Es noticia
Elecciones andaluzas, una contrarreloj para empezar
  1. España
  2. Una Cierta Mirada
Ignacio Varela

Una Cierta Mirada

Por

Elecciones andaluzas, una contrarreloj para empezar

La campaña de las elecciones en Andalucía, que está a punto de comenzar oficialmente, será la primera de las grandes etapas de este tremendo 'Tour electoral' del año 2015

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (Efe)
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (Efe)

La campaña de las elecciones en Andalucía, que está a punto de comenzar oficialmente, será la primera de las grandes etapas de este tremendo Tour electoral del año 2015. Es un Tour durísimo por el encadenamiento de etapas reinas (andaluzas, municipales, catalanas, generales); por el número de aspirantes a los puestos del podio, más disputados que nunca y, sobre todo, por la incertidumbre del resultado final.

La incertidumbre es grande respecto a los votos que obtendrá cada partido y su puesto en la clasificación, pero es aún mayor en términos de gobiernos resultantes. Hoy no hay ningún lugar en España en el que pueda predecirse con seguridad quién gobernará y con qué apoyos después de las elecciones.

En cuanto a esta cita andaluza, tal como se ha convocado es más una contrarreloj que una gran etapa de montaña. Así la ha planteado la presidenta de la Junta, muy convencida de que comenzar con la contrarreloj en su propio territorio es lo que más le beneficia, tanto si sólo piensa en ganar la etapa como si se propone abrir diferencias que después se harán notar en las grandes cumbres de las municipales y las generales.

Pero resulta que hay elecciones anticipadas, pero también hay elecciones precipitadas. Y el caso es que, a simple vista, estas tienen más aspecto de lo segundo que de lo primero. Es más: predomina la idea de que el cálculo del hecho electoral y de su fecha está más relacionado con la política española que con la política andaluza (y si me apuran, más con la política interna del PSOE que con ninguna otra cosa).

Hoy no hay ningún lugar en España en el que pueda predecirse con seguridad quién gobernará y con qué apoyos después de las elecciones

No sé si esto tendrá consecuencias negativas en las perspectivas electorales del PSOE de Andalucía. Lo que sí podemos predecir con certeza es que este será el tema número uno de la campaña para los adversarios de Susana Díaz, que la perseguirán por tierra, mar y aire con dos preguntas: ¿Por qué ha adelantado (precipitado) las elecciones?, ¿cuál es su verdadera intención, quedarse en Andalucía o emigrar a Madrid?, y con la acusación directa de manipular el voto de los andaluces para sus propios planes de futuro.

Será apasionante ver cómo se defiende Díaz de este acoso: cómo se las arregla para asegurar –ya lo está haciendo– que su único horizonte es Andalucía sin cerrarse definitivamente la puerta a otros horizontes. A estos efectos el calendario le viene complicado, porque a todas las citas antes mencionadas hay que añadir las primarias del PSOE en el mes de julio. Pero no la subestimen: ha demostrado ser muy capaz de soplar y sorber a la vez y además ganarse los aplausos del respetable.

En realidad, este es el único inconveniente serio del plan electoral que ha elegido la líder del PSOE de Andalucía. Desde el punto de vista de la oportunidad política, todo lo demás son ventajas para ella. No tanto por su propia fortaleza –que es cierta y no hay que menospreciar–, sino por la debilidad de sus adversarios en estos momentos:

Los otros dos partidos clásicos –PP e Izquierda Unida– carecen de liderazgo en la región, padecen serios problemas internos y están debilitados por la penetración de Ciudadanos y de Podemos en sus respectivos espacios electorales.

El calendario juega en contra de Susana Díaz. Todo lo demás son ventajas para ella

Y los dos partidos emergentes –Ciudadanos y Podemos– están muy retrasados en su proceso de implantación en Andalucía respecto al resto de España. Esta convocatoria exprés los ha sorprendido sin disponer siquiera de un aparato incipiente, y ello en la región en la que es más importante que en ninguna otra tener una organización eficiente actuando sobre el terreno. Así que su única baza es que navegan a favor de la corriente, lo que no es poco.

Recomiendo no abusar de las inferencias y las extrapolaciones de los resultados del 22 de marzo respecto a las siguientes elecciones. Andalucía ha demostrado disponer de un microclima electoral que ha hecho posible, por ejemplo, que el PSOE siempre resista con excelentes resultados en las autonómicas incluso en sus peores momentos a nivel nacional; y que ha hecho compatible el dominio histórico de los socialistas en la Junta con gobiernos municipales del PP en las ocho capitales andaluzas.

Habrá, pues, fragmentación, ese es el signo de los tiempos: hoy hay tres partidos en el Parlamento andaluz y después del 22 de marzo probablemente habrá cinco. En 2012, el PP y el PSOE sumaron el 80% de los votos; hoy no pueden soñar en aproximarse a esa cifra. Ambos –sobre todo el PP– estarán por debajo de su resultado de hace tres años. Izquierda Unida, por supuesto, también.

Sin embargo, es probable que a los tres partidos clásicos, aun cayendo, les vaya mejor en Andalucía que la catástrofe que les auguran las estimaciones en España. Y es probable también que la emergencia de Podemos y Ciudadanos sea notable, pero más moderada que en otros lugares.

Es probable que a los tres partidos clásicos, aun cayendo, les vaya mejor en Andalucía que en España, donde les auguran una catástrofe

Y sí, es casi seguro que el PSOE recuperará la primera posición en Andalucía. Con menos votos que nunca como consecuencia de la fragmentación, pero regresará a lo más alto del podio. La cuestión es si su victoria será suficiente para sostener un gobierno en solitario con acuerdos de geometría variable, que es lo más a lo que puede aspirar, o tendrá que buscar pareja estable para gobernar: una tarea que, tal como está el patio y con las municipales y las generales a la vuelta de la esquina, puede ser endiabladamente complicada.

En los próximos años (y ahora no me refiero sólo a Andalucía, sino a toda España), los matrimonios políticos van a ser más necesarios que nunca si queremos tener instituciones gobernables; pero a la vez serán más difíciles de alcanzar que nunca. Están de moda en la política el celibato y la pureza de sangre; y pactar, esa noble práctica democrática de toda la vida, se ha vuelto algo sospechoso.

En todo caso, que nadie se apresure a cantar victorias o a proclamar derrotas definitivas antes de tiempo: de cara a lo que viene, las elecciones andaluzas serán importantes pero no determinantes. La contrarreloj de la primera semana importa mucho, pero este Tour se ganará en los Pirineos de mayo y en los Alpes de cuando Rajoy disponga (que sospecho que será lo más tarde que pueda).

La campaña de las elecciones en Andalucía, que está a punto de comenzar oficialmente, será la primera de las grandes etapas de este tremendo Tour electoral del año 2015. Es un Tour durísimo por el encadenamiento de etapas reinas (andaluzas, municipales, catalanas, generales); por el número de aspirantes a los puestos del podio, más disputados que nunca y, sobre todo, por la incertidumbre del resultado final.

Política Susana Díaz