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¿Cómo conciliar empleo y crianza?

La reintegración de las madres al empleo tiene efectos fiscales positivos. Y precisamente con impuestos se podría financiar la deseable equiparación de los permisos de maternidad y paternidad

Foto:  La PPIINA reclama la equiparación del permiso de paternidad al de maternidad. (iStock)
La PPIINA reclama la equiparación del permiso de paternidad al de maternidad. (iStock)

La mayoría de las personas nos enfrentamos seriamente a la necesidad de conciliar empleo y vida familiar cuando llega la primera criatura. Un bebé es muy dependiente y necesita que le dediquen tiempo. ¿Quién debe y puede dedicarle tiempo? Esta cuestión se ha debatido mucho estos días. El cuidado de la infancia se entiende hace tiempo como responsabilidad de toda la sociedad, porque nuestra descendencia no es solo un bien privado, sino también un bien público. El Estado, las madres y los padres tienen una responsabilidad compartida en asegurar un buen cuidado a la infancia, porque sin ella no hay reemplazo generacional ni reemplazo de la fuerza de trabajo.

Las familias y el Estado tienen que invertir recursos y tiempo en este bien, pero ¿cuánto cada uno y cómo? Para conciliar empleo y vida familiar se pueden tomar muchas medidas, pero hay una que es básica por su facilidad de implantación y por sus múltiples beneficios para la infancia, las madres, los padres y la sociedad en general. Desde la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles (PPIINA) reivindicamos una reforma del actual sistema de permisos de maternidad y paternidad con el fin asegurar el bienestar de los pequeños a la vez que la igualdad de oportunidades para madres y padres. El sistema actual es disfuncional porque asigna los cuidados casi en exclusiva a las madres, que tienen derecho a un permiso de maternidad remunerado al 100% por la seguridad social durante 16 semanas, mientras que los padres solo tienen dos semanas de prestación. Ellos no tienen las mismas oportunidades de aprender a implicarse en los cuidados.

La PPIINA y la Comisión de Igualdad del Congreso, por unanimidad, han propuesto la equiparación del permiso de paternidad al de maternidad

Además, los permisos remunerados actuales son cortos. Otros permisos, como las excedencias, no se pagan o merman los ingresos, como las reducciones de jornada. La PPIINA y la Comisión de Igualdad del Congreso, por unanimidad, han propuesto la equiparación del permiso de paternidad al de maternidad, es decir, que cualquier progenitor o progenitora tenga derecho a 16 semanas de permiso intransferible y remunerado al 100%. En total esto permitiría cuidar al menos ocho meses a los bebés de forma corresponsable y sin penalización económica, si madre y padre se lo tomasen consecutivamente. Esta reforma reflejaría la corresponsabilidad del Estado, de los padres y de las madres en los cuidados y beneficiaría a la infancia. ¿Por qué no ampliar el permiso de maternidad en vez de equiparar el de paternidad? Por motivos de justicia y de eficiencia económica.

En España en 2014 el 60% de las parejas de adultos jóvenes con una criatura de entre 0 a 3 años formaban una familia de dos ingresos, a pesar del alto desempleo existente. La mayoría de las mujeres continúan con su empleo cuando se convierten en madres y además se responsabilizan de los cuidados infantiles. Los padres proveen económicamente de forma similar a las madres, pero en cambio cuidan mucho menos que ellas a los hijos. Esto no solo es injusto porque repercute negativamente sobre las oportunidades laborales de las madres en forma de discriminación directa e indirecta en la contratación y promoción, sino porque las carga a ellas con una doble jornada. Esta se ha relacionado con menores niveles de satisfacción y felicidad, en comparación con los padres. Las mujeres tienen unos niveles educativos cada vez más altos y muchas competencias emocionales y organizativas, lo que las convierte en una fuerza de trabajo fundamental.

Cada vez son más los padres corresponsables y aquellos que desearían serlo si la sociedad se lo permitiese. Los hombres saben que lo justo cuando ambos tienen un empleo es repartirse el trabajo de forma similar: el empleo, las tareas domésticas y los cuidados. Así lo expresa alrededor del 75% de ellos en las encuestas de opinión y además una mayoría se muestra a favor de una ampliación del permiso de paternidad, porque saben que a un hijo o a una hija hay que dedicarle tiempo.

La eficiencia económica de los países nórdicos está basada en una tasa de empleo femenino y una natalidad que permiten una fiscalidad suficiente

Numerosos estudios demuestran el impacto positivo de la igualdad de género en la economía. La eficiencia económica mostrada por los países nórdicos –incluso en el periodo de la Gran Crisis iniciada en 2008– está basada en una elevada tasa de empleo femenino y unos índices de natalidad que permiten mantener una fiscalidad suficiente y una política familiar adecuada. En Islandia el número de días que se toman los padres ha ido aumentando a medida que se implementó gradualmente una reforma de los permisos que establecía nueve meses de permiso bien pagado, repartido en tres meses intransferibles para las madres, tres meses intransferibles para los padres y otros tres meses más transferibles. Similar comportamiento encontramos en Suecia y Noruega, donde la ampliación gradual del permiso intransferible para los hombres ha supuesto un incremento del porcentaje de padres que lo usan íntegramente. Se suele pensar que las políticas de los países nórdicos no son aplicables a España porque su riqueza es mayor. Justamente estos países son ricos, entre otras razones, porque invierten en igualdad. Sería algo comparable a la educación: los países progresan gracias a que invierten en educación; quienes esperan a haber progresado para “permitirse el lujo” de la educación se quedan estancados.

Además hay estudios que demuestran que la reintegración de las madres al empleo tiene efectos fiscales positivos. Justamente con impuestos se financiaría la reforma de la equiparación de los permisos, que por lo tanto no tendría costes directos para las empresas, porque el permiso intransferible de 16 semanas para los padres se pagaría con los presupuestos generales del Estado. Con los salarios ahorrados los empresarios podrían pagar las sustituciones. El coste actual de la semana de permiso de paternidad se estima en 100 millones de euros y su ampliación hasta las 16 semanas, en un total anual de 1.400 millones de euros. Esto equivale al aumento del gasto en seguridad ciudadana y prisiones entre 2006 y 2010. ¿No será mejor invertir algo más en cuidados, infancia y prevención de la delincuencia?

Teresa Jurado es coportavoz de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles (PPIINA)

La mayoría de las personas nos enfrentamos seriamente a la necesidad de conciliar empleo y vida familiar cuando llega la primera criatura. Un bebé es muy dependiente y necesita que le dediquen tiempo. ¿Quién debe y puede dedicarle tiempo? Esta cuestión se ha debatido mucho estos días. El cuidado de la infancia se entiende hace tiempo como responsabilidad de toda la sociedad, porque nuestra descendencia no es solo un bien privado, sino también un bien público. El Estado, las madres y los padres tienen una responsabilidad compartida en asegurar un buen cuidado a la infancia, porque sin ella no hay reemplazo generacional ni reemplazo de la fuerza de trabajo.

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