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Octubre se tragó la tormenta perfecta
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Carlos Doblado

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Octubre se tragó la tormenta perfecta

Primero vino el desplome que casi nadie esperaba, y luego una recuperación cuya intensidad sólo estaba en las quinielas de los más alcistas más recalcitrantes

Corrieron ríos de tinta sobre lo que venía. Yo llegué a hablar de rebote para recaída con rumbo a los 8.000 puntos del Dax 30 antes de que pudiésemos ver un suelo.Y aunque sólo un día después ya dejaba claro desde esta tribuna que todo había quedado muy abierto, lo cierto es que ha sido un mes que nos ha dejado a todos medio magullados y con la sensación correcta: somos mendigos en esta tierra. Primero vino el desplome que casi nadie esperaba, y luego una recuperación cuya intensidad sólo estaba en las quinielas de losalcistas más recalcitrantes -los que consideran a 2008 una anomalía que nunca más se repetirá, como tantas otras antes-. La supuesta tormenta perfecta ha quedado finalmente en nada si atendemos a las velas mensuales que se dejaron a lo largo y ancho del mercado.

Octubre es un irregular mes de ida y vuelta, que a la luz del gráfico del Ibex 35 en su versión total return puede considerarse una subonda “c” dentro de un movimiento de onda 4 que se desarrollaría en un impecable canal alcista, idea que de hecho respetan la mayoría de las principales referencias total return a nivel mundial. Lo hace incluso un Russell 2000 norteamericano que ha estado todo el año tocado.

El fracaso fue enorme para los bajistas, muy especialmente en el Dax 30. El cabeza y hombros que llegó a confirmar en cierre semanal proyectaba a los 8.000 y merecía estar en un manual. Si los manuales tuvieran la buena costumbre de plantearnos lo que falla, naturalmente. En cierre mensual, lo que ha dejado el principal índice germano es otra vela de consolidación, un gran martillo, precios en la parte alta de un impresionante rango. Espectacular, sin más, y una lección de mercado para los inversores, que deben comprender lo mucho que se puede mover éste sin que pase nada y, por tanto, lo sacrificada que es la tarea de protección del capital por bien que suene la película cuando nos la cuentan. Nada en este mundo del dinero es fácil. Cuando los detractores del market timing alegan que es un trabajo que nadie puede hacer, están casi en lo cierto. No es que sea imposible, es que manejar la beta con éxito en un mercado donde compiten los mejores del mundo es casi tan difícil como encontrar alfa.

EuroStoxx50 y Standard & Poor´s 500, por tomar un ejemplo de entre las diferentes reacciones que ofreció sobre canal alcista Wall Street, plantearon el mismo tipo de rupturas en falso y velas mensuales en continuidad alcista al cierre mensual. Realmente, los bajistas lo tuvieron casi hecho, realmente estuvo casi confirmada la tormenta perfecta. Pero al cierre de octubre tengo que insistir en el mismo mensaje que le daba la semana pasada desde esta tribuna: si los bajistas fracasan, entonces los alcistas se imponen. Es la ley de esta selva.

Y si se esperaba que la Fed fuera la gran protagonista de la semana, lo cierto es que fue el BOJ el que acaparó los méritos. Y le bastó un solo día. El Nikkei 225 ascendió ayer viernes casi un 5% para cerrar la semana, marcando altos de los últimos meses y planteando una ruptura alcista del movimiento lateral en el que anda desde mediados de 2013 tras un espectacular rally previo. Salir del movimiento lateral/alcista desplegado en los últimos meses -algo que el dólar/yen, el auténtico termómetro del proceso de estímulo monetario del Banco de Japón, ya había hecho y que ayer reforzó con la ruptura del techo del canal bajista en que se encuadró durante 15 años- invitará a tomarse en serio una salida compradora rumbo a resistencias clave a largo plazo. Japón debe ser considerada una opción para los alcistas, tan clara como lo es para los bajistas la tendencia vendedora de las materias primas. La ruptura de los 1.180 dólares del oro, algo que trate en un artículo en el día de ayer, nos habla de una continuidad en el proceso vendedor que mantiene el metal precioso desde las inmediaciones de los 2.000. Ni las casas, ni el dólar, ni el oro, ni nada de nada, puede competir con las acciones en el muy largo plazo.

Corrieron ríos de tinta sobre lo que venía. Yo llegué a hablar de rebote para recaída con rumbo a los 8.000 puntos del Dax 30 antes de que pudiésemos ver un suelo.Y aunque sólo un día después ya dejaba claro desde esta tribuna que todo había quedado muy abierto, lo cierto es que ha sido un mes que nos ha dejado a todos medio magullados y con la sensación correcta: somos mendigos en esta tierra. Primero vino el desplome que casi nadie esperaba, y luego una recuperación cuya intensidad sólo estaba en las quinielas de losalcistas más recalcitrantes -los que consideran a 2008 una anomalía que nunca más se repetirá, como tantas otras antes-. La supuesta tormenta perfecta ha quedado finalmente en nada si atendemos a las velas mensuales que se dejaron a lo largo y ancho del mercado.

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