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Encuesta del CIS: Cataluña, en manos de las CUP
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Ignacio Varela

Una Cierta Mirada

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Encuesta del CIS: Cataluña, en manos de las CUP

¿Quién se beneficia del desastre del partido de Mas? ERC, que es quien sostiene a duras penas el resultado de Junts pel Sí. Pero también las CUP, que tendrían 8 escaños

Este hábito de que un organismo de la administración pública como el CIS irrumpa en las campañas electorales lanzando pronósticos sobre los resultados es una anomalía que se tiene que terminar.

No existe nada parecido en ningún país que yo conozca. Tenemos que admitir que se mantengan los estudios periódicos por aquello de preservar las series históricas en beneficio de la investigación; pero estas encuestas de vísperas de campaña no son nada periódico ni hay ninguna serie histórica que preservar. Sólo sirve para condicionar y contaminar la campaña. Ojo, no digo que la encuesta sea mala ni que esté manipulada; lo que digo es que, buena o mala, no es adecuado que se haga desde un organismo oficial. En esta, además, han cambiado la metodología y han hecho las entrevistas por teléfono y no en los domicilios, por lo que ni siquiera es comparable con las de elecciones anteriores.

Con los datos en la mano, algunas observaciones de urgencia que me parecen especialmente interesantes:

  1. Parece que habrá una alta participación, probablemente superior a la de las autonómicas de 2012 (que ya fue muy elevada) y al nivel de las generales.

El 69% dice que, de 0 a 10, la probabilidad de ir a votar es 10; el 70% afirma que ya tiene su voto totalmente decidido; y el 71% señala a un partido cuando se le pregunta por su intención de voto. Además, el 67% está siguiendo con mucho o bastante interés las noticias relacionadas con las elecciones.

Esto en una encuesta terminada el 4 de septiembre, más de veinte días antes de la votación.

Son datos que sugieren que podría superarse claramente la barrera del 70% de participación. Es cierto que hay mayor movilización en el campo independentista (82% de los votantes de CiU en 2012 y 88% de los de ERC), pero tampoco es despreciable la que hay en otros espacios: 79% entre los votantes del PP, 77% entre los de Ciudadanos y 75% entre los del PSC.

  1. Se ofrecen a los encuestados varias fórmulas de organización territorial del Estado para que elijan la de su preferencia. El 46% se inclina por un Estado que admita la posibilidad de declarar la independencia; y el 50% prefiere otras fórmulas que oscilan entre más, menos o la misma autonomía que hasta ahora pero sin incluir la independencia.

Hay grados, claro. Por ejemplo, los votantes socialistas y los de Iniciativa desean mayoritariamente un modelo que dé más autonomía que la actual mientras que los del PP querrían reducir el nivel actual de autonomía o al menos mantenerla. Curiosamente, los de Ciudadanos se dividen en tercios: 34% quiere menos autonomía que ahora, 27% quiere la misma y 34% quiere más.

Si lo tomamos por el lado emocional, hay tres actitudes básicas:

  • El 10% se siente únicamente español o más español que catalán;
  • El 42% se siente tan español como catalán;
  • Y el 47% se siente más catalán que español o únicamente catalán.

Una vez más, una distribución en la que el eje “españolismo vs. catalanismo” arroja un equilibrio complejo poco compatible con el dibujo monocolor que muestra la propaganda nacionalista.

  1. En 2012, CiU y ERC sumaron el 44% de los votos y 71 escaños. La estimación del CIS otorga ahora a su candidatura conjunta el 38% de los votos y 60-61 escaños. En tres años, la fuerza combinada de ambos partidos nacionalistas se habría reducido en 6 puntos y 10 escaños. Dicho de otra forma: Junts pel Sí tendría ahora menos escaños que los que tuvo en solitario CiU en 2010, antes de pasarse al independentismo. Y todo parece indicar que quien se desploma no es Esquerra, sino Convergencia.

Enhorabuena, señor Mas. Algún día lo que quede de su partido después de esta locura le demandará la responsabilidad de haberlo destruido.

