La Cumbre aviva la guerra del pasivo: los bancos suben el interés de sus depósitos

Ante las nuevas exigencias de capital, con la ampliación del ratio del 8% al 9% (aunque en España únicamente afecta a la gran banca: Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Banco Popular), diversas entidades ya han reaccionado esta semana incrementando la rentabilidad de sus depósitos a plazo fijo.

En total han sido cinco los bancos que operan en España que han marcado una tendencia alcista, con incrementos máximos de hasta un punto porcentual:

 Banco Espirito Santo, ha subido en 0,14 puntos porcentuales la rentabilidad de su Depósito CR a 12 meses. El plazo fijo remunera ahora al 4,40% TAE y continua ocupando la primera posición en el ranking de los depósitos más rentables.

 Lloyds Bank Intenational ha incrementado la rentabilidad de su Depósito a 200 días, dejando de ofrecer 3,10% TAE para remunerar 0,15 puntos porcentuales más (3,25% TAE). Este mismo depósito se puede contratar en libras con una rentabilidad del 3% TAE.

Banco Gallego ha sorprendido incrementando en 0,20 puntos porcentuales la rentabilidad de sus plazos fijos. Después de esto, la entidad gallega remunera hasta un 4,25% TAE a través de su depósito anual.

El grupo Banco Sabadell ha apostado por ofrecer remuneraciones más atractivas a través sus plazos fijos anuales; el Depósito Bienvenida y el Depósito Online a 1 año, que a partir de ahora remuneran al 3,75% TAE. Antes ofrecían un 3,10% TAE.

Activobank, entidad online del grupo Banco Sabadell, también ha mejorado la remuneración de su Depósito Anual hasta el 3,75% TAE (antes al 2,75% TAE).

 Banco de Valencia se suma a la tendencia alcista a través del Depósito Más x Más (3,136% TAE) y el Depósito Dos + Cuatro (3,282% TAE) con un incremento máximo de 0,41 puntos porcentuales.

Probablemente, en el transcurso del próximo año 2012, la principal estrategia de la banca se centrará en la captación de pasivo, es decir ahorro de los particulares y empresas.

Esto se traduce con incrementos en las remuneraciones de los depósitos y cuentas junto con el encarecimiento de los productos de financiación, especialmente los préstamos hipotecarios.