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Podemos y Varufakis, los flautistas de Hamelin de la quiebra
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Daniel Lacalle

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Daniel Lacalle

Podemos y Varufakis, los flautistas de Hamelin de la quiebra

El mismo partido que exige más deuda y más financiación -en euros, claro- de la UE y del BCE, pide aprobar mecanismos de salida. Fantástico. Présteme más que luego hago impago

Foto: Un manifestante con una careta de Yanis Varufakis protesta ante el Banco Central Europeo. (Reuters)
Un manifestante con una careta de Yanis Varufakis protesta ante el Banco Central Europeo. (Reuters)

“El Partido ambiciona el poder en sí mismo. No nos interesa el bienestar ajeno, sino únicamente el poder. Ni la riqueza, ni el lujo, ni la longevidad, ni la felicidad: solo el poder en estado puro. El poder es un fin, no un medio”. George Orwell

Ayer en Bruselas, los cinco eurodiputados de Podemos (el mismo partido que exige un aumento del déficit y de la deuda) votaron a favor de una enmienda que “facilite mecanismos democráticos de retirada y exclusión voluntaria de la unión monetaria… y un plan alternativo para una ruptura ordenada del euro” (enmienda 32, cortesía de Miquel Roig).

El mismo partido que exige más deuda y más financiación -en euros, claro- de la UE y del BCE, pide aprobar mecanismos de salida. Fantástico. Présteme más que luego hago impago. Ordenado, eso sí. Ordenado. Menuda sandez.

Endeudarse más y luego salirse del euro supone el impago y el desastre. Las pensiones y Seguridad Social desaparecen al estar invertidas en deuda soberana. La financiación a pymes y empresas se desploma. Y el Estado de bienestar que fingen defender se hunde. Ya lo explicamos aquí en 2012 ('Salir del euro, implicaciones de una muerte lenta y segura') .

Pues bien, Varufakis ha pasado por Madrid invitado por estos señores, dando lecciones.

Bienvenido, Mr. Corralito. Como en la película de Berlanga, llegó, habló y se fue.

Los 'éxitos' de la gestión de Varufakis, añadidos al desastre de gestión de gobiernos previos, son difíciles de encontrar en la historia

Ni una disculpa por haber enviado a sus ciudadanos a un corralito y haber lanzado a la economía a un abismo basado en la entelequia de que “tendrán que aceptar lo que digamos o nos enfadamos”. Sin Plan B. Solo con un Plan A. Que pague otro.

El enésimo rescate griego forzado por Mr. Corralito se sumó a los 240.000 millones recibidos anteriormente, la quita a la deuda griega y los avales y liquidez del BCE, llevando a Grecia a acumular más de un 254% de su PIB en ayudas, una cifra superior en 12 veces a la ayuda que recibió Alemania en 1953 después del Tratado de Londres. A eso lo llaman “falta de solidaridad”. Y no es cierto lo que dicen de que “el rescate se lo llevan los bancos” (lean 'Mitos y mentiras de los rescates') .

Esa cifra brutal se incrementó por una situación económica de implosión generada por la destrucción de confianza global que Varufakis y Syriza llevaron a cabo.

Los 'éxitos' de la gestión de Varufakis, añadidos al desastre de gestión de gobiernos previos, son difíciles de encontrar en la historia.

Varufakis, desde su prepotencia de tahúr sin cartas, llevó a un país con dificultades y de negociación de deuda a un Estado fallido y un corralito en tiempo récord.

Llegó a una Grecia que crecía un 0,8%, había reducido el déficit a la mitad y en superávit comercial.

En cinco meses, consiguió que la producción industrial se desplomase, cada día cerraban una media de 59 empresas, 613 puestos de trabajo menos al día y 22,3 millones de euros de ingresos fiscales menos diarios (según cálculos de la Confederación Griega de Cámaras de Industria y Comercio ESEE). Recesión y huida de la inversión y corralito.

La postura económica de Varufakis se puede resumir: “Como un adolescente malcriado, si no me das más, la culpa es tuya, no mía, porque yo me lo merezco”

Ahora da lecciones por el mundo… Porque la culpa fue de usted y mía, de los alemanes o de los mercados que se negaron a prestarle más y hacer impago. Qué cosas tiene la gente.

La postura económica de Varufakis, explicada en su libro 'El Minotauro Global', se puede resumir en una frase: “Como un adolescente malcriado, si no me das más, la culpa es tuya, no mía, porque yo me lo merezco”.

Quien lo merece es ¿'el pueblo'? No. El Gobierno, la hiperestructura estatal siempre infalible y siempre con buena voluntad, lo que convierte inmediatamente al enemigo exterior, los mercados, Alemania, EEUU, quien sea, en el chivo expiatorio.

Esa estrategia se llama en Grecia 'katalepsi' y la practicaban Tsipras y sus acólitos en la universidad en Grecia. Consiste en llevar al centro -al país en este caso- a una situación de desastre y miseria tal que convierta a todos en rehenes cautivos del asistencialismo de lo poco que quede.

Que no nos vengan con planes de crecimiento chino y gasto norcoreano. El plan es buscar activamente la quiebra de una forma u otra para quedarse a gestionar las migajas. Y culpar a otro, eso sí.

“El Partido ambiciona el poder en sí mismo. No nos interesa el bienestar ajeno, sino únicamente el poder. Ni la riqueza, ni el lujo, ni la longevidad, ni la felicidad: solo el poder en estado puro. El poder es un fin, no un medio”. George Orwell