Es noticia
Sorpresa, China no es un exportador neto con la mayoría de los países
  1. Mercados
  2. El Abrazo del Koala
Marc Garrigasait

El Abrazo del Koala

Por

Sorpresa, China no es un exportador neto con la mayoría de los países

Todos tenemos la impresión que China es el país con la balanza comercial con más superávit del mundo, pero en absoluto es así. China es con

Todos tenemos la impresión que China es el país con la balanza comercial con más superávit del mundo, pero en absoluto es así. China es con Alemania el mayor exportador mundial en cifras absolutas, pero debemos tener en cuenta que por casi cada dólar que China exporta se gasta casi un dólar en importaciones. Los flujos son muy sencillos. Si tienes fábricas instaladas en China, compras las materias primas o incluso los productos semielaborados, y en tus fábricas produces el producto final. Por tanto, la balanza comercial china suele ser positiva casi en todos los trimestres, pero el superávit suele equivaler al margen sobre ventas, ajustando los ciclos de importación y exportación y sus ‘stocks’. China, en los años del ‘boom’ económico mundial en 2005-2007, exportaba volúmenes que suponían alrededor del 35% de su PNB e importaba una cifra de entre el 30% y el 35% de su PNB. Las cifras brutas son demoledoras, las netas no tanto.

En 2012, China prácticamente ya no tiene superávit comercial debido a la disminución de las exportaciones a los países europeos (en niveles del 10%) y al bajo crecimiento de las exportaciones a los EEUU.

 Foxconn en particular están aprendiendo cómo producir a gran escala millones de terminales telefónicos de una enorme complejidad. Es, sin duda, un valor añadido para el país, ya que millones de trabajadores y directivos chinos aprenden a producir muy bien y rápido, pero es indiscutible que la inmensa mayoría del valor añadido en la actualidad es de Apple, no de Foxconn.

Toyota es un claro ejemplo de evolución desde la copia de la tecnología americana y europea a conseguir diseñar su propia tecnología, y con los coches híbridos han pasado a ser uno de las compañías líderes mundiales.

Cuando visitas China y ves la cantidad de fábricas japonesas puedes reflexionar que las balanzas comerciales son en ciertos casos un poco engañosas. Por ejemplo, si las 100 grandes empresas japonesas en lugar de abrir una nueva fábrica en el país nipón deciden invertir en nuevas fábricas en China, propiedad de sus filiales japonesas, la pregunta sería: ¿de quién es la tecnología y la inversión? En estos casos, el 100% de ambas. La inversión y la tecnología son enteramente japonesas, aunque por las cifras de las estadísticas mundiales de las balanzas comerciales parecen indicar que es China el propietario.  Sería interesante calcular una balanza comercial ajustada y computar una filial japonesa 100% como una exportación nipona, quizás nos encontraríamos muchas sorpresas.

Cuando son empresas extranjeras las que fabrican en China, en la inmensa mayoría de los casos, China apenas se beneficia a corto plazo de los sueldos de los millones de ciudadanos que están empleados. China también se beneficia de la amortización de las fábricas y instalaciones en su territorio y del ‘know How’ que sus ciudadanos obtienen, tanto de los directivos como de los trabajadores de esas filiales extranjeras en territorio chino.

En cambio, Alemania es un caso distinto y ciertamente espectacular. Su superávit en su balanza comercial es enorme y de valor añadido. Es decir, que la producción, tecnología, inversión y margen es 100% alemán. De hecho, es un caso no muy habitual, ya que su superávit proviene de venta de bienes, no de servicios, donde es deficitaria.

De hecho, el mundo funciona más o menos así: los países asiáticos, con China y Japón a la cabeza, exportan especialmente a los Estados Unidos y Europa, que son los grandes consumidores mundiales. Especialmente USA, Gran Bretaña Francia e Italia. En cambio, Alemania, y en parte Holanda y Suiza, consumen menos y venden su tecnología y maquinaria a los países asiáticos básicamente, que la usan para producir y vender al resto de países europeos y USA. Una excepción es la India, que es deficitaria en bienes y en servicios en su balanza comercial.

Un último apunte sorprendente, durante los últimos veinte años China ha sufrido déficit comercial con el resto de los países del planeta, si no incluimos su balanza comercial con los Estados Unidos. Tan solo en 2009, China tuvo superávit comercial con el resto del mundo ex-USA. Por tanto, China depende en gran medida del consumo norteamericano. El europeo está en segundo lugar. Difícilmente, China aceptará revaluar su divisa, ya que entonces muy probablemente pasaría de disfrutar de superávit comercial, aunque pequeño en términos de su PNB, a sufrir déficit, y hay demasiados millones de bocas chinas por alimentar.

 

Todos tenemos la impresión que China es el país con la balanza comercial con más superávit del mundo, pero en absoluto es así. China es con Alemania el mayor exportador mundial en cifras absolutas, pero debemos tener en cuenta que por casi cada dólar que China exporta se gasta casi un dólar en importaciones. Los flujos son muy sencillos. Si tienes fábricas instaladas en China, compras las materias primas o incluso los productos semielaborados, y en tus fábricas produces el producto final. Por tanto, la balanza comercial china suele ser positiva casi en todos los trimestres, pero el superávit suele equivaler al margen sobre ventas, ajustando los ciclos de importación y exportación y sus ‘stocks’. China, en los años del ‘boom’ económico mundial en 2005-2007, exportaba volúmenes que suponían alrededor del 35% de su PNB e importaba una cifra de entre el 30% y el 35% de su PNB. Las cifras brutas son demoledoras, las netas no tanto.