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Javier Molina

Aprender a Invertir

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¡Quiero un millón de euros!

Los inversores de rentas más bajas tienden a especular más buscando un rendimiento tipo lotería. Y, por supuesto, son los que más pierden.

Foto: Hombre de negocios con billetes
Hombre de negocios con billetes

Pues la solución no pasa, desde luego, por realizar cientos de operaciones. Garantizado. Cuando un especulador novato (y alguno más avanzado) va al mercado, suele hacerlo con dos ideas equivocadas. De un lado piensa que, como leyó en algún manual americano, en bolsa se convierten muy fácilmente unos miles de euros en un millón y, de esa forma, se puede dejar de trabajar. Esa concepción irreal suele terminar por provocar frustración en el inversor y será el desencadenante de las pérdidas finales.

Tenga en cuenta que el 40% de esos inversores de corto plazo deja el mercado antes de que pase el primer mes. Es decir, le han desplumado en menos de 20 días de bolsa. El 80% lo deja antes de pasados 2 años y sólo un 6% de esos que quieren ser ricos rápidamente, consiguen permanecer (que no ganar su millón de euros) al cabo de 5 años. La rentabilidad de ese inversor, por cierto, es de media un 7% menor que la del inversor menos activo. Vamos, que las falsas expectativas y las ideas equivocadas son una de las causas de las pérdidas en mercado.

Los inversores de rentas más bajas tienden a especular más buscando un rendimiento tipo lotería

En este caso, cuando el especulador llega a ese momento donde descubre la realidad (vamos, que no ganará un millón en la vida), se pueden producir varias salidas. Una parte decide retirarse del mercado y no volver nunca más a invertir. Jamás pasó y se olvida rápidamente. Otra parte decide que, puestos ya en materia, toca doblar las posiciones para recuperar lo perdido y empezar a ganar. Para eso ha decidido ponerse a especular. Típica mentalidad del jugador de lotería. El final lo puede imaginar. Y la otra parte que nos queda, mucho más reducida, decide darle una vuelta a su sistema y empezar a operar correctamente.

Es curioso ver, en base a algunos estudios hechos en Estados Unidos, como existe una relación entre bajos ingresos del especulador y toma de posiciones más arriesgadas. Es decir, los inversores de rentas más bajas tienden a especular más buscando un rendimiento tipo lotería. Y, por supuesto, son los que más pierden. El gráfico muestra, para nivel de ingresos (eje x) y en función de la agresividad en la operativa, lo equivocado en términos anuales de rentabilidad.

De otro lado, la segunda de esas ideas erróneas que deriva de la anterior, reside en la necesidad que tiene el especulador por operar más, tomando mayores riesgos para conseguir sus objetivos. Sin duda, el establecerse como objetivo ganar 500 euros al día (por ejemplo) es el camino seguro al fracaso. Además, el especulador pronto descubre que operar con una cartera pequeña es mucho más difícil. Con poco dinero no se obtienen grandes números.

Eso le lleva a caer en productos apalancados, cuentas que ofrecen financiación y demás derivados financieros que incrementan la capacidad de inversión. Y de ruina rápida. Necesita hacer muchas operaciones para conseguir su objetivo. Es interesante ver cómo, muchos de estos inversores preguntados por la razón de ese exceso de operativa, reconocen que son conscientes pero no lo pueden evitar. Vamos, que se convierte en una especie de ludopatía esto de especular en bolsa.

En este punto, aparece la llamada paradoja del trading. Esa forma de invertir emocional, provoca que los especuladores compren caro y vendan barato y, según un estudio de Barclays, obtienen una pérdida de rentabilidad del 20% en periodos de 20 años comparada con el mercado. De esos inversores analizados, un 32% afirma que comprar y vender mucho es necesario para obtener altas rentabilidades. El 46% de éstos que operan mucho, reconocen así mismo, que son los temas emocionales los que les llevan a esa operativa.


La paradoja se da cuando se les pregunta sobre las causas que les llevan a esos excesos de trading. De media, sólo un 16% reconoce ese problema. Pero aquellos que creen ciegamente que necesitan comprar y vender de forma frecuente como estrategia de éxito son casi 3 veces más y casi el 50% de esos especuladores reconocen incluso operar más de la cuenta.

El exceso de confianza significa que muchos inversores piensan que sus habilidades están por encima de la media, y eso les lleva a invertir más cantidad de la que se podría considerar óptima en base a control de riesgos. Asimismo, interesante resulta ver la distribución geográfica de esa paradoja. España sale en el top5 de los que intentamos hacer timing de mercado…


A la hora de operar, y para evitar tanta compra y venta desastrosa, hay una serie de pasos que puede dar. En primer lugar, tras una pérdida, tómese un descanso y analice las razones de esos resultados. No piense que el mercado le ha robado su dinero pues es la forma de volver a cometer el mismo error. Intente no dejarse llevar por los temas emocionales y planifique de nuevo su estrategia de inversión. En segundo lugar, no intente abarcar 20 acciones o activos a la vez. Eso le llevará a mucha operativa y poco control. Hay que centrarse en unos pocos valores y establecer los niveles de pérdidas asumidos y los objetivos de precios. Si el ratio rentabilidad/riesgo no es positivo, no opere. Por último, no compre y venda todos los días y a todas horas. No persiga los precios. Hay momentos para estar fuera y esos son los mejores para perfilar su estrategia.

Como conclusión, recuerde que hacer muchas operaciones no significa ganar más. Todo lo contrario. Sus emociones le traicionarán y terminará perdiendo dinero por gastos de transacción y por comprar y vender a destiempo. No se cortan los beneficios rápidamente sino las pérdidas.

Siento decirle que, para ganar un millón de euros, le hará falta más pericia y gestionar correctamente todas y cada una de sus entradas y salidas de mercado. Si lo hace, no le aseguro que consiga el objetivo pero, me juego lo que quiera, sí será capaz de no perder ni un euro en operaciones emocionales sin fundamento. Y eso ya es un paso.

Buen fin de semana.

Pues la solución no pasa, desde luego, por realizar cientos de operaciones. Garantizado. Cuando un especulador novato (y alguno más avanzado) va al mercado, suele hacerlo con dos ideas equivocadas. De un lado piensa que, como leyó en algún manual americano, en bolsa se convierten muy fácilmente unos miles de euros en un millón y, de esa forma, se puede dejar de trabajar. Esa concepción irreal suele terminar por provocar frustración en el inversor y será el desencadenante de las pérdidas finales.

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