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La salud de las farmas
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José Luis Pérez Estévez

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La salud de las farmas

Para el sector farmacéutico este será un año crucial. Dependiente en gran medida del dinero público en un momento en que los gobiernos están alcanzando déficits

Para el sector farmacéutico este será un año crucial. Dependiente en gran medida del dinero público en un momento en que los gobiernos están alcanzando déficits históricos, la industria necesita un plan viabilidad que haga rentable su servicio al ciudadano.

Desde los noventa el número de nuevas patentes ha caído en picado. Responsable en parte de esta situación es el hecho de que un tercio del total de los litigios en Estados Unidos van contra la industria sanitaria, lo que ha puesto en guardia a la FDA a la hora de aprobar productos.

De Estados Unidos proceden la mayoría de los beneficios de la industria. Con unos gastos sanitarios representando un 14% del PIB, las medicinas son en ese país el 30% de media más caras. No obstante la esperanza de vida de la población es inferior a la europea lo que se ha convertido en tema político de primera magnitud. Obama dejó claro en su campaña electoral que no repetirá el error de Clinton y que llevará a cabo una reforma sanitaria que tenderá a imitar el modelo europeo de cobertura universal.

Parece evidente que el sistema sanitario norteamericano no puede soportar un crecimiento de precios que ha triplicado al de la inflación media de los últimos años, ni dejar de lado una importante parte de la población sin cobertura. Pero esta reforma tendrá implicaciones profundas mucho más allá de sus fronteras. Europa hasta ahora se ha beneficiado de un sistema donde gran parte de la innovación ha venido sufragada por el 'amigo americano', al estar pagando las medicinas patentadas mucho más caras. No es casualidad que el 90% de los nuevos descubrimientos procedan de allí.

El modelo de negocio actual de negocio no funciona. Las grandes fusiones acaecidas en los últimos meses solo ayudan a corto plazo mediante el recorte de costes pero olvidan el largo plazo en una industria donde el desarrollo medio de un producto es superior a diez años. Si de verdad queremos frenar el declive actual en la productividad se debería ir a un sistema donde la innovación se premie adecuadamente. Un menor precio en los productos sin valor añadido (genéricos) debería compensar en parte los mayores costes de las nuevas patentes. El objetivo es lograr una simbiosis entre ambos sistemas sin descuidar en ningún momento al ciudadano. Lograr una industria sanitaria saneada redundará en beneficio de todos.

 

Para el sector farmacéutico este será un año crucial. Dependiente en gran medida del dinero público en un momento en que los gobiernos están alcanzando déficits históricos, la industria necesita un plan viabilidad que haga rentable su servicio al ciudadano.