¿Quién se beneficia del desastre del partido de Mas? En primer lugar ERC, que es quien sostiene a duras penas el resultado de Junts pel Sí. Pero también las CUP, que pasarían de 3 a 8 escaños.

Es decir: si esto se confirma, la “Operación Mas” habrá consistido en desmontar el nacionalismo institucional de CIU para engordar al nacionalismo radical de ERC y al nacionalismo revolucionario de las CUP. Brillante.

  1. En todo caso, Junts pel Sí es la fuerza más votada con gran distancia sobre todas las demás. Lejos, muy lejos hay un pelotón de cuatro candidaturas en un estrecho espacio de 6 puntos: 15% para Ciudadanos, 14% para “Catalunya Sí que es Pot”, 12% para el PSC y 9% para el PP. Teniendo en cuenta los márgenes de error de la encuesta y lo que queda por delante hasta el 27-S, este orden de llegada no puede darse por seguro.

Es aleccionador lo que le sucede al PSC. Tiene la menor fidelidad de voto de todas las fuerzas en presencia. Y pierde sobre todo en dos direcciones: el 17% de sus votos de 2012 se van a Ciudadanos y el 16% a la candidatura conjunta de Podemos e Iniciativa. Mucho que reflexionar.

En todo caso, lo que queda en el aire después de esta encuesta –y no creo que las que vienen detrás cambien sustancialmente esta impresión- es una gigantesca incógnita sobre el gobierno de Cataluña después del 27 de septiembre.

Una candidatura que se sitúa en primera posición con más de 20 puntos y 40 escaños de ventaja sobre el segundo tiene que ser la que asuma el Gobierno, sí o sí. Eso dice la lógica. Pero, con este resultado, ¿Están en condiciones Mas y Junqueras de formar un Gobierno y llevar adelante su proyecto?

No, no lo están. No sólo porque quedan lejos de obtener los votos necesarios para hacerlo (menos de un 40% para Junts pel Sí), sino porque necesitan para todo a las CUP.

Les sugiero que entren en la web de las CUP y piensen que en semejantes manos va a estar el destino de Cataluña gracias a la insensatez del señor Mas

Necesitan a las CUP, obviamente, para sacar adelante la declaración de independencia que han prometido. Ese apoyo lo tendrán.

Pero también necesitarán los votos de esa formación de extrema izquierda para gobernar. Y así como es seguro que votarán por la independencia, no está tan claro que estén dispuestos a apoyar la investidura de Mas. De momento, las CUP se han molestado en poner por escrito cuáles serán sus “exigencias irrenunciables a la hora de negociar cualquier pacto de gobernabilidad”.

Entre ellas, pueden leerse cosas como la siguientes:

“Necesaria ruptura con el marco jurídico y político del Estado español” y “firme determinación de no reconocer la autoridad del Estado Español”, para lo cual procederán a la “movilización general del pueblo en defensa de la república catalana”;

“Gobierno de ruptura nacional, social y democrática” para “impulsar un proceso de desconexión nacional y popular con el Estado español y con la Unión Europea”;

“Desobediencia explícita de la legalidad española”; “recuperación de los servicios públicos privatizados”; “suspensión del pago de la deuda”;

Y finalmente, “incluir en la declaración de independencia el objetivo de articular el conjunto de los Paises Catalanes” (sí, se refiere a Valencia, Baleares, Aragón, parte del sur de Francia y todo lo demás).

Les sugiero, especialmente si tienen que votar el 27 de septiembre, que entren en la web de las CUP y lean con detenimiento sus documentos y las declaraciones de sus líderes, que piensen que en semejantes manos va a estar el destino de Cataluña gracias a la insensatez del señor Mas y me digan si no sienten un estremecimiento.

Este hábito de que un organismo de la administración pública como el CIS irrumpa en las campañas electorales lanzando pronósticos sobre los resultados es una anomalía que se tiene que terminar.

Barómetro del CIS Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Oriol Junqueras PSC Cataluña Artur Mas