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Ya está, creamos un banco malo… y lo endeudamos
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Marc Garrigasait

El Abrazo del Koala

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Ya está, creamos un banco malo… y lo endeudamos

El pasado viernes al mediodía casi tengo un accidente de circulación cuando iba escuchando la rueda de prensa del ministro de Economía, Luís de Guindos. En

El pasado viernes al mediodía casi tengo un accidente de circulación cuando iba escuchando la rueda de prensa del ministro de Economía, Luís de Guindos. En la misma, la vicepresidenta y el ministro explicaron con bastante detalle las líneas generales de la enésima nueva reforma bancaria en España desde el inicio de la crisis en 2008.

Ante una bien dirigida pregunta de una periodista sobre más concreción del llamado “banco malo”, el ministro De Guindos respondió sin inmutarse con una larga frase, que casi provoca que me saliese de la carretera al encontrarme en mi coche conduciendo.

La respuesta fue algo así como sigue: “El banco malo tendrá una pequeña cifra de capital social que pondrán desde Europa y para el resto tendremos que endeudarlo para obtener mas recursos…". Y se quedó tan tranquilo…

Vamos por partes:

1. El llamado “banco malo” no será un banco sino una sociedad de gestión inmobiliaria, pero sí será muy malo, ya que sus activos serán los peores del país. Si no, los bancos no los venderían en primer lugar para quedarse otros. Si además de tener los peores activos se endeuda para pagar a los bancos privados, el resultado final será tener un ente malo y apalancado… vaya, peor que Bankia. Escribí a principios del 2011 un artículo repasando los conceptos básicos de los casos de “bancos malos” en México y Irlanda. No puedo asegurarlo pero dudo que nunca en un caso similar un llamado “banco malo” se financiase con deuda.

2. Además, el dinero fresco y líquido (o al menos eso se ha insinuado) que vendrá de la eurozona para constituir el capital del “banco malo” proviene de la emisión de más deuda pública de los países europeos vía el ESM o el EFSF. Aquí nadie tiene un euro. Genial, más deuda para pagar otras deudas en forma de préstamos o inmuebles que a su vez se financiarán con más deuda dentro del “banco malo”. Esto sí que es ingeniería financiera apalancada, lo de Lehman Brothers era un juego de niños.

3. El Estado no podrá tener más de un 50% del capital del “banco malo”. Este punto lo encuentro muy positivo y supongo que debe haber sido impuesto desde Bruselas. Es muy bueno, ya que si hubiese capital privado daría mayor seguridad, ya que las entidades financieras no le colarían unos cuantos goles al Estado, o que el Estado se los deje meter comprando los activos problemáticos bancarios a unos precios muy superiores al precio de mercado, es decir, solo algo inferiores a las tasaciones actuales. Este punto es el más positivo de todos pero realmente pienso que no veremos a inversores extranjeros que se atrevan a invertir en un ente malo y apalancado. En mi opinión, este punto no llegará a producirse o bien serán accionistas los bancos que les vendan sus “activos malos” al cobrar en acciones. Pero en este caso no sería bueno para el sistema bancario, ya que los bancos volverían a tener la propiedad de sus activos malos.

4. El ministro De Guindos explicó que el “banco malo” pagaría a los bancos en efectivo, o con deuda pública que pudiese descontarse en el BCE para conseguir cash, o bien en acciones del “banco malo”, aunque no aclaró cuál de las tres será y si elige el comprador o el vendedor, detalle muy relevante. Como podéis ver más de lo mismo, si le entregan deuda pública española, esta sería un nuevo aumento del endeudamiento español que, además, los bancos privados descontarían en el BCE obteniendo más créditos y apalancando más sus balances.

Todos estos intentos de arreglar los problemas sin dinero, pero con emisión de duda es como ir a apagar fuego con muchos camiones pero ninguno con agua.

La única solución para sanear el sistema bancario español y europeo, no olvidemos que los bancos franceses y alemanes están entre los peores del mundo por su elevado apalancamiento, viene por una decisión muy sencilla, muy fácil de entender y de aplicar:

Los reguladores deberían obligar a todas las entidades financieras a aumentar de verdad sus cifras de capital, pero no con emisiones híbridas como son las acciones preferentes o los llamados bonos convertibles contingentes (Cocos), sino con emisión de acciones y que se pagan en efectivo. Los bancos europeos y los americanos en 2006-2007 alcanzaron niveles de apalancamientos máximos de incluso 70 y 80 veces. Es decir, con unos préstamos concedidos 80 veces su capital social. Aquí podéis encontrar un gráfico del apalancamiento medio de los bancos ingleses desde 1881.

Con unos bancos capitalizados de verdad se acabaría la desconfianza de los inversores y tendrían la capacidad para conceder más préstamos, aunque realmente esta segunda parte no creo que sea buena en un entorno actual de graves problemas provocados por la excesiva concesión de préstamos.

Las entidades deberían buscar inversores para acometer sus ampliaciones y quién no los encontrase, debería entonces pedir ayudar a su estado y ser nacionalizado para liquidarlo, a corto plazo o en unos años, para que el estado recupere su inversión (ver “cómo se liquida un banco”). De esta forma, se reduciría el enorme peso de un sector bancario sobredimensionado y se limpiaría el sistema de las manzanas podridas para evitar lo que ocurrió en Austria y Europa en los años 30, que provocó insolvencias bancarias en toda Europa y una enorme crisis tras la quiebra del banco Creditanstalt en 1931.

Otra demostración muy clara de este argumento es el rescate del Credit Immobilier de France, el segundo banco en Francia especialista en préstamos  hipotecarios, realizado este sábado por la noche. ¿Cómo puede que un banco hipotecario francés pida ayuda al Estado en una economía como la francesa que no ha tenido ninguna burbuja inmobiliaria? solo puede ser por una falta de capitalización, con lo que unos pocos impagados se comen todos sus recursos propios.

Claro que estas masivas ampliaciones supondrían una elevada dilución a los accionistas bancarios actuales, que supongo deben presionar políticamente para evitarlo. Es sencillo, tener bancos más capitalizados y habiendo desaparecido los quebrados es muy bueno para la sociedad y malo para el sector bancario a corto plazo… ¿qué hacer? Los políticos y reguladores deciden.

El pasado viernes al mediodía casi tengo un accidente de circulación cuando iba escuchando la rueda de prensa del ministro de Economía, Luís de Guindos. En la misma, la vicepresidenta y el ministro explicaron con bastante detalle las líneas generales de la enésima nueva reforma bancaria en España desde el inicio de la crisis en 2008.