el cumplimiento de la ley. Más España, nunca menos España.

Una unión que es fundamental en la lucha contra la amenaza del terrorismo yihadista, ante la que hay que reforzar nuestros valores, afianzar la seguridad como una de las políticas de estados más importantes y seguir garantizando la libertad de todos los españoles.

Si nos marcamos las metas, seguimos el camino y tomamos decisiones adecuadas, España puede llegar a lo más alto. A eso aspiramos, en beneficio de todos

Todo ello, sin volver a perder nunca el prestigio y el peso que hemos recuperado en la Unión Europea y en el mundo. En un momento como el que ya vivimos, de importantes reajustes en el mapa geopolítico y geoeconómico mundial, con transferencias de poder, nuevos equilibrios, y emergencia de valores distintos a los occidentales y democráticos, necesitamos una España unida, estable y fuerte dentro de una Europa integrada y reforzada.

Tenemos que seguir impulsando el papel activo e influyente de España en la Unión Europea, en Naciones Unidas, en el G-20. Porque el mundo se mueve a gran velocidad; y no podemos detenernos ni quedarnos atrás si queremos tener voz en Europa y relevancia en el mundo.

Todo esto, entre otros retos, es lo que tenemos entre manos para 2016 y en adelante. No es poco ni es fácil, pero está a nuestro alcance. España es un gran país. España no tiene límites. Si nos marcamos las metas, seguimos el camino y tomamos las decisiones adecuadas, España puede llegar a lo más alto. A eso aspiramos, en beneficio de todos, en beneficio de cada uno de nosotros.

*Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

[Para más información y consultar otros datos, puede descargar gratuitamente la aplicación de El Confidencial, Elecciones 20-D, tanto para dispositivos Android como para teléfonos y 'tablets' de Apple]

Es tiempo de balances, como al final de cada año; de repasar lo que ya estamos dejando atrás. Pero, sobre todo, es tiempo de mirar al futuro. De pensar en cómo queremos que nos vaya de aquí en adelante; y de plantearnos qué hacer para lograrlo.

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