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A China le interesa un dólar fuerte
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José Luis Pérez Estévez

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A China le interesa un dólar fuerte

Hay un viejo refrán que dice que “si tu debes a tu banco €10.000, tú tienes un problema, pero si le debes €10 millones, es el

Hay un viejo refrán que dice que “si tu debes a tu banco €10.000, tú tienes un problema, pero si le debes €10 millones, es el banco el que lo tiene”. Así se debe sentir ahora China con respecto a Estados Unidos. El mayor acreedor de bonos del Tesoro lo tiene bastante difícil. Por lado sus dirigentes claman pidiendo un sustituto del dólar como moneda de referencia, y por otro cualquier venta masiva que hagan de la deuda norteamericana puede poner en peligro una parte importante de las reservas del país.

Varios motivos hacen pensar que el último interesado en un dólar débil es el gobierno chino. Primero, el mercado de Estados Unidos sigue siendo vital para su economía, aun teniendo en cuenta que el modelo de desarrollo está virando lentamente hacia una menor dependencia del mercado exterior, y los países emergentes son ya más importantes en volumen de negocio que el norteamericano. Segundo, las dos economías están más interconexionadas de lo que parece a primera vista. En los últimos años compañías de ambos países han hecho grandes inversiones en el otro y están muy interesadas en mantener el status quo actual.

Tercero, para que el renminbi puede amenazar al dólar como moneda de referencia tienen que pasar muchos años. Para internacionalizarse, China primero tiene que dar libertad total para invertir en ese país y para la repatriación de capitales. Y cuarto, como señalaba hace poco Arthur Kroeber en el Financial Times, al contrario de lo que ocurría cuando el oro era el standard, ahora la nación que posea la moneda de referencia debe ser un país deudor, no acreedor. El primer activo de ésta moneda es su deuda. Los otros países deben tener, por regla general, un superávit para invertir en esa deuda.

El problema actual no es que Estados Unidos sea un país deudor, sino que su deuda, en lugar de un razonable 1% del PIB ha llegado al 7%. Si China quiere que el renminbi llegue a sustituir algún día al dólar, debe abandonar su política mercantilista y empezar a tener un déficit por cuenta corriente. Algo que parece poco factible en las próximas décadas. El primer interesado por el momento en un dólar fuerte es Beijing.

Hay un viejo refrán que dice que “si tu debes a tu banco €10.000, tú tienes un problema, pero si le debes €10 millones, es el banco el que lo tiene”. Así se debe sentir ahora China con respecto a Estados Unidos. El mayor acreedor de bonos del Tesoro lo tiene bastante difícil. Por lado sus dirigentes claman pidiendo un sustituto del dólar como moneda de referencia, y por otro cualquier venta masiva que hagan de la deuda norteamericana puede poner en peligro una parte importante de las reservas del país.