Las burbujas no existen

Mire donde mire, está todo disparado. Desde la complacencia futbolística de los seguidores del Real Madrid a casi todas las bolsas de valores, bonos y criptomonedas. Sí, me recordará que no todo. Que mi Mallorca no parece seguir esa tendencia, ni algunas acciones cuyo nombre mejor no volver a mencionar. Pero eso son solo unas pocas excepciones que confirman la regla. Como muestra, fíjese en la tabla que sacaba hace unos días Pension Partners sobre rentabilidad mundial de los principales índices. Utiliza solo aquellos que tienen un ETF con dividendos incluidos. Salvo Rusia y Arabia Saudi, el resto de mercados sube de media un 16% en lo que va de año. Y entre esos, 15 suben más de un 20%.

Para ver que no es una cosa del corto plazo y poner estos últimos nueve años en perspectiva, me parece muy clarificador el gráfico donde se compara el total activos contra los ingresos disponibles en Estados Unidos. Aquí vemos que el actual nivel (ratio) no se ha visto nunca en toda la serie histórica disponible. De esta forma, los inversores apuestan, a modo de resumen, por un sostenimiento continuado de crecimiento económico, resultados empresariales en crecimiento eterno, niveles bajos de tipos e inflación para largo y el constante apoyo de los bancos centrales que no va a retirarse. El nivel de deuda existente no preocupa y el riesgo político hace tiempo que ha dejado de importar. Instalados en unos niveles de complacencia absolutos y una volatilidad mínima, nadie quiere dejar la fiesta y la cola de los que desean entrar sigue siendo larga.

Junto a los niveles máximos alcanzados por acciones y bonos, otro tipo de activos, como son las 'altcoins' o criptomonedas, se han disparado con incluso más virulencia. Esto está provocando que exista el mismo temor a estar frente a otra burbuja de precios.

Capitalizar 101.000 millones de dólares no es un tema menor, y ya no es cosa de cuatro iluminados en busca de dinero fácil. Responde a una apuesta que muchos hacen por la revolución industrial de internet. Y pese a que puedo estar de acuerdo en que la subida ha sido muy rápida y en vertical, los próximos meses definirán si la confianza existente en el desarrollo de la tecnología que se aporta, la famosa Blockchain, justifica o no esos movimientos.

Aunque todos pensamos en el 'bitcoin' cuando se habla de criptomonedas, no es ni mucho menos la única existente. 'Bitcoin' es un protocolo de código abierto, y ese código ha sido utilizado como base de otros proyectos de 'software'. De esta forma, están apareciendo multitud de iniciativas tecnológicas que, basadas en Blockchain, aportan soluciones distintas. Y para financiar estos desarrollos de nuevos protocolos, se emiten las 'altcoins' que se entregan a esos inversores. Cuando uno compra una criptomoneda, está apostando y confiando en que el proyecto que hay detrás tendrá implementación real y uso práctico futuro. Esto se produce en un momento inicial en las famosas ICO (oferta inicial de monedas).

Dentro de estas ofertas hay de todo. Desde aquellas que realmente tienen un proyecto que utiliza la ICO para financiarse hasta otras que, lamentablemente, utilizan un proyecto que es puro 'marketing' y fraude. Sin querer entrar en cuestiones que se escapan de este artículo, sí quiero mostrarles el 'boom' al que estamos asistiendo. Mostraba ya el otro día que el 'bitcoin' había dado rentabilidades elevadísimas. Pero no está sola esa criptomoneda en tal hazaña, pues el resto de 'altcoins' que existen en el universo (más de 500 que tengan cierta relevancia) han experimentado las mismas variaciones.

Tal es el movimiento global que, mientras el 'bitcoin' pierde peso relativo, el resto lo van ganando de forma importante. Esta situación está provocando que el miedo a una burbuja en estos activos acabe por atrapar a los nuevos especuladores que, sin entender mucho lo que están haciendo, acaban comprando 'altcoins'. Igual que sucede en la bolsa.

El principal argumento reside, sin embargo, en el número de criptomonedas emitidas. Y en el precio que, de forma más o menos global, han alcanzado casi todas ellas. Incluso de aquellas que no aportan absolutamente nada. En cuanto se produzcan correcciones, habrá una salida masiva de esos especuladores y terminará por afectar a toda la familia de 'altcoins'.

Sin embargo, igual que sucede con el mercado de acciones y bonos, otra corriente apuesta por un incremento mayor en los próximos años. La mayor llegada de inversores a este segmento, el aumento de la negociación y el interés general en la tecnología futura que se aporta seguirán añadiendo presión a los precios.

Así las cosas, no cabe duda de que estamos en un momento interesante en la mayoría de mercados y activos. Tanto de los clásicos como de los nuevos. Y jugar a definir el momento exacto en el que se produce una burbuja es imposible. Pueden pasar días, semanas, meses o años antes de que las correcciones acaben por imponerse en el mercado, y en caso de hacerlo, la magnitud en la que lo hagan es igualmente impredecible.

Claro que, si atendemos a lo que dice Eugene Fama y lo que muestra este estudio al respecto, los precios de las acciones no muestran comportamientos en forma de burbujas. Al menos de la forma en la que solemos entenderlo. Veremos si podremos decir lo mismo dentro de unos meses.