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Los presupuestos de Napoleón Bonaparte
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Alberto Roldán

El Inversor Inteligente

Por
Alberto Roldán

Los presupuestos de Napoleón Bonaparte

Parece que Napoleón Bonaparte dijo una vez "no me deis consejos que ya sé equivocarme solo". Eso mismo creo que les ha tenido que decir Montoro

Parece que Napoleón Bonaparte dijo una vez "no me deis consejos que ya sé equivocarme solo". Eso mismo creo que les ha tenido que decir Montoro a sus asesores a la hora de elaborar los Presupuestos 2014.

Como a estas alturas se habrá escrito mucho de los presupuestos, no voy a entrar en el detalle de las cifras, sino en lo que más me ha llamado la atención de los mismos.

De entrada, una de las cosas que más me sorprendió de todos los titulares que se iban desgranando el pasado lunes fue el hecho de que el gran impulso, el hecho diferencial, por así decirlo, estaba en una serie de partidas que apenas suponen el 5% del total presupuestado, algo que ya de entrada invita al escepticismo. ¿Qué partidas son esas?

- I+D Civil y militar.Ambas no relevantes en una economía que si por algo se caracteriza es por invertir muy poco en alto desarrollo tecnológico. La primera sigue bien por debajo de presupuestos de pico de ciclo y la segunda crece un 40%, pero es tan irrelevante en el gasto total que no aporta nada. Además, el incentivo que se supone se les aplica es de un crecimiento que no llega ni al 2%.

- Comercio exterior. Si la idea es que el crecimiento se asienta en el tirón exportador de nuestra economía, tiene sentido. El caso es que personalmente me sigue preocupando el hecho de que Europa sigue siendo el destino mayoritario de nuestro comercio (un 64% va destinado a países comunitarios), por lo que se fía la recuperación a la marcha de nuestros socios. En cualquier caso, es el único punto en el que creo que tiene una amplia justificación, el problema es que se queda corto.

- Fomento a emprendedores. A pesar de los esfuerzos que se han hecho y los que se harán, las trabas para crear industrias y empresas seguirán siendo una pesadilla. Mucho se tendría que invertir para cambiar esta circunstancia, y si no se ha hecho hasta ahora un incremento del gasto como el anunciado tampoco supondrá un cambio sustancial.

- Apoyo a pymes. Como no le den palabras de ánimo y globos para publicidad, no entiendo cómo sin crédito o con el funding tan alto se va a apoyar nada. Mucho se culpabiliza a los bancos de la falta de crédito, pero las instituciones pueden hacer mucho más para facilitar liquidez o instrumentos de crédito.

- Educación. Esto es el eterno chiste. Viendo cómo está la educación, cómo aparecen nuestros estudiantes en los ranking, cómo algunas comunidades se preocupan más de reinventar la historia que de que realmente aprendan, con la guerra que han montado los profesores de muchos centros más preocupados por sus puestos que por la calidad de la enseñanza, es de risa pensar que el Estado va a conseguir reconducir la situación.

Pues en estas cinco partidas son en las que se asienta, según el ministro, una gran parte de la apuesta por el cambio. Como ven, el punto de partida no es bueno. Pero tampoco lo son otras muchas consideraciones paralelas que seguro ya han visto ustedes.

De entrada, los presupuestos están destinados en gran medida a cubrir el mal llamado "gasto social", es decir, prestaciones, subsidios y deuda. Un total del 55% del gasto nada menos.

Lo relativo al gasto derivado por el desempleo es para dar de comer aparte. El gasto subirá un 10% y se vende como mayor cobertura siendo totalmente engañoso, ya que el mismo soporta unas condiciones más duras para su percepción, además de que el paso a desempleo de larga duración seguirá rolando. Sí, caen los beneficiarios pero es que el problema sigue siendo la caída en la ocupación y en la creciente temporalidad, por lo que el sistema lo que está haciendo es volverse restrictivo expulsando a los perceptores de estas prestaciones y así intentar disminuir el gasto.

Aquí el Gobierno sigue chocando con la misma piedra. Algo muy relevante porque se piensa que el empleo se incentiva vía políticas de incentivo y no mediante una rebaja en la presión impositiva. El gasto en esta partida aumenta en casi 300 millones de euros, pero es que lo que se espera recaudar vía más impuestos supone 2.200 millones de euros. Hagan los números.

