Es noticia
Líderes muy conocidos y muy poco reconocidos
  1. España
  2. Una Cierta Mirada
Ignacio Varela

Una Cierta Mirada

Por

Líderes muy conocidos y muy poco reconocidos

Lo del liderazgo ayuda o entorpece, pero no hay una traslación automática de la popularidad del candidato a la decisión de voto

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. (EFE)
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. (EFE)

Hagamos un poco de política-ficción. Situémonos en el 20 de abril: el plazo para cerrar un posible acuerdo de gobierno se está agotando, porque a partir del 24 ya no habrá tiempo material para convocar y celebrar una sesión de investidura. Mariano Rajoy convoca a Pedro Sánchez y Albert Rivera y pone sobre la mesa una propuesta de impacto:

-Señores, no podemos condenar a España a varios meses más de interinidad. Repetir las elecciones es un desastre: la situación económica vuelve a deteriorarse, Bruselas nos presiona, lo de Cataluña se va a poner peor y la opinión pública está indignada por la falta de acuerdo. Necesitamos urgentemente un Gobierno de amplia base parlamentaria. Los votos me legitiman, pero soy consciente de que mi figura es un obstáculo para el acuerdo. Por eso les propongo lo siguiente: formemos un Gobierno de coalición apoyado por nuestros tres partidos, pero no presidido por ninguno de nosotros, sino por un presidente de consenso que a todos nos infunda confianza. Les anticipo que al terminar esta reunión informaré al país de que acabo de proponerles esta solución. A partir de ahí, espero su respuesta.

Ya, ya sé que no va a suceder, pero reconozcan que eso sí sería patear el tablero. Los investigadores de DYM han imaginado también este escenario y han decidido preguntar a los españoles su opinión. ¿Quién debería presidir un hipotético Gobierno de gran coalición: Mariano Rajoy, Pedro Sánchez u otro candidato de consenso entre los partidos?

Curioso: los dos partidos con menor intención de voto (C’s e IU) tienen a los dos líderes mejor valorados. Y el partido más votado, el PP, al líder con peor imagen

El conjunto de la población apuesta en primer lugar por un candidato de consenso (32%); en segundo lugar por Sánchez (26,3%), y en tercer lugar por Rajoy (20,5%). Pero quizá sea más interesante ver lo que opinan los votantes de los tres partidos que formarían la coalición. Si agrupamos a todos los votantes del PP, del PSOE y de Ciudadanos, las preferencias se reparten en tres tercios casi idénticos: un tercio para Rajoy, otro para Sánchez y otro para un presidente de consenso.

Si lo miramos partido a partido: los del PP prefieren a Rajoy, pero el 23% de ellos se inclinaría por un presidente de consenso. Igual que el 22% de los del PSOE. Y esta opción es la más apoyada por los votantes de Ciudadanos: el 44% prefiere a un presidente de consenso para un Gobierno de gran coalición. Por cierto, pese al acuerdo con el PSOE y los dicterios de Rivera a Rajoy, son más los votantes de C’s que en ese supuesto preferirían a Rajoy como presidente (27%) que los que desearían a Sánchez (21%).

La encuesta de El Confidencial muestra una notable asincronía entre la imagen de los líderes y la expectativa electoral de sus partidos. Si estas elecciones fueran presidenciales y se votara solo por razones de liderazgo, el ganador indiscutible sería Albert Ribera. Es el único de los cinco líderes nacionales que obtiene un aprobado (cinco). El segundo sería Alberto Garzón (4,8); el tercero, Pedro Sánchez (4,4); después, Pablo Iglesias (3,7); y en última posición, Mariano Rajoy (tres).

Curioso: los dos partidos con menor intención de voto (C’s e IU) tienen a los dos líderes mejor valorados. Y el partido más votado, el PP, tiene al líder con peor imagen.

Es cierto que unos provocan opiniones mucho más polarizadas que otros. Quizás el dato más impresionante es que el 32% de los encuestados no se andan por las ramas y propinan a Rajoy directamente un cero (de ahí su baja puntuación media). Sánchez es el que provoca menos entusiasmos y también menos odios: la mitad de los encuestados le dan puntuaciones “templadas”, entre el cuatro y el seis.

