Una semana para la historia

Seguro que usted ha pensado que estoy escribiendo después de tomarme algo más que un pacharán. Pero no es el caso. Hacía lustros que no se veía un rango tan estrecho durante tantas sesiones en el Standard & Poor´s 500. Y eso es todo lo que aporta una semana como la vivida, en la que realmente pasaron muy pocas cosas salvo por el lado del crudo y el Dow Jones Transportes.

El primero sigue corrigiendo con intensidad tras atascarse en su primera gran resistencia de medio/largo plazo -50/51$-, y eso está manteniendo en jaque al segundo para que se mantenga el único elemento analítico que realmente chirría en la mente de este chartista: la divergencia por teoría Dow que esto supone. Ni la volatilidad ni la aceleración del mercado me parecen un auténtico inconveniente más allá de un corto plazo que la inmensa mayoría no debería ni siquiera considerar porque no va a hacer dinero pensando en ello.

En la situación de iluminación casi plena que tienen la mayoría de los índices norteamericanos, esta semana volvió a hacerlo especialmente el Nasdaq -y eso es positivo en tendencia-.

Europa, por su parte, sigue mirando de lejos a Wall Street y esta semana quiso pero no pudo de nuevo. Enfrentó niveles de resistencia sin éxito necesitada, aparentemente, de mayor consolidación. La zona delimitada por los huecos bajistas desplegados con el “brexit”, que siguen abiertas en la eurozona, y referencias como la directriz bajista que a esta altura presenta el IBEX35, han sido atacada sin convicción, quizá perjudicados los índices del viejo continente por el episodio de debilidad en corto plazo del euro/dólar. Inesperado en el muy corto plazo para mí, es algo que en términos de correlación ni me ha quitado ni me quita el sueño como confeso alcista que soy. Europa sigue siendo incapaz de reinvindicarse, y yo sigo sin creerme que eso la condene con Wall Street en subida libre absoluta.

Espero retomar estas tribunas en septiembre. Sean felices.