El gasto en infraestructura, es decir, la inversión directa estatal en desarrollo, es la mitad de lo presupuestado en 2009, y no mejora excesivamente el panorama a nivel autonómico, cuya asignación cae a niveles de principios del nuevo siglo.

Una partida que invita a la reflexión es la destinada al turismo. Resulta que la recuperación vivida en visitantes y el aporte realizado a nuestra balanza por esta rama, merece una caída en el gasto del 5,15%. Yo no sé muy bien si el gasto se enfoca en una mera promoción de la marca España: igual las campañas olímpicas han agotado tanto al personal que ya no se quiere salir más a regalar abanicos y dar tapas de jamón.

Por el lado de los ingresos detecto un exceso de confianza en la contribución que tendrán tanto el impuesto de sociedades como los impuestos especiales. Especialmente preocupante es el primero si la actividad sigue como está y las pymes sufren como lo están haciendo. Recordemos que la última vuelta de tuerca ha sido una salvaje eliminación de deducciones que es la que realmente impulsará la recaudación y no tanto una mejora de la actividad, que de producirse será tardía y sin el impacto deseable.

De las grandes corporaciones ni hablamos. Un dato reciente:el Informe Anual de recaudación de la AEAT sobre 2012 desvela que el tipo efectivo del impuesto de sociedades en 2012 se incrementó un 18% hasta situarse en, atención, el 4,13%. Eso con una actividad en caída y gracias al recorte de deducciones. No irá mucho a mejor el de 2013 con la política actual.

Otra fuente de ingresos vendrá vía rentas del capital, sobre las que de nuevo cuelga el péndulo permanente de la confiscación fiscal, por los mayores dividendos que repartirán las empresas… Atónito me quedo si los mayores pagadores lo siguen haciendo con cromos, es decir, diluyendo al accionista. Montoro no se ha enterado que el dividendo en efectivo pagado por las empresas del Ibex, el que tributa, ha caído dos tercios en lo que llevamos de año.

Por último, un capítulo aparte que daría para muchas líneas es el relativo a lo que aportan lo que algunos catalogan, para mí incomprensiblemente, las 'joyas de la corona'.

Adif, perdiendo 300 millones de euros, recibe subvenciones por 850 millones de euros. Si se suma Renfe, tenemos dos entidades de relevancia en el transporte que pierden 500 millones de euros, pero que acumulan casi 20.000 millones de deuda, unas pérdidas que se ven compensadas con la aportación de Aena, reduciendo las mismas de manera conjunta hasta los 60 millones de euros. Lo aterrador de las cifras no está en las pérdidas, sino en que los tres entes que conforman la red de transporte estatal de gestión pública acumulan una deuda de 30.500 millones de euros, es decir, el 82% de lo que se espera pagar sólo en intereses por la deuda.

Esas 'joyas' recibirán subvenciones por una cuantía de 3.000 millones de euros que, totalizando todo el portfolio ex-Loterías del Estado, suponen unas pérdidas al año de unos 100 millones de euros, y atención, una deuda de ¡107.080 millones de euros!, el equivalente a todos los gastos corrientes y de personal del Estado. Como dicen por ahí, ¡viva Rusia!

En definitiva, aquí tenemos el presupuesto de gastos e ingresos para el año que viene. Un presupuesto sin plan B, si por el mismo entendemos una subida de impuestos, con múltiples trampas y poca confianza, que provoca cierta resignación a confiar en que la coyuntura sobre la que se asienta, se vea revisada al alza en lugar de a la baja. De lo contrario… nos veremos en el abismo.

PD: a pesar de todo y de todos, tras mi ausencia reciente en la que he podido reflexionar mucho, intentaré ser todo lo optimista que pueda llegar a ser para poder escribir sobre el milagro de la recuperación.

Parece que Napoleón Bonaparte dijo una vez "no me deis consejos que ya sé equivocarme solo". Eso mismo creo que les ha tenido que decir Montoro a sus asesores a la hora de elaborar los Presupuestos 2014.

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