Se mantiene el “fenómeno Garzón”: es claro que la esforzada supervivencia de IU se debe en gran medida a la popularidad de su líder. Hasta el punto (ojo, Pablo) de que los votantes de Podemos califican mejor a Garzón (6,8) que al propio Iglesias (6,6).

En cuanto a la fuerza de Rivera, se debe no solo al respaldo de sus propios votantes, sino también a que mantiene una imagen muy aceptable entre los electorados vecinos: lo aprueban tanto los votantes del PP como los del PSOE.

Llama la atención el altísimo nivel de conocimiento de los dirigentes políticos en este periodo: cinco líderes nacionales que son valorados por más del 95% de los encuestados. Es algo inédito en España.

Todo indica que no solo nos obligarán a votar de nuevo, sino que vamos a soportar otra campaña electoral con 'los cuatro magníficos': Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera. Un 'remake' del 20-D en toda la regla: mismos partidos, mismos candidatos, mismos programas y un cargante forcejeo sobre quién es el culpable de que estemos aquí de nuevo.

¿Qué ocurriría si alguno de los partidos abriera el abanico de los candidatos? La encuesta de DYM también ha mirado ese aspecto. Lo que en realidad se mide aquí es la fortaleza de los candidatos dentro de su propio espacio electoral.

Desde ese punto de vista, es evidente que Rajoy tiene un problema y es un problema para su partido. Solo el 27% de los votantes del PP lo prefiere como candidato. El 42,2% (¡15 puntos más!) preferiría votar a Soraya Sáenz de Santamaría; y aún aparece un 13,5% que se inclinaría por Cristina Cifuentes. Y la cosa se pone peor si atendemos al patio del vecino: entre los votantes potenciales de C’s (muchos de los cuales son fronterizos con el PP), el 37% preferiría votar a Soraya, el 30% a Cifuentes y solo el 9% a Rajoy.

Si hay algo claro en estas elecciones que vienen es que un cambio en la candidatura del PP mejoraría inmediatamente su posición competitiva. En la competición por el espacio del centro-derecha, Rajoy es un seguro de vida para Rivera.

Estos meses de presidenciable le han venido bien a Pedro Sánchez para fortalecerse entre su clientela. El 67,2% de los votantes del PSOE lo prefiere como candidato frente a un magro 18% que preferiría a Susana Díaz.

No sé si Iglesias debería empezar a preocuparse, pero da la impresión de que las cosas que pasan en su partido empiezan a dañar su imagen. No solo Garzón es mejor valorado que él por los votantes de Podemos; además, aparece un 23% que preferiría que el candidato fuera Íñigo Errejón. En el universo de la izquierda populista, el de Iglesias ya no es el único sol que brilla.

Quien no tiene ningún motivo de preocupación a este respecto es Albert Rivera. Más del 90% de los votantes de Ciudadanos lo quieren como candidato, y solo un 5% (casi todos en Cataluña) menciona a Inés Arrimadas como alternativa.

En resumen, de esta y de todas las demás encuestas que estamos viendo desde hace tiempo se obtienen dos conclusiones. Primera, que lo del liderazgo ayuda o entorpece, pero no hay una traslación automática de la popularidad del candidato a la decisión de voto. Y segunda, que estos líderes de nuestro tiempo son más conocidos que nunca; pero parece que cuanto más los conocen, menos los reconocen. Será por eso.

Hagamos un poco de política-ficción. Situémonos en el 20 de abril: el plazo para cerrar un posible acuerdo de gobierno se está agotando, porque a partir del 24 ya no habrá tiempo material para convocar y celebrar una sesión de investidura. Mariano Rajoy convoca a Pedro Sánchez y Albert Rivera y pone sobre la mesa una propuesta de impacto:

Mariano Rajoy Izquierda Unida Alberto Garzón Cristina Cifuentes Susana Díaz Íñigo Errejón Ciudadanos Inés Arrimadas Soraya Sáenz de Santamaría