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Si su hija es ambiciosa, apláudala
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Si su hija es ambiciosa, apláudala

La sociedad sigue penalizando a las mujeres que persiguen sus sueños con ambición, que se muestran competitivas, que son audaces

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Hoy, día internacional de la mujer, deberíamos hablar sin complejos de dos palabras femeninas fuertemente vinculadas a los hombres de éxito: ambición y audacia. No encuentro la razón por la cual nosotras y nuestras hijas despreciamos estos adjetivos cuando se refieren a una mujer… y sin embargo entendemos que en un hombre son señal de competencia profesional.

Es un día para celebrar los grandes logros hacia la igualdad que nos han ganado generaciones de mujeres audaces. A nosotras nos toca recoger su testigo y lograr una mayor representación en los órganos de decisión, mejores oportunidades y, por supuesto, menores diferencias salariales. Siempre me ha sorprendido la terrible resistencia que tiene esa brecha salarial para cerrarse definitivamente. Y es precisamente esa dificultad la que me hace preguntarme: ¿será que las mujeres somos menos competitivas?

Foto: De izq. a dcha.: Malala Yousafzai, Enrique de Inglaterra, Kofi Annan y Mary Wollstonecraft.

Efectivamente, muchos estudios científicos muestran importantes diferencias entre los dos sexos en su disposición por competir. En concreto, los hombres tienen una probabilidad de escoger un entorno “competitivo” un 13% superior a las mujeres. ¿Puede esta “predisposición a competir” determinar la selección de carreras y de salarios? Según una investigación de los profesores Reuben, Sapienza y Zingales, los individuos más competitivos ganan 15.000 dólares más al año – por supuesto controlando por las habilidades, perfil de riesgo y características demográficas. Y esta predisposición a competir explica un 10% de la persistente brecha salarial.

Otro estudio reciente nos muestra que la ambición es distinta en las mujeres si están en el anonimato o si se enfrentan a un debate público. Si van a debatir en clase, por ejemplo, se presentan menos ambiciosas, con deseo de cobrar menos (18.000 dólares al año), trabajar cuatro horas menos a la semana y viajar durante menos tiempo. Sin embargo, cuando hablamos de los hombres, las preferencias no se modifican. En conclusión, la investigación indica que las mujeres no quieren presentarse como excesivamente ambiciosas para no deteriorar su imagen y aceptación por el grupo.

Sin embargo, sabemos que cuando las mujeres deben competir consigo mismas ¡no evitan la competencia! Es decir, se muestran igual de “competitivas” que los hombres. A la vez, parece que a las mujeres no nos gusta competir contra hombres. Estos resultados me llevan a pensar que las mujeres tendemos a frenarnos a nosotras mismas sin ser excesivamente conscientes.

Foto: Una científica, en una imagen de archivo (Agencias)

Pero la sociedad sigue penalizando a las mujeres que persiguen sus sueños con ambición, que se muestran competitivas, que son audaces. Y sabemos que estas características son claves precisamente para lograr la paridad de oportunidades en todos los ámbitos de la sociedad. Ambición y audacia son también importantes para entender las diferencias salariales y el motivo por el que la brecha salarial no se cierra, por mucho que mejoremos los procesos para que sean transparentes y no haya discriminación.

¿Qué podemos hacer? Desde estas páginas me gustaría promover un pequeño esfuerzo colectivo que podría ser decisivo para el futuro de nuestras hijas. Hay que “lavarle la cara” a la audacia y a la ambición, des-estigmatizarlas y aplaudir a las niñas y a las mujeres con ganas de competir de igual a igual… con mujeres y con hombres. ¡Y esto es perfectamente compatible con ser amable, empático y comprensivo!

Mi apuesta es incorporar a los hombres al debate de la igualdad para que también sean ellos protagonistas de un cambio, que nos beneficiará a todos. Queda mucho camino por recorrer. Todavía tenemos que actualizar ciertas convenciones sociales, fruto de siglos en los que la mujer estaba ausente del mercado laboral. Romper con estos estereotipos sociales nos ayudará a romper con ese techo de cristal que, en muchos casos, se forja dentro de nosotras mismas. Si su hija es audaz, apláudala.

*Mireia Giné, profesora del IESE. Universidad de Navarra.

Hoy, día internacional de la mujer, deberíamos hablar sin complejos de dos palabras femeninas fuertemente vinculadas a los hombres de éxito: ambición y audacia. No encuentro la razón por la cual nosotras y nuestras hijas despreciamos estos adjetivos cuando se refieren a una mujer… y sin embargo entendemos que en un hombre son señal de competencia profesional.

Igualdad de género