Es noticia
¿En abril caídas mil?
  1. Mercados
  2. De Vuelta
Javier Molina

De Vuelta

Por

¿En abril caídas mil?

Fíjese en lo que muestra la realidad mientras la esperanza se debilita. Usando unos gráficos de Goldman, vemos como el efecto “reforma fiscal” se está evaporando

Foto: Fachada principal de Wall Street. (Reuters)
Fachada principal de Wall Street. (Reuters)

Hace más de un año que vengo argumentando sin éxito que el mercado norteamericano de acciones, que es el que realmente importa de cara a fijar la dirección futura del resto de índices mundiales, está totalmente sobrevalorado y que la única razón por la que se mantiene esa valoración extrema es por la liquidez que los bancos centrales han inyectado en el mercado. Hay tanto dinero ávido de rentabilidad, que cualquier corrección se utiliza para posicionar ese disponible y eso ha provocado que el S&P haya estado 64 sesiones consecutivas sin un movimiento intradía superior del 1% (el anterior récord era de 34 sesiones hace ya más 20 años) y un total de 109 jornadas bursátiles sin una caída del 1% de cierre a cierre (noveno periodo más largo de la historia desde 1950).

Si comparamos el ciclo en el que lleva inmerso el conjunto de mercado, vemos cómo estamos ante el segundo mercado más alcista desde la segunda guerra mundial. 97 meses subiendo y una rentabilidad acumulada del 250% (diferencia en precio) definen este movimiento iniciado en 2009. En este camino hemos tenido de todo, desde las correcciones del 15% que finalizaron el febrero de 2015 hasta la consecución de varios máximos históricos recientes. Es decir, que hasta yo tengo que reconocer que la evolución ha sido de manual.

Si vemos gráficamente la ubicación del actual ciclo alcista respecto a los anteriores y, pese a que la edad no existe (no podemos decir que un mercado se agota por el paso del tiempo) sí da cierto vértigo ver dónde nos encontramos actualmente. Hoy estamos en rentabilidades y tiempos muy similares a los del ciclo 10/1990-03/2000 pero, en aquella ocasión, el S&P aún corrió 18 meses más.

La correlación del S&P con el resto de mercados sigue siendo muy alta. Lo vemos contra Europa (0,87) o contra el ETF que recoge los principales índices del mundo (0,94) y pese a que hemos visto una cierta relajación con respecto a Europa, los datos siguen siendo muy claros a ese respecto y aquí sigue mandando Estados Unidos.

Es por eso que todo intento de analizar la situación debe partir de ese mercado. Y mientras inauguramos nuevo trimestre, la historia nos dice que abril es uno de los meses más rentables para el S&P. En los últimos 20 años, no hemos tenido ningún mes mejor que el corriente, siendo lo ganado (de media) desde 1950 del 1,5% y del 2%.si tomamos el inicio en 1997. En los últimos 10 años, sólo hemos visto caídas en 2012 (-0,7%).

Si a esta inercia del mercado le añadimos que la liquidez sigue siendo máxima, con unos bancos centrales en posiciones contrarias pero preocupados por no sorprender a las bolsas, se debiera pensar que todo seguirá siendo paz y felicidad y que yo seguiré estando equivocado.

Y todo ello pese a que le muestre que el ratio de Shiller P/E está un 75% por encima de su media. Si nos creemos que puede haber una cierta (que no total) reversión a la media, la rentabilidad esperada para el S&P sería de un -1,6%.

Pero para nada quiero que interprete que tiene que salir del mercado, pues solo intento que tenga la visión amplia de cómo enfrentarse al mismo. Y más cuando hasta las recomendaciones que dan los bancos especializados son contradictorios hasta dentro de su casa misma. Ha sucedido estos días en el caso de Deutsche Bank. Mientras que el estratega jefe de la división de clientes privados subía el objetivo del Dax hasta los 12800 puntos, al abrigo de la mejora de las condiciones económicas mundiales, sus colegas en el departamento de análisis de Londres, más enfocado a inversores profesionales, recomendaban estar fuera del mercado alemán. Consideran que es el mercado más caro de Europa y que es el que más se ha beneficiado de esa mejora de las condiciones económicas. Las justificaciones dadas posteriormente a estas incongruencias, horizontes temporales distintos de unos y otros inversores, no ocultan que hasta los propios analistas de una misma entidad no tienen un criterio común sobre lo que pasará en el futuro.

Así las cosas, empezamos un mes de abril que históricamente ha sido bueno, con unas valoraciones en zonas muy altas, con unos bancos centrales avisando al mercado de los pasos que van a dar, unos datos económicos mundiales que no son malos y un 'efecto Trump' que implicaba (lectura del mercado) mayores rentabilidades del bono a largo plazo, un dólar fuerte y una bolsa al alza que se desvanece por momentos.

Fíjese en lo que muestra la realidad mientras la esperanza se debilita. Usando unos gráficos de Goldman, vemos como el efecto “reforma fiscal” se está evaporando (el descuento del impacto positivo en las principales empresas beneficiadas es ahora incluso negativo con respecto a la fecha de las elecciones americanas), la alegría por el impulso en los resultados que la desregulación que Trump quiere imponer en el sector bancario se reduce (y con ella las cotizaciones) , los grandes beneficiados por el esperado gasto en infraestructura han corregido sensiblemente y la divergencia entre el 'soft data' y el 'hard data' está en clara divergencia, marcando 'gaps' de niveles no vistos desde 2011 lo que no es nada bueno para el mercado de acciones.

No tengo claro que esa realidad vaya a ser peor que lo que se estaba esperando pero, a la vista de los argumentos arriba indicados, uno debería tener una visión bien definida de su percepción del riesgo y de cómo lo quiere gestionar. Parece que entramos en una nueva etapa donde tendrá que seguir buscando razones para permanecer comprado.

Hace más de un año que vengo argumentando sin éxito que el mercado norteamericano de acciones, que es el que realmente importa de cara a fijar la dirección futura del resto de índices mundiales, está totalmente sobrevalorado y que la única razón por la que se mantiene esa valoración extrema es por la liquidez que los bancos centrales han inyectado en el mercado. Hay tanto dinero ávido de rentabilidad, que cualquier corrección se utiliza para posicionar ese disponible y eso ha provocado que el S&P haya estado 64 sesiones consecutivas sin un movimiento intradía superior del 1% (el anterior récord era de 34 sesiones hace ya más 20 años) y un total de 109 jornadas bursátiles sin una caída del 1% de cierre a cierre (noveno periodo más largo de la historia desde 1950).

Rentabilidad Bancos centrales