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Te lo vuelvo a repetir, no es fácil que se caiga Wall Street
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Carlos Doblado

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Te lo vuelvo a repetir, no es fácil que se caiga Wall Street

A la espera de una corrección, se planteaban dos elementos que son favorables a los alcistas en términos de correlación: la corrección de los bonos y el alza del crudo

Foto: Cátodos de cobre en la mina chilena Chuquicamata. El precio de este mineral subió esta semana en un 0.6% (EFE)
Cátodos de cobre en la mina chilena Chuquicamata. El precio de este mineral subió esta semana en un 0.6% (EFE)

Vaya por delante que no es imposible, ni siquiera improbable. Lo improbable se da en lo social mucho más de lo que nos gusta pensar. Sé que aunque lo diga mil veces más seguirán malinterpretándome, pero yo seguiré intentándolo porque confío en usted.

Wall Street ha corregido, y no es de extrañar. Pero eso no es caerse. Caerse es perder el 1800 del S&P500, caerse es que mi estimado Javier Molina gane su apuesta. Entre tanto, se llama ajuste, algo que ya sugería la semana pasada el Nasdaq y que a mí me parece que tras tantas semanas al alza es la cosa más normal del mundo. Uno de mis mantras favoritos es que no se puede subir cada semana.

A la espera de una corrección, le planteaba dos elementos que son y siguen siendo favorables a los alcistas en términos de correlación: la corrección de los bonos y el alza del crudo. Esta semana, de hecho, se sumó a los argumentos compradores el cobre.

Sin embargo ha entrado en acción en las últimas dos sesiones -con especial incidencia en Japón- algo que parecía dormido y ha tenido un efecto aparentemente perturbador: la corrección del Dólar. Debo decir, sin embargo, que desde el suelo de marzo de 2009 los procesos de debilidad del billete verde están ligados a un excelente comportamiento del S&P500 en tendencia tal y como puede verse en el siguiente gráfico.

Sin embargo, esto parece haber tenido un efecto muy inquietante que ha sido aprovechado por los bajistas en su favor. Los osos reaparecieron con gran violencia en un Nikkei225 japonés que sigue renqueante y lejos de plantear un cambio de tendencia pese al intento previo. Podemos decir lo mismo de la mayor parte de la renta variable europea tras la recaída de ayer viernes. La ruptura semanal previa queda cuestionada -nueva lección para los que compran en ruptura de resistencia en lugar de aprovechando soportes de fondo- por el despliegue de velas semanales muy inquietante en zona de importante resistencia en varios índices europeos. Velas que, por supuesto, han impedido un mensaje comprador en gráfico mensual manteniendo a los índices bajo las zonas de gran soporte estructural perdidas a primeros de ejercicio y razonable fuente de tanta inquietud entre muchos técnicos aunque yo no la comparta por considerar que señalan acontecimientos de difícil consecución dada la actual situación de los principales índices de Wall Street.

Pero pese a las malas sensaciones de corto plazo, algo que cabía esperar dada la aceleración del alza y la presencia de los máximos históricos de Dow Jones Industrial y S&P500 total return, en el universo de los técnicos la semana vino protagonizada por el nuevo cruce del oro que plantea ya el S&P500 contado -la versión total return lo hizo, como siempre, días antes. Esperado, conviene recordar que en el 80% de las ocasiones en que esto se ha producido desde la creación en los años ´50 del S&P, el índice ha estado por encima del nivel de cruce seis meses más tarde. Y eso incluye algún cruce que resulta "fallido" -pues se produjo un cruce de la muerte a los pocos días- como el de finales de 2015. Usar un cruce del oro para entrar en largo y situarse en liquidez con el cruce de la muerte tiene un mejor ratio de sharpe que la gestión pasiva en prácticamente todos los casos que pueda usted someter a backtest. Desde hace más de 100 años en el caso del Dow Jones Industrial.

El cruce de la muerte se suma por tanto, para aquellos a los que no nos preocupan movimientos del 5/10 por ciento -siento desilusionarle si espera otra cosa en un analista técnico, pero tras más de 20 años en el mercado hace mucho que me dedico a lo que realmente me gusta, no me apetece que me vuelvan loco ni que muchos lectores crean que lo estoy-, a la regla de los tres días, a la regla de las cinco semanas, al extremo pesimismo inversor de febrero -por añadir otro elemento del que no he hablado cuando he tocado este tema, diré que la liquidez en febrero fue incluso más alta que en el peor momento de 2008 según la encuesta BAML de gestores de fondos globales-, al doble suelo sobre canal alcista principal del S&P500, a la mejora de la divergencia Dow Industrial/Dow Transportes, a los cierres de huecos de apertura anual norteamericanos, o a cualquier otro argumento que le haya podido dar, de cara a considerar que no es probable que asistamos a un mercado bajista relevante tras varios intentos. Javier, no te emociones que esto ha sido un merecido descanso y sigue manteniendo tus largos en el oro para que puedas pagar el ágape sin tener que quedarte a fregar los platos. Voy a salirte caro, y lo sabes.

Añado un último elemento más, ligado a la historia como el que saco siempre sobre el retorno total del mercado, que me proporcionaba amablemente esta semana un `follower´ en Twitter:

Como puede verse en el gráfico, las últimas recesiones norteamericanas comenzaron siempre después de que el crecimiento de los beneficios de las empresas norteamericanas se fueran muy por encima de su regresión a la media -que "curiosamente" está en esa zona del 7% de la que le habla siempre mi machacado gráfico sobre la historia del mercado norteamericano en los últimos dos cientos años-. Y sí, eso sucedió en los mercados bajistas de los años ´70, antes del crash del ´87 y del gran lateral 1989/1991, del derrumbe tecnológico o antes de la crisis financiera de 2008. Pero claro, esta vez será diferente.

No le quepa duda de que podría haberle dado muchos argumentos técnicos en sentido contrario durante estos dos meses, pero mi trabajo es plantearle los escenarios más probables construyendo un puzle y sin olvidar la historia. Aunque me dedico también al `market timing´, tengo muy claro que esa es una fuente de merma del potencial que puede lograrse el mercado si se abusa. Estamos históricamente lejos de algo al estilo de 2008 en Wall Street, no he cambiado de opinión en ese sentido desde marzo/abril de 2009, pero pienso también que estamos lejos de algo menos grave y que convenga buscar con ahínco tras dos años de lateralidad. El mercado lo ha intentado demasiadas veces y con muy buenos argumentos técnicos como para que en Nueva York nazca un mercado bajista o una gran corrección intermedia sin que se vean nuevos y claros altos en tendencia.

Evidentemente, puedo equivocarme. Por eso, como hice a primeros de año con la pérdida de los 2.000 puntos del S&P500, no dudaré en adaptarme si los precios plantean de nuevo problemas. En eso -y no en hacer previsiones- consiste mi trabajo. Es una pena que tan pocos entiendan que no son los más fuertes -ni los más listos- sino los más aptos los que sobreviven.

Vaya por delante que no es imposible, ni siquiera improbable. Lo improbable se da en lo social mucho más de lo que nos gusta pensar. Sé que aunque lo diga mil veces más seguirán malinterpretándome, pero yo seguiré intentándolo porque confío en usted.

Wall Street Nasdaq Renta variable Japón