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Si ser austeros nos hunde y no serlo también, ¿qué opción queda?
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Marc Garrigasait

El Abrazo del Koala

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Si ser austeros nos hunde y no serlo también, ¿qué opción queda?

En estos últimos meses, la gran discusión pública entre dirigentes, empresarios, políticos y economistas -premios Nobel incluidos- está siendo si deben los países periféricos europeos aplicar

En estos últimos meses, la gran discusión pública entre dirigentes, empresarios, políticos y economistas -premios Nobel incluidos- está siendo si deben los países periféricos europeos aplicar medidas de ajuste duras o, por el contrario, deberían acometer políticas de crecimiento para recuperar la creación de empleo y aumentar la recaudación fiscal.

Vamos a analizar algunos antecedentes. Grecia desde su entrada a formar parte del euro en 2001 hasta la actualidad ha incumplido cada año el déficit público del -3% que se fijó en su día como límite máximo recomendable. No en estos años de crisis, sino en todos y cada uno de los últimos 10 años consecutivamente. La posibilidad de incumplir una norma europea repetidamente sin sanción alguna explica en parte el descontrol actual de la zona euro.

España, en cambio, cumplió muchos años con un déficit público anual inferior al -3%, incluso tuvo superávit en algún ejercicio fiscal. Estos números relativamente buenos de déficit anuales contribuyeron a que el saldo total de deuda pública española fuera en 2007 incluso inferior al 40% sobre el PIB. Este nivel de endeudamiento tan bajo era prácticamente único en Europa. Claro, que llegó la gran crisis, por un lado, y por otro, llegó Zapatero y en apenas cuatro años la deuda sobre PIB se ha duplicado en España.

El caso español es muy fácil de analizar. La burbuja inmobiliaria generó unos ingresos extraordinarios que los dirigentes políticos destinaron a un gasto estructural, y cuando los ingresos extraordinarios han desaparecido, no hay quien se atreva a eliminar el gasto público. Por este motivo, tenemos un déficit primario o estructural que puede estimarse en aproximadamente un 3,3% del PIB. Os puede parecer poco un 3,3%, pero no es así. Déficit o superávit primario es la diferencia entre los ingresos y gastos de un estado sin incluir el coste de intereses de la deuda. Por tanto, España con unos tipos de interés de su deuda subiendo por el fuerte aumento de la prima de riesgo en el último año, tiene un sobrecoste muy relevante.

España, que ha incumplido repetidamente desde el inicio de la crisis, el déficit público previsto y prometido a Europa, en especial con Zapatero, pero Rajoy ha repetido esta mala costumbre. De hecho, cuando los inversores mundiales vieron que Rajoy no iba a cumplir con el déficit máximo previsto ni en su primer mandato fue cuando empezó a dispararse la prima de riesgo y a huir dinero del país. Fue “el gran error de Rajoy”.

Estos déficit han promediado casi el 10% anual sobre PIB y, por tanto, son muy superiores al déficit primario, lo que demuestra la zozobra de las cuentas públicas en España. De hecho, España cada año necesita que le presten más dinero, unos 20.000 millones de euros anuales, y subiendo, pero esta cifra es neta. Si calculamos las necesidades brutas anuales, es decir vencimientos deuda más nuevas necesidades, son superiores a los 200.000 millones de euros.

Pero hablar de déficit en términos de PIB minimiza mucho el problema. En realidad, las Administraciones Públicas del estado gastan entre el 25% y el 30% más de lo que ingresan, o unos 100.000 millones de euros anuales.

Los presupuestos del 2013 son ya la culminación del desastre. A pesar de una reducción significativa del gasto en muchos ministerios, no se han tocado las grandes partidas del estado: sanidad, educación y pensiones, y el elevado coste de la deuda provoca que para el año 2013 el estado gaste un 5,6% más que el año anterior. Es decir que, a pesar de lo que se publicó de presupuestos austeros, en realidad aumenta el gasto un 5,6%.

 

¿Qué ocurriría si en Grecia, Portugal o España se aplicasen medidas expansivas estos años? pues aunque seguramente no caerían tanto los ingresos por recaudación, un mayor gasto del estado supondría que los déficit públicos de estos países superasen el -10%, incluso el -15% sobre PIB, cifras sin parangón en el mundo desarrollado o en desarrollo.

El que defiende que la única política posible hoy en día es aumentar el gasto para actuar de palanca contracíclica ante la recesión actual, debería explicarnos quién financiaría en este escenario a España con unos 30.000 millones de euros netos anuales o más de 200.000 millones brutos de necesidades de financiación para mantener nuestro gasto desbocado.

Si nos comparamos con Italia, veremos cómo Italia tiene un 30% más de deuda pública sobre PIB que España, pero como en Italia llevan más de 10 años sin aumentarlo y tienen incluso un superávit primario superior al 1,5%. Por tanto, Italia tiene equilibradas sus cuentas, España ni lo ha intentado. Alemania tiene un 1% de superávit primario.

Pero la euro zona se mueve sobre estructuras muy frágiles. Francia tiene un déficit primario cercano al 2% sobre el PIB, pero con una deuda cercana al 90% del PIB y su economía cayendo en picado.

Y para ayudar al lío de la euro zona, los Estados Unidos tienen actualmente un déficit primario cercano al 6%, es decir, del doble del español, por la bajísima recaudación por el descenso en los impuestos iniciados por Bush y mantenidos por Obama. El que gane las elecciones en EEUU deberá afrontar, sin duda, una subida de impuestos y disminución de gasto público.

¿Qué pueden hacer los países periféricos europeos si la austeridad actual está hundiendo a la economía del país y una política fiscal expansiva provocaría una explosión del país al no tener financiador?

Solo queda una opción que pienso que tarde o temprano veremos. Puede tardar dos meses, un año o tres años, pero no hay otra salida que decirle a nuestros acreedores que el país no puede asumir el volumen de deuda actual y sentarnos a negociar “una quita” de la deuda. Es el caso de Portugal, obviamente de Grecia, Irlanda y España. Y si continuamos dos años más así, entonces deberán hacerlo también, Italia, Francia y Bélgica, ya que la política actual de crear deuda europea para tapar más deuda está acelerando el endeudamiento de toda la euro zona

En estos últimos meses, la gran discusión pública entre dirigentes, empresarios, políticos y economistas -premios Nobel incluidos- está siendo si deben los países periféricos europeos aplicar medidas de ajuste duras o, por el contrario, deberían acometer políticas de crecimiento para recuperar la creación de empleo y aumentar la recaudación fiscal.