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La tercera etapa de la crisis global
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Kike Vázquez

Perlas de Kike

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La tercera etapa de la crisis global

Crimea, una pequeña península con una superficie ligeramente inferior a Galicia que ha pasado del anonimato a la máxima actualidad en cuestión de días. ¿Casualidad? Probablemente,

Crimea, una pequeña península con una superficie ligeramente inferior a Galicia que ha pasado del anonimato a la máxima actualidad en cuestión de días. ¿Casualidad? Probablemente, ya que nadie parecía aventurar un acontecimiento de este calado, sin embargo parece sintomático que este tipo de contingencias sucedan cuando las economías de los países emergentes están más expuestas que nunca a los vaivenes económicos. Hemos vivido una “crisis subprime”, una crisis de la Eurozona, bienvenidos ahora a la tercera etapa: la etapa de los países emergentes.

El principal enfoque sobre el conflicto ucraniano es uno en el que Rusia tiene un rol “activo” en el mismo, e indudablemente lo tiene puesto que sin su actuación difícilmente veríamos lo que vemos, no obstante quizá dicho rol no sea tan “activo” como pensamos. En el último artículo de Marc Champion (“Putin Isn't Crazy, He's KGB” – BloombergView 5-3-14), quien además de en Bloomberg ha trabajado para el Financial Times, el WSJ o para el Moscow Times, existe una interesante teoría. ¿Y si Putin no estuviese “loco”, y si Crimea o Ucrania no fuesen lo importante, sino lanzar un mensaje de fortaleza a la periferia soviética?

Rusia no pasa por su mejor momento, ni estructuralmente donde las reformas sin realizar se amontonan, ni coyunturalmente donde los datos del indicador PMI manufacturero muestran uno de los registros más negativos del globo con 48,5 puntos. Aunque quizá desde el punto de vista ruso eso sean nimiedades comparándolo con la pérdida de influencia que están sufriendo en los países bálticos. Estonia adoptó el euro en el 2011, Letonia en el 2014 y se esperan conversaciones para que Lituania lo haga en el 2015, ¿cómo evitar que la “europeización” siga su curso en otras antiguas repúblicas soviéticas con una emergente Eurozona y una decadente Rusia?

Hoy por hoy Rusia sigue teniendo poder, especialmente gracias a su sector energético quien supone más de un 50% de la bolsa de valores del país, y especialmente gracias a Gazprom quien aprovisiona con más de un 50% del total del gas natural consumido a países como Alemania, Ucrania, Turquía, Austria, Grecia, Estonia, Polonia, Lituania, Letonia, Bulgaria, Republica Checa, Finlandia o Bielorrusia, si bien dicha dependencia va en retroceso pasando de casi un 50% del total importado en el año 2000 a algo más de un 25% en la actualidadde forma agregada en Europa. ¿Tiene Rusia un rol “activo” en este conflicto o por la contra reacciona como mejor sabe a su pérdida de importancia global y a su debilidad interna?

En otra parte del tablero nos encontramos a China. El viernes ocurrió algo inaudito en el gigante asiático, y es que por primera vez en la historia reciente del país un bono corporativo ha hecho “default” (“China suffers first corporate bond default” Financial Times 7-3-14). Así, una pequeña empresa de energía solar llamada Shanghai Chaori Solar Energy Science & Technology Co Ltd solo fue capaz de pagar una pequeña parte de los 14,6 millones de dólares que debería haber satisfecho a sus acreedores en concepto de intereses, sin que ninguna entidad pública los haya rescatado como ha ocurrido en anteriores ocasiones.

Esto es algo que tenía que suceder antes o después, y por ello algunos analistas han mostrado su lado positivo argumentando que es un paso adelante en la modernización del sistema financiero. Cierto es que el suceso puede tener connotaciones positivas, la pregunta sin embargo son las connotaciones negativas. La primera reacción ya la hemos visto, Suining Chuanzhong Economic Technology Development, Taizhou Kouan Shipbuilding y Xining Special Steel han cancelado sus emisiones, el mercado secundario de bonos ha minorado su liquidez, las rentabilidades exigidas aumentan (AA- 5y 7,77) y se dice que incluso los bancos estarían endureciendo sus requisitos de crédito lo que podría tener implicaciones mayores.

Hay quien se pregunta si Chaori se acabará convirtiendo en el Bear Stearns chino (“China Bear Stearns Moment Seen by BofA in Solar Default” Bloomberg 6-3-14). David Cui, conocido estratega de Bank of America Merrill Lynch, apunta a que no es probable que se produzca una crisis de liquidez inmediatamente pero, ¿a dónde nos llevará la cadena de sucesos? Al igual que el colapso de Bear Stearns sucedió en el 2007 y no fue hasta 2008 cuando vivimos el “momento Lehman Brothers”, en la economía china podrían surgir complicaciones en los próximos meses.

En el otro lado del globo nos encontramos un S&P500 en máximos históricos, nos encontramos a un Draghi confiado que no teme a la deflación, e incluso nos encontramos a un Piraeus Bank, la principal entidad financiera de Grecia y en la que Paulson ha tomado posiciones junto con otros inversores internacionales (“All in: el dinero vuelve a mirar a Grecia” Las perlas de Kike 14-10-13), que se ha propuesto emitir 500 millones de euros en deuda senior no asegurada y realizar una ampliación de capital de 1,8 mil millones de euros.

Si Piraeus Bank consigue su objetivo sería la entidad con peor rating que logra emitir dicha deuda, y cumpliría los requisitos de capital sin nuevas ayudas públicas, lo que simbolizaría el primer paso de la banca griega hacia la normalidad. ¿Lo conseguirá? Pues al contrario que en España o Irlanda, donde el sistema financiero fue parte causante de la crisis, en Grecia las entidades cayeron principalmente por sus posiciones en deuda pública y no por su mala gestión, lo que sin duda facilitará su vuelta al mercado ahora que la economía muestra síntomas de crecimiento para 2014, primer superávit en cuenta corriente de su historia en 2013 y superávit fiscal primario también en 2013.

¿Se ha vuelto el mundo loco? Rusia presiona a Ucrania, vemos un “default” en China y los bancos griegos están a un paso de acceder por fin a la financiación mayorista… Lejos de la locura lo que se observa a lo largo del mundo puede tener sentido, y es que estamos ni más ni menos que ante la tercera etapa de la crisis global. Ahora son los países desarrollados los que sorprenden positivamente, y será en los países emergentes de donde vendrán las sorpresas negativas, sea lanzando mensajes a los países vecinos ante la incipiente debilidad interna como hace Rusia o por los “defaults” como ocurre en China. ¿Casualidad? Pronto lo sabremos.

Crimea, una pequeña península con una superficie ligeramente inferior a Galicia que ha pasado del anonimato a la máxima actualidad en cuestión de días. ¿Casualidad? Probablemente, ya que nadie parecía aventurar un acontecimiento de este calado, sin embargo parece sintomático que este tipo de contingencias sucedan cuando las economías de los países emergentes están más expuestas que nunca a los vaivenes económicos. Hemos vivido una “crisis subprime”, una crisis de la Eurozona, bienvenidos ahora a la tercera etapa: la etapa de los países emergentes.