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La bolsa se toma una pausa
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José Luis Pérez Estévez

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La bolsa se toma una pausa

 Tras experimentar en dos meses el mayor rally bursátil desde 1975, los mercados parecen haber tomado una pausa estos días. Los analistas intentan discernir cual será

Tras experimentar en dos meses el mayor rally bursátil desde 1975, los mercados parecen haber tomado una pausa estos días. Los analistas intentan discernir cual será la evolución: si terminaremos en la recesión en V, como anhelan los más optimistas, o estaremos en el inicio de la segunda caída para tocar de nuevo mínimos y dibujar una W. Los más agoreros apuntan a que la recesión será una larga y penosa L, sin un fin cercano.


Hay datos que invitan al optimismo. La economía no está más en caída libre. Los datos económicos, aunque algunos muy negativos (sólo hay que ver los recientes PIB de España o Alemania), empiezan a repuntar gracias en gran medida a la fuerte caída de los inventarios. La confianza del consumidor y algunos datos de ventas al por menor comienzan a ser menos malos. El desempleo sigue siendo atroz, y posiblemente lo seguirá siendo hasta bien entrado el 2010, pero todos sabemos que es un indicador económico retrasado.


Para los partidarios de la V, la bolsa descuenta con varios meses el suelo de la actividad económica. La desaceleración de la caída indicaría que la recesión terminaría pasado el verano, con lo que el reciente rally estaría descontando este escenario.


Los que apuestan por la W, recuerdan que las recesiones provocadas por crisis financieras duran el doble de las demás. El horizonte de recuperación no lo tendríamos hasta bien entrado el 2010. La presente subida no sería más que un bear market rally, preludio de la capitulación definitiva que sentaría las bases del verdadero rally, o segunda pata de la W.


Los más pesimistas creen que la L puede estar con nosotros durante varios años. La sociedad se tomará mucho tiempo para reducir la deuda acumulada, los bancos no volverán a su actividad tradicional de dar créditos hasta que sus balances estén saneados, algo que no he hecho más que empezar. Los desequilibrios acumulados, donde unos países se dedican ahorrar para que otros consuman por encima de sus posibilidades, tardarán muchos años para solventarse.


En los tres escenarios parece haber un cierto consenso: el aumento de la regulación y los costes de los programas de reactivación económica presentes y futuros traerán consigo un crecimiento económico muy bajo. En este panorama la rentabilidad de la bolsa debería ser reducida.


Tras experimentar en dos meses el mayor rally bursátil desde 1975, los mercados parecen haber tomado una pausa estos días. Los analistas intentan discernir cual será la evolución: si terminaremos en la recesión en V, como anhelan los más optimistas, o estaremos en el inicio de la segunda caída para tocar de nuevo mínimos y dibujar una W. Los más agoreros apuntan a que la recesión será una larga y penosa L, sin un fin cercano.